Coronel Fernando Díaz García: «Nos preparamos precisamente para poder preservar la paz»

La Escuela de Infantería de Marina de Cartagena es el único centro educativo en España donde se puede lograr el título de Infante de Marina. Además, la Infantería de Marina española fue la primera del mundo. Está a punto de cumplir los 500 años de existencia, lo que da a entender la importancia de esta rama del Ejército español. Pero, además de toda esa historia que llevan con orgullo a sus espaldas, nuestros soldados están hoy de máxima actualidad con la crisis de Ucrania.

–¿Los soldados que participan en estos momentos en las maniobras de la OTAN han pasado por Cartagena?

–Todos los medios de los ejércitos están destinado a la preparación de la fuerza. Nuestros alumnos salen preparados de manera individual en una serie de técnicas, procedimientos, valores, formación física adecuada. Y cuando salen se integran en esas unidades operativas en las que se siguen formando y son certificadas y alistados para cuando se demande salir a ejecutar misiones como pueden ser las maniobras de la OTAN.

–Por lo tanto, esa participación certifica que nuestros soldados son buenos soldados.

–Invertir en formación es invertir en el futuro. Si nosotros no hacemos bien nuestro trabajo, los alumnos no saldrán preparados para afrontar nuestra apasionante profesión. Por lo tanto, cuando salen a las unidades, lo hacen perfectamente preparados para, en un periodo de tiempo muy rápido, integrarse en su unidad, integrarse con sus nuevos compañeros, integrarse en su equipo y estar preparado para el combate o cualquier misión que se nos demande.

–Lleva casi tres años como director de la Escuela. ¿Qué siente cuando ve que alumnos suyos, que ha que han pasado por Cartagena, ahora cumplen esas misiones?

–Siento un gran orgullo porque, cuando los ves fuera y ves que que están haciendo un trabajo espectacular y se integran a las unidades, sientes un tremendo orgullo porque creo que hacemos un excelente trabajo. Y con esto no dejo de ser humilde. Debemos ser un espejo y un ejemplo para todos los alumnos y eso es una gran responsabilidad. Entonces cuando los ves que se integran tan rápido en las unidades y sus jefes están contentos con su formación, me da un gran orgullo y me hace estar también muy orgulloso de mi equipo, de mis profesores que hacen un gran esfuerzo para conseguir esa buena formación de nuestros alumnos.

–¿Situaciones como las que estamos viviendo ahora con Rusia y Ucrania, cambian de alguna forma las enseñanzas que se imparten?

–No cambia porque aquí le damos a los alumnos una formación integral donde lo que pretendemos es que ellos salgan formados perfectamente de manera individual, por lo cual ya los preparamos para el combate. Todo lo que se les enseña es para prepararles física, mental y técnicamente, para afrontar los rigores del combate o de una operación de apoyo a la paz, o incluso cualquier operación o cometido de dar apoyo a la población civil, como se vio, por ejemplo, en la época de la pandemia. Por lo cual nuestro labor no cambia, que aunque tengamos ahora una crisis en Ucrania.

–¿Cómo animaría a un joven de 18 años a entrar en la Academia de Infantería?

–Lo primero le diría es que tiene que tener vocación. Esto, por supuesto, es un trabajo. Cobramos un sueldo como todos los españoles, pero la vida militar es muy exigente y hay que tener vocación para afrontar esa vida militar. Pero también le diría que es una profesión apasionante porque puedes seguir progresando y tienes unas posibilidades, a mí no me gusta decir aventura, pero si realmente de realizar misiones que te llena profesionalmente si tienes esa vocación. Y por supuesto, le diría que estuviera preparado para tener el espíritu de sacrificio porque aquí los tenemos que formar como hombres y mujeres y como combatientes para afrontar esa dureza de la vida militar, pero que a la vez es apasionante.

–Situaciones como la de Ucrania, ¿no les echa atrás a los alumnos?

