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23 de abril de 2024

Santiago Abascal, durante la entrevista con El Debate

Entrevista

Santiago Abascal: «Estamos dispuestos al diálogo con el PP, pero en ningún modo a un ‘trágala’»

El presidente de Vox muestra confianza en que su formación encabece un cambio dentro del espectro político español de centroderecha

Así de contundente se ha mostrado el presidente de Vox, Santiago Abascal, ante la posibilidad de que su partido político deba entenderse en las próximas elecciones generales con Pablo Casado. El político vasco es consciente de la fuerza de su formación y ya no se conforma «con que a diez mil socialistas les releven diez mil del PP o diez mil de Vox», ellos quieren «ofrecer a la sociedad algo mucho más importante». Una agenda antagónica a la que rige tanto a los socialcomunistas como a los populares, tal y como se atisba entre las palabras del político.
El elevado crecimiento de afiliados y las victorias granjeadas ante los tribunales en defensa del orden constitucional del último año avalan el fortalecimiento del partido. Las encuestas de intención de voto no dejan de hacerles avanzar puestos, granjeándose más y más escaños. Vox se erige como clave en la formación de un posible gobierno conservador y su líder lo sabe, sacando músculo en la entrevista concedida a El Debate.
El presidente de Vox, durante un momento de la entrevista para El Debate.

El presidente de Vox, durante la entrevista para El DebatePaula Argüelles / El Debate

–En el último evento que organizaron, el 'Viva 21', se retiraron hasta 20.000 localidades, según Ifema. Además, han incrementado sus afiliados en más de un 30 % en tan solo un año. ¿Cuáles han sido las píldoras de éxito de Vox para este crecimiento anual?
–Yo creo que es una única píldora. Fundamentalmente es la verdad, es dirigirse con toda claridad a los españoles, decir nuestros planteamientos políticos sin eufemismos, señalar los problemas que hoy enfrenta nuestra sociedad y tratar de aportar las mejores soluciones. Y hacerlo desde los principios y sin cálculos políticos, sin estar pensando en las encuestas, sino tratando de ofrecer lo mejor a nuestra sociedad. Yo creo que cada vez más personas ven a Vox como un partido claro, como un partido que habla su propio lenguaje y que defiende sus intereses. Yo creo que ese es el secreto del crecimiento de Vox en estos momentos.
–Para muchos, el gran logro de Fraga fue la reunificación de la derecha, que permitió con Aznar desbancar al PSOE y llegar al poder. ¿Estamos en condiciones de que se repita esa obra de Fraga o sus diferencias son abismales e irreconducibles?
–Yo huyo un poco del debate de etiquetas y de viejos debates de reunificaciones que respondían a las circunstancias de la sociedad española de hace 20 o 30 años. Hoy afrontamos nuevos desafíos y, por lo tanto, la relación de fuerzas quizás ya no sea la misma. Hoy, además de tener que enfrentarnos a la agenda izquierdista, tenemos que enfrentarnos a una agenda de carácter globalista. Muchas veces compartida por grupos políticos que están a la izquierda y derecha del arco parlamentario. 

En España se tiene que producir una alternativa, que altere completamente el rumbo de nuestra sociedad

También en España enfrentamos la agenda separatista, incluso la agenda localista de las comunidades autónomas dirigidas por el Partido Popular. Con lo cual, yo creo que tiene que haber antes un debate de ideas, de cuáles son los planteamientos de una alternativa, que un debate de siglas, de pactos y de reunificaciones, que creo que responden a la política pequeña y no a la política grande que tenemos que hacer en España. ¿Eso qué quiere decir? Que nosotros creemos que en España se tiene que producir una alternativa, que altere completamente el rumbo que nuestra sociedad, a través de la ingeniera social de la izquierda, ha tomado en los últimos años. Nosotros no nos conformamos con que a diez mil socialistas les releven diez mil del PP o diez mil de Vox, queremos ofrecer a la sociedad algo mucho más importante.
Santiago Abascal, durante la grabación de la entrevista para El Debate.

