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19 de abril de 2024

Tezanos

El presidente del CIS, José Félix TezanosGTRES

Barómetro del CIS de septiembre

El CIS de Tezanos, a examen: «O falla el método o hay una intencionalidad política detrás»

Los datos del CIS no concuerdan con la estimación final que ofrece el barómetro de septiembre

Un 29,2 % para el PSOE y un 28,5 % para el Partido Popular. Estos son los porcentajes de intención de voto que ha arrojado el barómetro de septiembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que de nuevo se desmarca de las estimaciones que ofrecen el resto de encuestas publicadas en las últimas semanas. Para poner luz sobre el asunto, El Debate habla con José Miguel Silva, director de análisis en Target Point.
El sociólogo señala que «los resultados del voto directo, del voto más simpatía y de transferencia de voto no concuerdan mucho con la estimación final que ha ofrecido el CIS, por lo que se habrá establecido algún algoritmo para que el PSOE esté por delante».
Por ejemplo, si analizamos las preferencias de voto directo, el Partido Popular se sitúa en cabeza con el 22 % de los apoyos, frente al 20,9 % de los socialistas. Lo mismo ocurre en la pregunta de voto más simpatía, donde los populares obtienen un 24,3 % de los sufragios, por el 23,8 % de los socialistas.
Otro aspecto cuestionable del barómetro es la muestra escogida, que para Silva «no tiene mucho sentido científicamente hablando». En ella, «el PSOE está sobrerrepresentado», ya que los votantes socialistas que participan –el 24,3 % de la muestra– son muchos más que los electores que se inclinaron por la candidatura liderada por Sánchez en las generales de noviembre del 2019 –el 18,4 % del total del censo–.
Por el contrario, otras formaciones como Vox «están infrarrepresentadas». Los partidarios de Abascal solo suponen el 6,1 % de los ciudadanos consultados, cuando este partido obtuvo el voto del 9,9 % del total de censados en los pasados comicios. Si bien esto puede ocurrir a la hora de hacer una encuesta, «esa muestra se puede ponderar y corregir, pero en este caso no sé si se ha hecho correctamente».
Asimismo, si consultamos las transferencias de voto, «hay un porcentaje importante de antiguos votantes del PSOE que ahora votarían al PP», en concreto, un 7,6 %, mientras que las transferencias en sentido contrario son prácticamente nulas (0,9 %).
Esto se une a que «la estimación de voto acumulado que da el CIS a los partidos de la izquierda y del centroderecha está un poco desequilibrada respecto al resto de sondeos». En la media de encuestas, este último bloque tiene una ventaja superior a los diez puntos respecto a la izquierda, que «se encuentra más desmovilizada», mientras que en el CIS el bloque 'progresista' mejoraría incluso sus resultados de 2019. En definitiva, Silva señala que «cuando no concuerda la estimación con estas variables, o falla el método o hay una intencionalidad política detrás».

El descenso de Feijóo y de Yolanda Díaz

Si en el barómetro del mes de julio el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se situaba como el líder político mejor valorado, con un 4,89 de nota media, por encima de la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (4,81) y del jefe del Ejecutivo (4,33), en el sondeo de septiembre el líder de los populares baja unas décimas hasta la segunda posición, con un 4,48. Silva ve esta bajada como algo natural, en tanto que cuando fue elegido presidente del PP, en abril, era alguien relativamente nuevo, e incluso había votantes de izquierdas «que lo podían ver como una persona más moderada, más gestor». Sin embargo, «ahora lo ven como el líder del partido rival».
Con Yolanda Díaz ocurre algo similar. Aunque esta vez ha quedado como la líder política mejor valorada, ha bajado ligeramente respecto a julio, pasando de 4,81 a 4,73. Como explica el sociólogo de Target Point, al postularse como candidata a la presidencia, «queda más expuesta». Por un lado, «despierta más antipatías del espectro de centroderecha, e incluso de gente del PSOE », y por otro, también entre los votantes de Unidas Podemos, dado que puede que la vicepresidenta del Ejecutivo se presente con otra marca a los comicios.
El elevado número de encuestas que realiza el CIS en sus estudios -más de 4.000 en el caso de este último barómetro- es otro de los aspectos que llama la atención al experto consultado por El Debate. «Esto tiene unos costes enormes que va a pagar el Estado; llegar a tales números de encuestas es prácticamente inviable para las empresas privadas», explica Silva. «Por una parte es bueno, y por otra, supone un coste excesivo e innecesario».
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