La exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez, presentando su dimisión rodeada de la cúpula
Interior
La foto de la exdirectora de la Guardia Civil que dispara la polémica
La dimitida María Gámez anunció su dimisión en un acto con pompa institucional en el que involucró a cuatro miembros de la cúpula de la Benemérita
El pasado miércoles, el gabinete de prensa del Instituto Armado invitaba a los medios a la «declaración institucional» de la ya exdirectora de la Guardia Civil, María Gámez, a las 13.45 y a la hora señalada ésta aparecía rodeada de la cúpula del cuerpo.
«Les he convocado para anunciarles mi renuncia como directora general de la Guardia Civil», comenzaba su alocución Gámez, quien exponía como los motivos el «haber tenido conocimiento» de que su marido había «sido citado en el marco de un procedimiento judicial».
Gámez dimitía, según aseguró, «por principios, honestidad y responsabilidad», antes de que se conocieran los detalles: la presunta participación de su marido en un caso derivado de los ERE de Andalucía.
A estas razones, como ha publicado El Debate, se sumarían las operaciones inmobiliarias sospechosas llevadas a cabo por la exrresponsable de la Benemérita y su familia.
Unos argumentos puramente personales pero una puesta en escena totalmente institucional, empleando la imagen de los altos mandos del cuerpo allí presentes.
Estos son Pablo Salas, director adjunto operativo (DAO), Félix Jesús Blázquez, jefe del Mando de Operaciones, Manuel Llamas, jefe del Mando de Personal, y Arturo Espejo, jefe del Mando de Apoyo.
María Gámez anuncia su dimisión como directora de la Guardia Civil
Su presencia de la mano de la exdirectora no ha sentado nada bien en algunos círculos del Instituto Armado. Es el caso de Josema Vallejo, guardia civil y vicepresidente de la asociación Una Policía para el Siglo XXI. Vallejo publicaba un mensaje en Twitter en el que indicaba que «esta es la imagen de moda, pero la Guardia Civil no es eso».
«No olvides que, además de esos cuatro que se someten al dictamen político o los otros cinco o seis que se corrompen por dinero, cocaína o prostitutas, hay 81.500 agentes honrados dispuestos a jugarse la vida por tu seguridad», añadía este sábado.
El general de división retirado Rafael Dávila ha sido otra de las voces que se han alzado públicamente contra la instantánea. En un reciente artículo en su blog, alegaba que «el acto de dimitir es de ella, personal e intransferible y la imagen de hacerlo rodeada de altos mandos de la Guardia Civil como si estuviese apoyada y sustentada por ellos es inadmisible».
«Dimite ella y solo ella, sin amparo ni cobijo, sino como cualquiera que decide irse. Ese coro a su alrededor descompone la imagen de su dimisión, suya y solo suya sin que la Guardia Civil deba pronunciarse más allá, ni con palabras ni con la imagen», agregaba sobre el broche final de la carrera de Gámez dirigiendo al Instituto Armado.
Gámez lleva desde principios de los 2000 desempeñando cargos públicos de la mano del PSOE. Abogada de formación, los últimos años de su carrera profesional han estado ligados directamente a la política, una función que también desempeñaba activamente en las redes sociales.
Según el recuento realizado por este diario, en su cuenta de Twitter había publicado más de medio centenar de mensajes criticando al PP, antes de coger los mandos de la Benemérita durante esos tres años que acabaron de manera abrupta el pasado 22 de marzo.
Comentarios
