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28 de marzo de 2024

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en La Moncloa

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en la MoncloaEFE

Exclusiva

Sánchez reconoce por escrito que no tiene pruebas de que «los del puro» colocaron a Feijóo

El Debate publica la prueba de que el presidente señala a las grandes empresas de colocar al líder del PP sin nada que demuestre la grave acusación

Ni «hombres del puro» ni «las grandes energéticas» ni el malvado «IBEX 35»: aunque Pedro Sánchez les ha acusado a todos ellos, de forma directa o velada, de mover los hilos de España, buscar su desestabilización y promover a Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP y luego del Gobierno; el líder socialista reconoce por escrito que no tiene prueba alguna que soporte esa acusación.
«Queda claro, después de conocer estos meses que lleva al frente de su partido, que usted no olvida quién le puso ahí, las grandes empresas energéticas, las grandes corporaciones de este país». Esa fue la acusación lanzada por Sánchez contra el líder del PP en el Senado el pasado 6 de septiembre.

Tres meses de los «señores con puro»

Poco antes, el 30 de junio en concreto, inició esa campaña contra el mundo empresarial y económico con otra frase para el recuerdo: su relevo de la candidatura socialista, aseveró, estaba promovida por los «cenáculos de Madrid», compuestos por «los señores con puro que se juntan» y dicen de él mismo que «se quiere ir porque va a perder las elecciones».
Ambas frases, en los medios y en sede parlamentaria, fueron el pistoletazo de salida a la campaña socialista contra el presidente popular, cada día más próxima a los postulados de Podemos que a la posición histórica del PSOE, y que constituyen la base sobre la que el 'sanchismo' quiere construir su relato de cara al próximo ciclo electoral: un PP al servicio de los poderosos que cambia incluso a su líder si es preciso.
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«Probablemente detrás están los intereses de los que se están aprovechando de esta crisis, lo dicen las cuentas de resultados, las empresas eléctricas, petroleras y los bancos». Son palabras en una televisión de María Jesús Montero, pronunciadas después de que Sánchez abriera fuego contra Feijóo para hacerle rehén de los famosos «hombres del puro», responsables de todos los males del Gobierno según el presidente.
Pero en realidad no hay nada. Y la propia Presidencia del Gobierno ha tenido que confesárselo a El Debate por escrito, dejando en evidencia que la única campaña existente es la del propio Sánchez contra los empresarios y contra su contrincante, a quienes relaciona en falso en un escenario de subidas fiscales y de medidas como el «impuesto a los ricos» o a las energéticas y la banca con las que consolida ese discurso frentista.

La prueba de que no sabe nada

En concreto, según la documentación que posee en exclusiva este periódico, en un escrito fechado este 19 de septiembre, la directora del Departamento de Coordinación Técnica y Jurídica de la Presidencia del Gobierno, Judit Alexandra González Pedraz, niega que Presidencia disponga de los documentos que maneja Sánchez para certificar en el Senado que las empresas eléctricas y grandes corporaciones maniobraron para sustituir al jefe de la oposición del Partido Popular, Pablo Casado por Núñez Feijóo.

Sánchez ha montado una campaña contra los «hombres del puro» y contra Feijóo que luego no es capaz de demostrar con pruebas y lo confiesa en un documento oficial

De hecho, de forma textual sentencia que «no existe ningún procedimiento administrativo en la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno que registre, o acredite, las fuentes de información utilizadas en la conformación de los razonamientos que el presidente del Gobierno pueda manifestar en las réplicas de los debates que se realizan en sede parlamentaria».
La acusación enfadó, y mucho, al líder de los populares que consideró que las palabras de Sánchez era un «ataque furibundo» y una ofensa a los miembros del partido que le habían elegido tras la abrupta salida de Pablo Casado.

Sin explicación

Tras el revuelo, tal y como explicó El Debate, ninguno de los ministros del Gobierno, interpelados sobre esta cuestión, supo explicar por qué el presidente sostuvo en sede parlamentaria que fueron las empresas energéticas y del IBEX las que incluso maniobraron para llevar a Feijóo a Génova, y se dedicaron a lanzar todo tipo de justificaciones y frases vacías que evidenciaban que Sánchez había atacado al líder de los populares sin ninguna prueba. Algo que desde Presidencia han terminado por reconocer.
Extracto del documento oficial donde Moncloa reconoce que nada soporta las acusaciones de Sánchez en el Senado contra Feijóo y los «poderosos».

Extracto del documento oficial donde Moncloa reconoce que nada soporta las acusaciones de Sánchez en el Senado contra Feijóo y los «poderosos»El Debate

Es decir, nadie en Moncloa tiene ningún documento oficial o prueba que sostenga con datos las afirmaciones y acusaciones lanzadas por el Jefe del Ejecutivo contra el líder de la oposición.
Esto abre la puerta a dos opciones, o bien Sánchez prepara en la soledad de Moncloa, sin ningún asesor y de tapadillo, casi sin que nadie en Presidencia repare en ello, y con información que sólo conoce él, sus intervenciones parlamentarias, algo que se barrunta como poco probable, dado el ejército de 'ayudantes' que tiene en nómina; o directamente Sánchez mintió en el Senado inventándose un discurso efectista que llegase a las masas para poner en la diana a Feijóo.
Esta opción es la que sostienen desde el PP, que calificaron las acusaciones de Sánchez de mentiras, algo que se confirma vez que desde Presidencia niegan conocer nada acerca de las fuentes que usa su 'jefe' para atacar a la oposición, desmarcándose de su discurso. Un reconocimiento implícito de que se lo inventó.

Recurso habitual

No es casual. Los «poderosos» se han convertido en el recurso de Sánchez para intentar crear nichos electorales y achacar el empobrecimiento social generalizado al enriquecimiento desmedido de una élite, muy en la línea de las teorías fundacionales de Podemos.
El caso de Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, es paradigmático: la Sala de los Penal Audiencia Nacional ha dado un varapalo a la propia Fiscalía por insistir en acusarle en una de las piezas del «Caso Villarejo» pese a haber sido ya archivado y no existir indicio alguno que justificara la imputación del directivo de una de las empresas señaladas por el Gobierno, pese a que son las gasísticas y las petroleras, y no las eléctricas, las beneficiarias de la subida de precios y de la inflación.
«Nada alegan los recurrentes sobre el particular, limitándose a insistir en la presidencia de Iberdrola y poniendo con ello de relieve el claro desequilibrio existente respecto al acervo indiciario que sustentaba la imputación a Ignacio Sánchez Galán de los hechos concernientes a los demás proyectos», reza el auto en posesión de El Debate referido a la Fiscalía, dependiente jerárquicamente de la Fiscalía General del Estado de cuyo dominio Sánchez presumió en público.
El trato a Galán es la punta de un iceberg mucho mayor que tiene indignada a la gran empresa y a la CEOE, al considerar insólito que, en tiempos de crisis, se lance una campaña contra las corporaciones clave del país, se aumenten sus cargas fiscales y laborales y, además, se las relacionen con operaciones políticas que el propio Sánchez luego es incapaz de demostrar.
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