Santiago Abascal, durante la grabación de la entrevista para El DebatePaula Argüelles

–A este último respecto, ¿qué es eso de la «agenda progre» de Casado a la que usted aludía (este lunes) en un mensaje de Twitter?
–Yo creo que es algo muy claro. Yo creo que tiene que ver con lo que el Partido Popular no hace, con lo que defrauda y, a veces, con lo que hacen las comunidades autónomas. Fundamentalmente lo que ha hecho el Partido Popular durante los últimos años, y el señor Casado ha estado a la cabeza, aunque ha dado mensajes contradictorios en alguna ocasión, ha sido mantener las políticas de la izquierda. Ha pactado con Vox la derogación de la Ley de Memoria Histórica en Andalucía y no lo ha hecho. El mantenimiento de las leyes de género es un hecho en las comunidades gobernadas por el Partido Popular. La imposición lingüística sigue siendo un hecho en Galicia.
Entonces, el Partido Popular a veces da discursos que resultan satisfactorios para sus electores, pero en la práctica diaria no deroga las leyes de la izquierda y ha asumido que es un partido que únicamente tiene la misión de equilibrar las cuentas públicas. Y, por cierto, en la última ocasión, de manera fallida, porque lo hizo subiendo más los impuestos a los españoles y aumentando la deuda pública aún más. Ese fue el legado de Mariano Rajoy, que no fue un Gobierno tan nefasto como el de Zapatero, pero no fue un buen Gobierno. Fue un Gobierno que no tuvo la generosidad de convocar a los españoles a las urnas porque aguantó una moción de censura que nos ha llevado adonde estamos. 

La ‘agenda progre’ del PP es la asunción de todas las políticas de izquierdas

Eso es la «agenda progre» del Partido Popular: la asunción de todas las políticas de izquierdas. La convicción de que las cuestiones culturales, sociales y morales son patrimonio de la izquierda y que a la derecha política solo le corresponde el equilibro de las cuentas públicas. Da la sensación de que son simplemente unos «CEO», unos administradores de una empresa.
–En relación con su moción de censura de hace un año, Casado dirigió un ataque durísimo a su partido. Sin embargo, ustedes tampoco se han quedado cortos y usted mismo llamaba (este lunes) al Partido Popular «una fotocopia del PSOE». ¿Cómo están las relaciones personales entre ambos?
–Yo creo que las relaciones personales no son importantes. Nos hacéis muchas preguntas sobre eso: sobre cuándo hemos hablado, sobre si hablamos mucho o poco y, honradamente, prefiero no ahondar en esa cuestión porque no tiene importancia. Yo creo que lo que tiene importancia son los hechos políticos. Y los hechos políticos son que el Partido Popular hace un año decidió dar un balón de oxígeno al Partido Socialista y hacerlo con una intervención durísima, no contra Santiago Abascal que es lo de menos, que también; sino con un ataque directo a millones de españoles que votan a Vox. 

El PP ha dado un balón de oxígeno al Gobierno que ha blanqueado a ETA

El hecho es que el Partido Popular, a través de Mariano Rajoy estaba en el ajo con la negociación con ETA. Y vemos con sorpresa cómo los medios de comunicación, acólitos del Partido Popular, han silenciado prácticamente ese hecho de carácter gravísimo. Vemos cómo el Partido Popular, unos días dice que este es un Gobierno terrible, pero de repente da un balón de oxígeno a Pedro Sánchez con la renovación de las instituciones: del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas… Es decir, da un balón de oxígeno al Gobierno que ha blanqueado a ETA, que ha puesto en la calle a los golpistas contra una sentencia del Tribunal Supremo, que ha metido ministros comunistas en el Gobierno de la Nación después de décadas y décadas en España, desde la época de la República y, a ese Gobierno que aparentemente les parece tan mal, le han dado un balón de oxígeno en este momento.
Nosotros no podemos estar más lejos de esas estrategias, de esos planteamientos y de esas decisiones políticas. Nosotros pensamos que frente a este Gobierno hay que mantener una distancia infinita. Por lo tanto, que Casado y yo hablemos poco o mucho tiene poca importancia. Lo verdaderamente grave es lo que el Partido Popular está haciendo día a día con sus decisiones políticas o con sus reuniones y sus encuentros. En Cataluña, acaba de acudir a un encuentro con unos señores que han participado en el golpe de Estado. Y el señor Casado estaba en la misma mesa. Dicen que ha mostrado su malestar. Lo que hay que hacer es no ir a esos sitios y si uno de verdad tiene malestar, tiene que levantarse y abandonar esos lugares. El Partido Popular hace ese tipo de cosas y con nosotros no se puede contar para legitimar esas actuaciones.
–Pero usted mismo hablaba antes de que la correlación de fuerzas ha cambiado, entonces esto no es ‘mejor sólo que mal acompañado’ en ese sentido. Aquí sí que hay dos fuerzas políticas en el centro derecha condenadas a entenderse de una u otra forma.
–De una u otra forma, no. Es verdad que hay que hacer un esfuerzo por entenderse sobre unas bases firmes, sobre unos principios claros. Nosotros no nos vamos a entender con nadie que solo aspire a la sustitución del Partido Socialista. Nosotros no nos vamos a entender para quitar el empleo a diez mil socialistas y dárselo a cinco mil del PP y a cinco mil de Vox. Nosotros nos vamos a entender para cambiar las políticas en España. 
Santiago Abascal, contestando a El Debate.

