Imagen de una de las múltiples pintadas que sufrió la librería Lagun, en este caso, en el año 2001
Cierra la emblemática librería Lagun, icono de la resistencia al terror de ETA
El establecimiento donostiarra fue objeto de bombas y ataques incendiarios durante los años más duros del terrorismo
Fue símbolo de la resistencia al terrorismo etarra. Sobrevivió a decenas de ataques terroristas, desde pintura, cócteles molotov, explosivos… Hasta uno de sus fundadores, el que fue consejero de Cultura del Gobierno Vasco, José Ramón Recalde, sobrevivió al disparo que le atravesó la cara en el año 2.000. Sin embargo, la librería más icónica de la libertad y la resistencia, la librería Lagun que durante tantos años atrajo la esperanza a la plaza de la Constitución de San Sebastián, cerrará sus puertas en las próximas semanas.
La librería Lagun abrió sus puertas en 1968. En ese momento, destacó por tener libros antifranquistas. «Queríamos una librería que chocara con el ambiente político franquista, que ofreciese una cultura democrática. Durante el franquismo, sabíamos que los ataques eran posibles y asumimos el riesgo. Nos atacaban los guerrilleros de Cristo Rey», decía otro de los fundadores, Ignacio Latierro, en un documental de 2019.
Sin embargo, una vez entrada la democracia, la librería conoció los ataques más furibundos, los de ETA y sus acólitos. En el año 1983, tras la muerte del etarra Antonio Tolosa mientras manipulaba una bomba, los proetarras convocaron una huelga en San Sebastián. Pero los dueños de Lagun no quisieron obedecer las órdenes y permanecieron abiertos. Desde ese momento se convirtió en objetivo prioritario de los jóvenes de la kale borroka y de los mayores de ETA.
Solo en un año como 1996, la librería sufrió más de una veintena de ataques. Quizá el más importante fue el que tuvo lugar aquella Nochevieja cuando al más puro estilo de las juventudes hitlerianas, un grupo de jóvenes abertzales rompieron sus cristales, sacaron todos los libros e hicieron una hoguera con ellos en mitad de la plaza de la Constitución. Pero también fue icónico cuando al día siguiente, decenas de personas hicieron cola en el exterior para entrar a comprar los libros que habían resultado quemados.
El 14 de septiembre de 2.000 el etarra Óscar Celaráin disparó a bocajarro en la cabeza de José Ramón Recalde, uno de los fundadores de la librería y exconsejero de Cultura del Gobierno Vasco. Por fortuna, el disparo no cumplió su objetivo y Recalde sobrevivió.
Finalmente, la icónica librería abandonó el territorio abertzale del centro de San Sebastián y se fueron a un lugar más tranquilo. Pero ni aún así, encontraron la tranquilidad. «Recalde RIP» les pintaron en 2010.
Finalmente, después de décadas de lucha, de resistencia y de libertad, la librería más icónica del País Vasco tiene que bajar definitivamente sus persianas tras varios años de crisis económica motivada por el descenso de las ventas de libros. Este verano se pondrá fin a 55 años de resistencia y libertad