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Pedro Sánchez se abraza a Santos Cerdán tras ser investido presidente, en noviembre de 2023

Pedro Sánchez se abraza a Santos Cerdán tras ser investido presidente, en noviembre de 2023EFE

Sin garantías

El vértigo invade al PSOE ante los riesgos del apoyo a Santos Cerdán

Los socialistas no pisan tierra firme. Y solo les queda confiar en que no estén equivocados con su secretario de Organización, que fue ratificado por el presidente en diciembre

Santos Cerdán no es un político al que le gusten los focos, pero estos días se muestra aún más esquivo de lo habitual. El secretario de Organización del PSOE se sabe protagonista involuntario de muchas conversaciones de sus compañeros y rivales, por su presunta participación en la trama en torno a José Luis Ábalos. Y lo lleva muy mal.

El informe que la UCO facilitará al juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, y que alude al navarro, tiene a los socialistas en vilo. Su actual secretario de Organización, el hombre que cerró el trato con Carles Puigdemont para la investidura de Sánchez y que ha seguido entrevistándose regularmente con los dirigentes de Junts, señalado por corrupción y mordidas.

El Debate publicó este lunes que la UCO investiga si cobró una comisión ilegal de una constructora cuyo presidente es amigo personal suyo y que obtuvo un contrato público de 76 millones de euros del Gobierno de Navarra en 2023. El aludido, que fue hombre de confianza de Ábalos hasta su destitución, siguió guardando silencio.

De la misma manera que nunca se conocieron los motivos por los que Pedro Sánchez destituyó a Ábalos como ministro y número tres del PSOE en el verano de 2021, también es un misterio por qué el presidente ratificó a Cerdán como secretario de Organización y fontanero en jefe el pasado mes de diciembre, a pesar de que el río ya sonaba. ¿En defensa de Cerdán o en defensa propia?

Para entonces, el pasado otoño, Víctor de Aldama había declarado que entregó en mano a Cerdán un sobre con 15.000 euros en un bar junto a la sede del PSOE, en la calle de Ferraz, el 14 de junio de 2021. «Yo no he recibido dinero; que geolocalicen los móviles, a ver si yo he coincidido alguna vez con ese señor. Nunca he estado con él», respondió él entonces, indignado por las acusaciones.

En las semanas previas al 41º Congreso Federal, la continuidad del número tres del PSOE fue pasto de las especulaciones, como también la de la vicesecretaria general, María Jesús Montero. Pero el presidente apostó por ambos. Sánchez selló ese respaldo con un abrazo a Cerdán en el acto de inauguración del cónclave socialista, en la que el segundo se dijo víctima de una «mentira en sede judicial», en alusión a la declaración de Aldama en la Audiencia Nacional.

Oleada de adhesiones

El PSOE ha desencadenado una oleada de adhesiones a su secretario de Organización, sin tener más garantía que la palabra del propio Cerdán. El pasado jueves, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes incluso llegó a poner la «mano en el fuego» por él, algo que antes solo había hecho Montero por su jefe de Gabinete. Claro que, en esa misma entrevista en Onda Cero, Félix Bolaños también negó que Sánchez estuviera siendo víctima de un chantaje. Y cuatro días después resultó que sí hubo un intento de chantaje, reconocido por altos cargos del Ejecutivo y del partido a El País y publicado el domingo.

«Es una hipótesis que no contemplo. Tengo confianza en Santos Cerdán, le conozco y confío en él, igual que el ministro Félix Bolaños», señaló este lunes el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que junto con Cerdán ha sido perejil de varias salsas del PSOE con Junts en el último año y medio. La buena relación de Cerdán con el secretario general de Junts, Jordi Turull, ha sido clave para mantener la legislatura a flote.

El viernes, el propio Sánchez tocó a rebato en defensa del número tres de los socialistas, después de que éste hubiera denunciado ser víctima de acoso en su domicilio por parte de una periodista. «Mi solidaridad con Santos Cerdán y su familia. El acoso de ultraderechistas disfrazados de periodistas no tiene cabida en una democracia. Esto no va de partidos, va de derechos», escribió en X.

Y, a partir de ahí, todos fueron detrás. También la agrupación socialista en Milagro, su pueblo: «Santos Cerdán es un hombre leal y fiel que lo único que está haciendo es trabajar por un proyecto político en el que cree y defiende por encima de todo (…). Es inaceptable el señalamiento, la persecución y el hostigamiento personal al que está siendo sometido», denunciaron los navarros en un comunicado.

Los socialistas no pisan tierra firme. Y solo les queda confiar en que no estén equivocados con su número tres. Porque cuando estalló el caso de las mascarillas, en febrero de 2024, Ábalos ya no era un alto cargo ni del Gobierno ni del partido. Pero Cerdán sí lo es.

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