Santiago Abascal, contestando a El DebatePaula Argüelles

Por lo tanto, que nadie cuente con nosotros para la frustración de una alternativa. Es más, que nadie nos vote si pretende que regalemos nuestros votos de nuevo al fracaso de la alternativa. La alternativa tiene que sustentarse en bases sólidas. Por otra parte, es importante poner encima de la mesa que algunos están hablando permanentemente de nuestro apoyo hipotético o no al Partido Popular. Las elecciones ni siquiera se han convocado y, por lo tanto, ni se han producido. Las elecciones pueden alumbrar un resultado que algunos ni prevén. Igual es el Partido Popular el que tiene que decidir entre apoyar a Vox o apoyar al Partido Socialista. Sin embargo, se está haciendo la pregunta a Vox permanentemente.
Las encuestas dirán lo que digan. La mayoría mienten. Las encuestas dijeron que en Andalucía no entrábamos y entramos. Las encuestas decían que nos quedábamos en Cataluña por debajo del Partido Popular y de Ciudadanos y sacamos más votos que el Partido Popular y que Ciudadanos conjuntamente.
Vox está en estos momentos con un apoyo social extraordinario y no tengo ninguna duda de que, cuando se convoquen elecciones, Vox va a ser la gran sorpresa política en España una vez más. Por lo tanto, el que quiera participar en una alternativa con Vox, liderada por unos o por otros — ya lo decidirán los españoles—, tiene que saber que esa alternativa va a ser para que haya una alternativa, no para un simple relevo. Tiene que ser para que las políticas de la izquierda sean derogadas, para que la soberanía de España, para que la protección, el bienestar, la libertad y la seguridad de los españoles esté en la acción del Gobierno y no en otra cosa.

Que se entere el PP de una vez de lo que es Vox. Parece mentira que no nos conozcan después de todo este tiempo

