Claustro de la Universidad de Oviedo
Hermandad de Defensores de Oviedo
Advierten de que retirar la placa del rector de la Universidad de Oviedo, Sabino Álvarez, iría contra la Ley
Consideran que el lugar donde se sitúa la placa es un edificio histórico protegido y, por lo tanto, salvaguardado de la Ley de Memoria Histórica
La Hermandad de Defensores de Oviedo considera que la misma Ley de Memoria Histórica protege el edificio histórico de la Universidad de Oviedo de las actuaciones aprobadas por el actual claustro el pasado 7 de octubre y, por lo tanto, pide que «se abstenga de cualquier actuación de retirada de la lápida de homenaje al rector don Sabino Álvarez Gendín y del monumento a los caídos existente junto al Rectorado».
Según justifica esta Hermandad, «el edificio donde pretenden actuar tiene el calificativo de histórico, forma parte del patrimonio histórico asturiano y goza de la máxima protección, no siendo posible realizar actuaciones que afecten al mismo sin al menos el dictamen previo de la Comisión de Patrimonio del Principado de Asturias, el pertinente proyecto técnico así como las correspondientes autorizaciones y licencias autonómicas y municipales», según la Ley del Patrimonio Cultural de Asturias 1/2001 de 6 de marzo.
Al mismo tiempo, recuerda que el artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica señala que la retirada de placas «no será de aplicación cuando las menciones sean de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley».
Defendieron la Universidad
La Hermandad de Defensores de Oviedo recuerdan que el rector Sabino Álvarez reconstruyó la Universidad «tras el estado de ruina en la que había quedado a consecuencia de su voladura y quema en la revolución de octubre del 34 y de los incesantes bombardeos durante el cerco de Oviedo en 1936». «Y también deberían recordar», continúa el texto enviado a la Universidad, «que los muertos que figuran en la lápida que acordaron retirar defendieron Oviedo, y el edificio histórico de la Universidad por ende, de aquellos mismos que en la Revolución de 1934 incendiaron dicho edificio con su valiosísima biblioteca de incunables y otras joyas artísticas que se perdieron para siempre, y de los mismos que bombardearon incesantemente el Edificio Histórico durante el cerco y sitio de Oviedo en 1936 y 1937».
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