Defiende a una mujer de ser robada
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La historia del joven que salvó a una mujer de una paliza y acabó condenado a prisión y a pagar 180.000 euros
En 2015 un joven persiguió a un hombre al que vio pegar y robar el bolso a una mujer. Por primera vez escuchamos el testimonio del héroe
Ocurrió en Fuengirola, Málaga, el 8 de febrero de 2015. Sobre las 07:45 horas una mujer iba camino a su trabajo en el Hotel Las Palmeras. De repente, una pareja, hombre y mujer, la asaltaron para robarle. La víctima se llevó varios golpes y patadas en la cabeza. Al final le quitaron el bolso. Un joven de 22 años, Borja, que salía de trabajar de la discoteca con dos amigas, vio la escena y persiguió al ladrón.
El atracador se enfrentó con Borja. Le lanzó varios derechazos, unos impactaron y otros los esquivó. El joven respondió, le salió así: dos puñetazos. El atracador cayó al suelo y del golpe sufrió un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral que le causó la muerte dos días más tarde.
Borja fue acusado de homicidio y se tuvo que sentar en un banquillo. Le condenaron a dos años de prisión y a pagar una multa de 180.000 euros a dos hijas del fallecido que ni siquiera le fueron a ver al hospital. En la sentencia el magistrado dice: «Siendo el acusado quien sin esperar buscar una situación alternativa cual podría ser avisar a la policía o limitarse a seguir al ladrón, decidió correr tras él».
¿Hizo mal? ¿Debió abstenerse de recuperar el bolso? ¿Debió dejar que el ladrón le pegase sin responder? En síntesis, ¿debemos mirar hacia otro lado cuando maltratan a una mujer o cuando la roban por temor a ser condenados?
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