El consejo que Yolanda Díaz dio a Feijóo sobre Vox: la izquierda está preocupada
El auge de la derecha en los sondeos, más por la subida de Vox que por la del PP, tiene a los socios de Gobierno en alerta. Aunque la vicepresidenta segunda lo disfrace de sugerencia desinteresada

Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz, en el último Congreso de UGT
Cuenta sus últimas batallas electorales por derrotas -gallegas, vascas y europeas-, pero aun así Yolanda Díaz es muy dada a dar consejos. A Alberto Núñez Feijóo le dio uno a finales de noviembre, cuando ambos coincidieron en el 44º Congreso Confederal de UGT. La vicepresidenta segunda aprovechó su discurso para interpelar al líder de la oposición, que se encontraba entre el público, sentado junto al líder de Comisiones Obreras, Unai Sordo. «¿Vais a hacer lo mismo con la jornada laboral de 37 horas y media que con la reforma laboral?, ¿vais a votar en contra?», le preguntó la también ministra de Trabajo en tono inquisitorial. No contenta con eso, acabado el acto, Díaz agarró en privado a Feijóo y le advirtió de que si se escora hacia Vox no va a gobernar jamás. Entre una cosa y otra, el presidente del PP debió de pensar que quién le había mandado a él meterse en la boca de UGT.
El pasado martes, desde la sala de prensa de la Moncloa, la socia de Pedro Sánchez volvió a hacer a Feijóo la misma pregunta, después de que el Consejo de Ministros aprobara el anteproyecto de ley de la reducción de la jornada laboral. La vicepresidenta segunda se ha hecho sus castillos en el aire, aunque a la medida le queda un largo camino por delante, puesto que debe volver al Consejo de Ministros como proyecto de ley y después iniciar los trámites parlamentarios.

La vicepresidenta Yolanda Díaz, el martes tras el Consejo de Ministros
Díaz está convencida de que la reforma saldrá adelante porque tiene la calle ganada (a los asalariados de derechas también les gusta trabajar menos horas, sostiene). Eso le servirá a su vez para empoderar a Sumar ante el PSOE y, sobre todo, ante Podemos. Y para que su coalición la aclame como candidata a las próximas elecciones -sean cuando sean-, aunque para entonces no ocupe ningún cargo orgánico. Cabe recordar que Sumar celebrará su Asamblea refundacional los días 29 y 30 y que Díaz renunciará a todos sus cargos, porque no le gusta la vida de partido.
Ése es el plan. Pero de momento la realidad es muy distinta. La tendencia que muestran las encuestas desde que comenzó el curso es: la izquierda divida en tres e incapaz de reeditar su mayoría ni buscando votos debajo de las piedras, que diría el presidente; la derecha en máximos de en torno a 190 escaños e, irónicamente, enfrascada en luchas cainitas.¿Es probable que Díaz le recomendara a Feijóo que no se acerque a Santiago Abascal ni para pedirle la hora con toda su buena intención, porque lo aprecia? ¿es posible que fuera por hacer un favor al único capaz de desalojarlos a Sánchez y a ella de la Moncloa? Ella sostiene que sí, pero no suena muy creíble. Más bien suena a lo que es: el auge de la derecha en los sondeos, más por la subida de Vox que por la del PP, tiene a los socios de Gobierno en alerta.
La propia Díaz advirtió a Sánchez sobre Feijóo cuando éste fue elegido presidente del PP, en abril de 2022: «Feijóo es un gran adversario. Hay que reconocerlo para poder ganarlo», le dijo textualmente la vicepresidenta, que siempre ha presumido de conocer muy bien a su paisano de los tiempos en los que se batió el cobre con él en la política gallega (las cuatro mayorías absolutas de Feijóo en Galicia dan idea de lo desigual que fue aquella pugna). Lo contó ella misma después.
Y sí, el PP y Vox están llamados a entenderse. Y no, no se llevan tan mal como a veces quieren aparentar. Aunque Feijóo acuse a Abascal de hacer «oposición de tumbona y dedito levantado». Aunque Abascal conteste a Feijóo que solo se echará en la tumbona «después de recorrer España y el resto del mundo para que sepan que PP y PSOE han traicionado y estafado a los españoles».

Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo
Cuando Feijóo se presentó a la investidura, tuvo a favor los 33 votos de Vox. Cuando más recientemente hizo un llamamiento al PNV y Junts para presentar una moción de censura contra Sánchez, Vox también lo respaldó, a cambio de que fuera una moción instrumental, que derivara en la convocatoria inmediata de las elecciones generales.
El relevo en el PNV
Esta misma semana, las noticias llegadas desde Bilbao redundan en esa necesidad de entendimiento. Si alguna vez los populares tuvieron puestas ciertas esperanzas en la renovación en la cúpula del PNV, el jueves quedaron todas arruinadas. La relación de los nacionalistas vascos con el PP no va a mejorar tras la llegada de Aitor Esteban a la Presidencia de la formación vasca, en sustitución de Andoni Ortuzar (cuánta literatura en torno a la supuesta caballerosidad en el relevo para ocultar la realidad: uno no quería soltar el poder y el otro no quería seguir siendo un segundón).
No había ningún feeling entre Feijóo y Ortuzar y tampoco lo hay con Esteban, que casi semanalmente se las tiene tiesas con el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado. La polémica en torno al palacete de la Avenida Marceau de París ha sido el último de una larga lista de desencuentros, convenientemente azuzados desde el Gobierno por interés propio. En cierta ocasión, el hasta ahora portavoz del PNV en el Congreso llegó a amenazar a Feijóo con contar lo que le había ofrecido para que los cinco diputados peneuvistas votaran a favor de su investidura. Después, su partido filtró bajo cuerda que el Ministerio de Industria y más cosas. Los populares siempre lo negaron. Así las mata siempre callando el PNV.