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El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz

El fiscal general del Estado, Álvaro García OrtizEFE

Tribunales

Las frases del informe de la UCO que acorralan al fiscal general: «Necesitamos cerrar el círculo»

Las conclusiones de los agentes de la Guardia Civil complican el futuro judicial de Álvaro García Ortiz, de la jefa provincial de Madrid, Pilar Rodríguez e incorporan nuevos actores a la causa penal

Cincuenta y siete páginas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil pusieron ayer el foco en las verdaderas intenciones del Gobierno y la Fiscalía, como presunto brazo ejecutor del mismo, para divulgar la situación tributaria y legal del novio de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Tanto los pantallazos de las conversaciones mantenidas entre el titular del Ministerio Público, Álvaro García Ortiz, con diferentes miembros del escalafón, como el diagnóstico de los agentes, acercan la tesis del complot, mediante una presunta revelación de secretos, contra una rival política. Estas son las frases que resumen las conclusiones de los agentes.

La fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, también imputada, envía un WhatsApp al fiscal general del Estado, en el cual se pone a su disposición: «Hola jefe. A tu disposición». La reacción se enmarca dentro de una diligencias de archivo de una investigación que afectaba a la pareja de la presidenta de Madrid, estaba en el Ministerio Público y todo apunta a que, en un primer momento (¿cuándo nadie sabía todavía quién era, o con quién estaba relacionado sentimentalmente, Alberto González Amador), quedó aparcada.

De hecho, el jefe de prensa de la Fiscalía en la Comunidad de Madrid, Íñigo Corral pregunta a Pilar Rodríguez sobre el asunto cuando se ha publicado, por primera vez, en prensa: «¿Esto es nuestro?». Una información que los agentes consideran que «supuestamente» parte del Ministerio Público que es quien se lo habría hecho llegar al medio que lo divulga, aparentemente, como el resultado de una investigación periodística.

Sin embargo, la propia Rodríguez reconocerá en otras conversaciones que dicha publicación habría provocado el enfado de la fiscal jefe superior autonómica, Almudena Lastra, con la Fiscalía General del Estado por la filtración «(...) de lo del novio de Ayuso». Una secuencia que vendría a corroborar la tesis de los agentes, sobre la premeditación e intencionalidad de lo ocurrido, apoyada en un importante hilo temporal que se detalla en el informe.

La fiscal Pilar Rodríguez califica de «zafiedad», en varias ocasiones a lo largo del informe, todo lo que dice Díaz Ayuso sobre el asunto. No parece haberle gustado que la presidenta de la Comunidad de Madrid hiciese referencia en redes sociales a su pasada condición como directora general del Ministerio de Justicia con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, pero prefiere no reaccionar oficialmente para «no alimentar a la bestia».

Son varios los compañeros que se dirigen a ella para darle ánimos y prestarle su comprensión y apoyo, entre ellos, incluso, un abogado que no forma parte de la Fiscalía, José María Anguiano Jiménez, y con el que Rodríguez intercambia una conversación relativa a un asunto confidencial, a partir de una noticia de prensa que éste le remite sobre el tema. En otro momento, de otro día, es la propia fiscal la que si dirige a él para adelantarle que «parece que mañana van a contar nuevas mentiras».

También le escribe el teniente fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado (FGE), Diego Villafañe, tildando de «infamias» las reacciones de la presidenta madrileña Díaz Ayuso a la publicación de la nota de prensa de la Fiscalía Provincial que dirige Isabel Rodríguez, sobre la causa judicial de su pareja, un ciudadano particular. «Ya me dijo Álvaro [García Ortiz] que habló ayer contigo. Ánimo y espero que no te afecten lo más mínimo las infamias de Ayuso», le dice Villafañe.

Por si esto no fuese suficiente, este fiscal se muestra contrariado por el enfado de su compañera la jefa autonómica de Madrid, Almudena Lastra, con el comunicado porque, según él, «con otras filtraciones no se ofende». ¿Sugiere, por tanto, un miembro de la Fiscalía que no es la primera vez que se filtra información confidencial desde la institución?.

Insiste Villafañe en los ánimos a su compañera: «Tú cuídate mucho que ya te digo que te vamos a necesitar a tope». A lo que Pilar Rodríguez le responde: «Ayyyy... en qué estaréis pensando». De esta conversación, los agentes de la UCO destacan, por un lado, la subordinación que existe por parte de esta última, pues desde la Fiscalía General del Estado «pudiera parecer que tendrían algún plan profesional para la fiscal jefe provincial»; y, por el otro, «el hecho de que se hable en plural por parte de ambos», como si de manera indirecta estuviesen incluyendo a su jefe máximo.

De hecho, no tardará en entrar en escena, en esta ocasión de manera directa con Pilar Rodríguez, el propio fiscal general Álvaro García Ortiz que la llama el 13 de marzo. La fatídica noche en la que sacan del campo de fútbol al fiscal encargado del caso, Julián Salto, para que les remita la documentación íntegra de la causa contra Alberto González Amador. Un primer intento frustrado hace que, tres minutos después, a las 21:10 horas se registre un mensaje de Whatsapp: «Llámame cuando puedas».

Se está ya detrás de los correos cruzados entre el fiscal Salto y el abogado de González Amador. Se necesitan todos, íntegros, «para cerrar el círculo», asegura García Ortiz a Pilar Rodríguez. Manos a la obra, ésta los recaba de Salto, que se encuentra en el estadio Metropolitano para presenciar un encuentro de Champions League entre el Atlético de Madrid y el Inter de Milan. Rodríguez pregunta: «Hola. A qué correo te mando los correos cruzados de Julián y el abogado». Respuesta del fiscal general: «alvarogarcia.ortiz@gmail.com». Una cuenta particular, como adelantó El Debate en exclusiva en julio.

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