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19 de abril de 2024

Pedro Sánchez durante su discurso en el Senado

Pedro Sánchez durante su discurso en el SenadoEFE

Endurece su campaña

Sánchez copia el modelo bolivariano contra la prensa: sus cinco acusaciones sin pruebas

El de este martes en el Senado fue el tercer ataque en poco más de un mes, y también el más duro. Acusó a la prensa de estar en varias conspiraciones y al servicio de poderes oscuros

Pedro Sánchez consumó este martes su tercer ataque directo a la prensa en poco más de un mes, convirtiendo así a los medios de comunicación en uno de sus objetivos predilectos. Como están haciendo Andrés Manuel López Obrador en México, Nicolás Maduro en Venezuela, Alberto Fernández en Argentina y Pedro Castillo en Perú, entre otros mandatarios de Hispanoamérica.
Durante sus más de dos horas de intervención -en tres turnos-, el presidente del Gobierno se refirió hasta en cinco ocasiones a la prensa, a la que llegó a acusar de defender los intereses de las grandes energéticas, así como de instigar la revuelta de los jueces y hasta de precipitar la caída de Pablo Casado y su relevo por Alberto Núñez Feijóo.
El diario de sesiones del Senado recoge todas las arremetidas de Sánchez, apenas cinco semanas después de que el Consejo de Ministros aprobara el anteproyecto de una Ley de Información Clasificada que las principales asociaciones de la prensa un ataque a la libertad de información.
«No va a haber ni apagones de electricidad, ni racionamiento de bombonas de butano, ni ninguna de esas escenas apocalípticas que evoca en muchas ocasiones la bancada de la derecha y la ultraderecha, junto con los medios de comunicación que jalean esas noticias y esos mensajes», afirmó en los primeros compases de su discurso.
Poco después soltó la piedra sobre ciertas empresas que controlan ciertos medios, siempre en abstracto: «No vamos a permitir que haya empresas ni tampoco personas que se lucren con esta crisis por muy poderosas que sean, por mucho control que tengan ante algunos medios de comunicación, por muy estrechos que sean sus parentescos con tal o cual dirigente político o por muy ilustres que sean sus apellidos», prometió.
Más adelante acusó a la prensa de hablar por boca de las energéticas: «La transición energética que estamos haciendo, que estamos impulsando, pese a los gritos y el ruido que provoca lógicamente en las terminales mediáticas de estas grandes empresas que financian y que están detrás de estos medios de comunicación, nos va a permitir adaptarnos, mitigar el cambio climático y tener las energías más baratas de Europa», señaló.
Después, situó a la prensa como altavoz de una conspiración urdida por el presidente del CGPJ y por el propio Feijóo: «Señorías de la bancada del Partido Popular, después de lo que estamos viendo en algunos medios de comunicación conservadores durante estos últimos días, al presidente, nada más y nada menos, del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, a usted mismo, señor Feijóo, instigando a que no cumplan con la legalidad democrática aprobada en las Cortes Generales».
Y, para rematar, según Sánchez la prensa es también la que marca el son al que baila Feijóo, como antes con Casado: «Usted no quiere pacto o, mejor dicho, las poderosas fuerzas a las que usted y su partido representan no quieren un pacto con el Gobierno de coalición progresista. Esas mismas fuerzas con terminales mediáticas que le aplauden día sí y día también, que esconden sus meteduras de pata. Pero le digo una cosa, señor Feijóo, no se fíe, dijeron lo mismo del señor Casado y un par de semanas antes de cargárselo y auparle a usted le ponían al señor Casado como presidente del Gobierno; ahora lo dicen de usted; no se fíe tampoco de esos aliados», le advirtió.

Feijóo salió en defensa de la prensa

Tal fue el nivel de ataques que el líder de la oposición salió en defensa de los periodistas: «Hoy les han tocado los insultos a los medios de comunicación. Entiendo que los periodistas y gráficos que cubren esta sesión están pagados por las grandes empresas españolas«, señaló con ironía. »Inversamente proporcional a esta agresividad está la docilidad con la que cede usted frente a las formaciones que sostienen al actual Gobierno», le recriminó.
El presidente del Gobierno ha convertido a la prensa en diana de sus ataques desde hace unos meses, pero más en las últimas semanas. En el último Consejo de Ministros del curso, el pasado 2 de agosto, se aprobó el anteproyecto de la Ley de Información Clasificada, que puso en pie de guerra a toda la profesión. Puesto que en su artículo 21 estipula: «Para el acceso a la información clasificada en las categorías de ‘alto secreto’, ‘secreto’ o ‘confidencial’ se requerirá estar en posesión de una Habilitación Personal de Seguridad que otorgará la Autoridad Nacional para la protección de la información clasificada». Y esa autoridad será el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
«Entendemos que la ley que se pretende aprobar supone tanto una limitación al derecho constitucional a comunicar o recibir libremente información veraz, como al también derecho constitucional de acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos», declaró entonces a El Debate el vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).
A mediados de agosto, a Sánchez no le gustaron las especulaciones sobre una nueva remodelación de su Gabinete que publicaron algunos medios de comunicación. Su repuesta fue acusar a la prensa de «intoxicar» en vez de informar. Y este martes traspasó las barreras que le quedaban.
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