Nosotros no estamos pensando en el reparto de las instituciones, no estamos pensando en tener seis o cuatro ministros. Estamos pensando en cosas mucho más importantes. Y ese mensaje se lo queremos lanzar a todos los españoles y de paso al Partido Popular para que lo escuche, para que se entere de una vez qué es Vox. Para que nos conozcan bien, porque parece mentira que no nos conozcan después de todo este tiempo. Y también parece mentira que no me conozcan a mí.
–Vayamos al caso donde ya sí se conocen, en Madrid, por ejemplo. La presidenta Ayuso aprueba (este miércoles) el proyecto de presupuestos. ¿Cómo de avanzadas van las conversaciones, las negociaciones con Vox para el apoyo a esos presupuestos? Sobre todo, por las condiciones que ustedes han puesto: antes se refería a las leyes de género (la Ley LGTBI que hay en Madrid), ¿irán por ahí las líneas rojas de Vox?
–En realidad, yo creo que son más los medios de comunicación los que hablan de líneas rojas cuando hablan de Vox. Nosotros no estamos hablando de líneas rojas, estamos tratando de hacer valer la representación que tenemos y, sobre todo, tratando de no defraudar a las personas que nos votaron. El Partido Popular tiene que aprobar unos presupuestos y nosotros creemos que es mejor que Madrid tenga unos presupuestos, y los tenga apoyados por la mayoría social y política que ganó las elecciones y por la que permitió la investidura de Isabel Díaz Ayuso. 
Eso significa que nosotros estamos dispuestos al diálogo con el Partido Popular pero en ningún modo estamos dispuestos a un ‘trágala’. Hemos puesto encima de la mesa algunos asuntos. Rocío Monasterio lo ha dicho estos días, sobre las legislaciones de género –que no eran tan de izquierda en este caso, sino del Partido Popular, de la señora Cifuentes–. Hemos puesto algunas condiciones con lo que tiene que ver con la seguridad de nuestros barrios, con el apoyo económico que se está dando a los menas, con el verdadero drama que supone en algunos barrios la instalación de centros de menas. Nosotros queremos hablar sobre esas cosas, poder apoyar unos presupuestos, pero respondiendo a los intereses de las personas que nos han votado. Y no es una línea roja, lo hacemos con flexibilidad, lo hacemos, yo creo, con tiento, en el sentido de que somos conscientes de que tenemos 12 escaños y tratamos de ser prudentes y proporcionales a la hora de negociar con otras fuerzas políticas, en función de la representación que tenemos.
–Ha citado usted la cuestión de la inmigración, (este lunes) en El Debate publicábamos que Marruecos deja pasar a España a dos de cada tres inmigrantes ilegales, pese a las ayudas millonarias del Gobierno de España para que frene ese problema en origen. ¿Cuál debería ser la fórmula de Marruecos?
–Yo creo que cometemos un error si estamos permanentemente mirando a Marruecos. Marruecos puede hacer lo que quiera, Marruecos puede decir misa. Pero quien está dejando pasar a España a todos esos inmigrantes ilegales no es Marruecos, que será cómplice, es el Gobierno de España. Que no sólo les está dejando pasar, les está llamando, les está diciendo que vengan, les están prometiendo un falso paraíso, les están diciendo a jóvenes que van a recibir las ayudas sociales, la asistencia, la educación, que muchas veces no alcanza a los jóvenes españoles. Eso es lo verdaderamente grave. 
Yo creo que tenemos que mirar menos a Marruecos, porque no tenemos capacidad real en estos momentos de influir mucho sobre la política de Marruecos. Y tenemos que ver lo que podemos hacer nosotros, lo que pueden hacer las comunidades autónomas, lo que pueden hacer, por ejemplo, Juanma Moreno en Andalucía o Isabel Díaz Ayuso en Madrid con los centros de menas, o lo que nosotros podemos hacer en el Congreso de los Diputados, presionando al Gobierno de la Nación para que el ‘efecto llamada’ termine y para que dejemos de llamar a miles y miles de menores extranjeros para que vengan a España. Y para que no se le prometa de ninguna manera las pagas que no somos capaces de dar ni a nuestros hijos. Porque es que además de tener alojamiento, manutención y educación, tienen una paga mensual, que muchos españoles no pueden ni dar a sus hijos que luego tienen que abandonar sus provincias para irse a vivir a la ciudad. O hijos que tienen que abandonar España, incluso. Y, sin embargo, aquí estamos llamando a menores extranjeros, que se los estamos arrebatando a sus padres, que es con quienes tienen que volver, porque no son de las señoras progres que dicen que son sus hijos, sino que tienen que volver a sus países y con sus padres.
Además, estamos provocando una inseguridad creciente en las calles. Es constante, lo vemos todos los días en cualquier noticia de cualquier periódico, el problema que hay fundamentalmente con la población de origen magrebí, que ha entrado ilegalmente en España y que acaba en la delincuencia. ¿Y de esto quién es responsable? ¿Los que les llaman, los que les traen, los que les pagan, los que una vez que son detenidos con unas leyes verdaderamente intolerables, acaban poniéndolos en la calle otra vez? Esos son los responsables, y se sientan en el Congreso de los Diputados, y están en el Gobierno.
–Vayamos a los tópicos típicos de los que siempre acusan a Vox de racistas, homófobos, xenófobos, machistas, ¿qué tiene que decir ante todos ellos?
–Pues digo lo mismo que hemos dicho siempre. Nos preocupan un pimiento. No nos importa nada lo que nos llame la izquierda. Es más, tenemos una opinión tan negativa de la izquierda, de lo que está haciendo con España, con su unidad, con nuestras libertades, con la igualdad de los ciudadanos en todo el territorio nacional, que cualquier insulto que haga la izquierda contra nosotros nos lo ponemos como una medalla en el pecho. Lo hemos dicho en esos términos en muchas ocasiones y no es una frase hecha. Es verdad. 