–Evidentemente, a los militares no nos gusta la guerra, a nadie le gusta la guerra. Nosotros nos preparamos precisamente para para poder preservar la paz. A todos nos preocupa cuando vemos una crisis como la de Ucrania. Pero debemos ser conscientes de que si nos llaman, allí iremos. Y por eso tenemos que tener esa mentalidad y tener bien claro que cuando entramos en las Fuerzas Armadas, nosotros firmamos un compromiso de poder dar nuestra vida si es necesario. Por lo cual esas son dos premisas que tenemos que tener los militares: disponibilidad para hacer frente a la misión que nos encomienden y tener presente que podemos tener que dar nuestra vida, si es necesario, en la misión que tengamos que llevar a cabo.

–La infantería de Marina trabaja con perspectiva de tierra. ¿Qué diferencia hay con el trabajo de Marina con perspectiva de mar?

–La Armada tiene barcos, submarinos, buques, y también tiene aviación. La Armada lo que pretende es que esto sea un equipo de equipos, además de una serie de misiones como labores de vigilancia, seguridad marítima y después puede tener una capacidad de proyección naval sobre tierra. Los suboficiales del Cuerpo General de la Armada están preparados para operar buques, que son una unidad de combate integral. Pueden ser electrónicos, radaristas, artilleros... El suboficial de Infantería de Marina está preparado para realizar operaciones militares en tierra pero lanzados desde la mar. Por lo cual nosotros tenemos que estar preparados para afrontar la dureza del mar. Nos pueden embarcar en un buque en cualquier momento, salir a navegar y ser desembarcado en cualquier costa del mundo. Tenemos que estar preparado para ser lanzado desde esos buques a tierra y realizar operaciones militares en tierra, por lo cual operamos en los dos medios.

–Me vienen las imágenes del Desembarco de Normandía.

–La operación anfibia es una operación muy compleja. Primero tienes que tener los medios especiales. Una vez has bajado de la embarcación hay que avanzar en vehículos anfibios llenos de agua hacia la playa. Nuestros medios están preparados para ello y nosotros tenemos el adiestramiento necesario.

–¿Qué porcentaje de soldados de tropa acceden luego al curso de suboficiales?

–Un alto porcentaje. Podemos decir que un 90 por ciento de los suboficiales proceden de la tropa profesional. Eso es una ventaja, puesto que ya conocen cuál es nuestro medio. Y también es un orgullo, porque vemos que nuestros soldados, una vez que salen como soldados, aspiran a más y se presentan a suboficial. Evidentemente todos somos infantes de marina, estamos orgullosos de serlo, pero, yo se lo digo a todos mis alumnos, hay que seguir estudiando, hay que seguir progresando. Porque la vida pasa muy rápido y en cualquier momento, como ya se sabe, cumplen los cuarenta y cinco años y el que no haya conseguido prosperar, se tiene que ir de las Fuerzas Armadas.

–Y supongo que, al mismo tiempo, es un motivo de orgullo porque es señal de que les gusta lo que han aprendido.

–Eso por supuesto. El puesto de sargento o de los oficiales es ya de profesional permanente. Por lo cual ahí sí que has elegido ya tu vocación para toda tu vida, porque ya es un estilo de vida y un trabajo para toda la vida. El que no termina convencido después de una serie de años de soldado con nosotros, optan a trabajar en la calle o siguen desarrollando sus estudios. Pero le digo una cosa, todos aquellos que incluso salen a trabajar como civil, siguen siendo infantes de marina toda su vida aunque hayan pasado muchos años desde que salieron de la infantería marina.

–La Infantería de Marina de España es la más antigua del mundo. ¿En qué ha cambiado en estos casi 500 años más allá de lo evidente?

–Tenemos un lema que es 'Valientes por tierra y por mar'. Ese es el lema y esa es nuestra piedra filosofal. Esa ha sido nuestra esencia desde nuestra creación. Formarnos siempre en operar en esos dos medios, la tierra y el mar. Esa esencia es la que ha permanecido durante estos 485 años de historia. Evidentemente la formación ha evolucionado porque los medios evolucionan, las unidades evolucionan, los riesgos y amenazas evolucionan, pero la esencia siempre ha sido la misma. 'Valiente por tierra y por mar'.