La UCO levanta acta del hundimiento del sanchismo en Ferraz
El incendio continúa descontrolado. Los focos se multiplican. Alrededor de Sánchez solo hay llamas y cenizas. Y él sigue encerrado en la Moncloa, buscando una salida que no encuentra

Los agentes de la UCO entrando en la sede nacional del PSOE este viernes
La escena de los agentes de la UCO entrando en la sede del PSOE de la calle Ferraz retrató este viernes, en toda su crudeza, el hundimiento del sanchismo. Mientras los investigadores entraban en el despacho de Santos Cerdán para clonar sus cuentas de correo electrónico y registrarlo todo, Pedro Sánchez permanecía encerrado en la Moncloa; buscando a la desesperada buscar una escapatoria que no encuentra.
Los días pasan lentos en el PSOE a la espera de ese Comité Federal del 5 de julio que se anuncia crucial, si es que los hechos no se precipitan antes. Ese día, Sánchez pretende borrar el rastro de Cerdán del organigrama del partido, como si con ello fuese suficiente. De alguna manera, los socialistas siguen anclados en ese fatídico jueves 12 de junio; siguen tratando de digerir las 490 páginas del último informe de la UCO, que desenmascaró a su último secretario de Organización y desató el pánico en las filas de la formación.
Nadie se fía de nadie, nadie pone ya la mano en el fuego por nadie. El ambiente de desconfianza es total. Y, quien más y quien menos, todos en el PSOE han repasado estos días sus chats en el teléfono y hecho memoria de sus conversaciones con Koldo García, que al parecer lo grababa todo. También las mantenidas con José Luis Ábalos, que en el disco duro incautado a su acompañante en el registro de su domicilio guardaba su venganza.

Un policía nacional custodia la sede del PSOE
El incendio continúa descontrolado. Los focos se multiplican. Este viernes cayó el portavoz adjunto del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza, Alfonso Gómez-Gámez, porque aparece mencionado en uno de los audios. Otro calcinado. En Navarra, las llamas azotan al Gobierno de María Chivite con especial virulencia: la presidenta de la Comunidad Foral está en la cuerda floja por los contratos adjudicados a la empresa Servinabar. Se anuncian nuevos hallazgos de los investigadores de la Guardia Civil. Personajes señalados, como Francina Armengol y Ángel Víctor Torres —presidenta del Congreso ella, ministro de Política Territorial él—, pregonan a los cuatro vientos lo tranquilos que están. También decía estarlo Cerdán.
Y el futuro de Sánchez es pasto de las especulaciones, alimentadas por su encierro de los últimos días: el jueves se borró de la inauguración del 13º Congreso Confederal de Comisiones Obreras y mandó en su lugar a María Jesús Montero. Desde su despacho envió una carta al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, declarándose objetor del 5 % del gasto en defensa que promueven Donald Trump y Rutte.
El viernes vació su agenda y buscó el hombro de Salvador Illa, a quien recibió de forma privada en la Moncloa para abordar su situación crítica. Ya dos semanas antes del informe Cerdán, El Debate situó al presidente catalán en la parrilla de salida de las quinielas para suceder a Sánchez. Poco después fue cuando los agentes de la UCO entraron en el despacho de Cerdán en Ferraz, enviados por el juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, y en dependencias de Adif, el Ministerio de Transportes y la Dirección General de Carreteras.
Tierra de por medio
Este fin de semana, el presidente tampoco tiene ningún acto anunciado. Según la versión oficial, está volcado en hacer llamadas internacionales para sumar a más países a su postura en contra del 5 % del PIB para defensa. El martes podrá tierra de por medio. Concretamente, los 1.700 kilómetros que separan Madrid de La Haya, donde ese día arrancará la cumbre de la OTAN. De ahí se irá a Bruselas para participar en el Consejo Europeo del jueves 26 de junio. Y, a partir del 30, tendrá lugar en Sevilla la IV Conferencia Internacional de la ONU sobre Financiación al Desarrollo.
En la Moncloa lo más que reconocen es que tienen que «aprender a convivir» con este fuego que no logran perimetrar —es imposible—. También tienen que luchar contra la rumorología, los nervios y el derrotismo en las filas socialistas. La cuestión de confianza parece una salida cegada: si los responsables de Podemos y el BNG rechazaron reunirse con el presidente en la Moncloa esta semana, y los ERC, el PNV y Coalición Canaria acudieron, pero no quisieron fotografiarse, como para pedirles a todos ellos que voten a favor de otorgar la confianza a Sánchez. No lo harán porque no saben qué más hay, por mucho que el líder del Ejecutivo les haya garantizado que su partido no se ha financiado ilegalmente.
El miércoles empezó a circular la teoría de que el presidente podría dimitir y, en lugar de convocar elecciones, designar a alguien sin mancha que aguante el tirón hasta 2027. Pero de nuevo algo así pasaría por los socios de Sánchez, porque el elegido habría de someterse a una votación de investidura. Fuentes del Gobierno niegan rotundamente esta conjetura y la atribuyen a quienes están «mintiendo e intoxicando» para pescar en el río revuelto, aunque es una opción más factible que la cuestión de confianza.
Solo existe un precedente de algo así, que fue cuando Adolfo Suárez dimitió en enero de 1981 y dejó paso a Leopoldo Calvo Sotelo (su investidura fue interrumpida por el golpe de Estado del 23-F). El día que Suárez anunció su decisión, se dirigió a los españoles así: «Un político que, además, pretenda servir al Estado debe saber en qué momento el precio que el pueblo ha de pagar por su permanencia y su continuidad es superior al precio que siempre implica el cambio de la persona que encarna las mayores responsabilidades ejecutivas de la vida política de la nación».
Y la disolución de las Cortes y la convocatoria de las elecciones sigue sin ser una opción para Don Teflón, como le ha apodado el periódico The Times. No tiene un relato con el que intentar la épica en esos hipotéticos comicios, como en 2023 lo fue el 'o yo o la ultraderecha'. Solo quedan llamas y cenizas a su alrededor. Lo que está en juego no es su supervivencia, o no solo, sino sobre todo la del PSOE.