Yo prefiero que Pablo Iglesias me llame fascista antes de que me aplauda

Me acuerdo cuando Pablo Iglesias aplaudió a Pablo Casado en el Congreso de los Diputados y a la vez me llamó fascista a mí. Yo prefiero que Pablo Iglesias me llame fascista antes de que me aplauda, porque pienso que es un enemigo de las libertades, del orden constitucional y de la unidad de nuestra Patria. Y lo pienso con toda claridad y sé que es muy duro hablar en esos términos, pero como lo pienso lo digo. Y como lo pienso y lo digo, actúo en consecuencia.
Por lo tanto, que la izquierda diga lo que quiera de nosotros porque, además, cada vez que nos insultan, insultan a millones de españoles. Y cuanto más nos insultan, más se conocen nuestras posiciones y muchas personas que no sabían lo que pensábamos, se sienten insultadas junto a nosotros y conocen el verdadero mensaje de Vox. Que saben que es un mensaje en contra de la inmigración ilegal, que saben que es un mensaje de respeto a todas las personas, independientemente de su orientación sexual. En Vox hay muchas personas que hoy nos apoyan y que han llegado a España inmigrando legalmente. Hay muchas personas que son homosexuales.

En Vox hay muchas personas que hoy nos apoyan y que han llegado a España inmigrando legalmente. Hay muchas personas que son homosexuales

Hay muchísimas mujeres que nos apoyan y no comparten las políticas de igualdad falsaria y las políticas de género. Y eso es creciente y por eso Vox, hoy en las encuestas, está por encima de los resultados de noviembre. Nosotros sabemos que nuestra posición es incluso superior porque las encuestas que se publican las pagan algunos que tienen muchos intereses.
–Mencionaba a Pablo Iglesias. Ahora que no está él en el Gobierno, resulta que sigue habiendo tensiones entre los socios de la coalición. ¿Cree que llegará a romperse, que estamos en la antesala de un anticipo electoral?
–Yo creo que Pedro Sánchez va a hacer todo lo posible por agotar la legislatura y le da igual cómo, con quién y haciendo lo que sea. Si Pedro Sánchez se ha caracterizado por algo es por no tener escrúpulos para alcanzar el poder y para mantenerse en el poder. Y creo que eso es lo único que podemos tener claro en este momento. Si Pedro Sánchez adelanta las elecciones, es únicamente porque tendrá información de que es capaz de volver a hacer una coalición con todos los enemigos de España, del orden constitucional. 

Pedro Sánchez es un personaje caracterizado por la mentira

Además, adelantará las elecciones, mentirá sobre sus pactos de nuevo, aparecerá como un hombre moderado centrista, tendiendo la mano al Partido Popular. Los del Partido Popular volverán a besarle la mano y, después, probablemente volverá a pactar con todos los enemigos de España. Lo único que podemos tener claro de Pedro Sánchez es que es un personaje caracterizado por la mentira, que llegó engañando muy especialmente a los electores socialistas, y que cualquier decisión que tome estará únicamente motivada por su mantenimiento en el poder.
–Si Pedro Sánchez no agota la legislatura, y para aclararlo, ¿presentarán ustedes una moción de censura si el Partido Popular no lo hace?
–Nosotros hemos dicho desde hace muchos meses que estamos dispuestos a presentar esa moción de censura. Pero ya lo hicimos y el Partido Popular votó en contra de esa moción de censura. Hemos vuelto a tenderles la mano y a decirles que es una responsabilidad de ellos presentarla. Hemos dicho que nosotros estamos dispuestos a hacerlo y no hemos descartado esa opción. Es muy probable que acabe siendo necesario hacer esa moción de censura. El Gobierno la sigue mereciendo, es más, la merece aún con más claridad que cuando nosotros la hicimos. Pero no parece que algunos estén por la labor de presentar una moción de censura o de apoyar una moción de censura contra el Gobierno al que acaban de dar un balón de oxígeno con la renovación de los órganos constitucionales.
–Entrando en el capítulo de la Justicia al que usted se refería, tenemos un pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre el segundo estado de alarma y ya tumbó el primero. Vox ha ganado varias batallas judiciales en este sentido, pero siempre se le acusa de que están judicializando en exceso la política.
–No nos importa. Algunos están instalando la política española en el crimen y en la traición a España. Mientras eso sea así, pues nosotros vamos a acudir a los órganos constitucionales y a los órganos judiciales. Creo que es un deber. Creo que, ante la comisión de un delito, ante el pisoteo de los derechos y libertades, ante la vulneración de la Constitución, es un deber utilizar el recurso al Tribunal Constitucional, que es la capacidad que los españoles nos dieron al obtener más de 50 diputados. Y nos sentimos orgullosos precisamente de esa acción ante el Tribunal Constitucional, y además sentimos el agradecimiento de los españoles en la calle. Me parece que, utilizando ese recurso, estamos en gran medida siendo un freno y un dique de contención, ante la deriva rupturista de la Nación y ante la deriva liberticida del Gobierno.
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