
José Moro, en la vendimia de Cepa 21
José Moro, la continuidad de una saga vitivinícola de leyenda
El bodeguero ha tomado las riendas de Cepa 21, sustentando su proyecto en la innovación sin perder de vista las raíces que entroncan con la labor de su padre y su abuelo
Un paisaje salpicado de cepas se divisa desde la carretera N-122 a su paso por Castrillo de Duero, en Valladolid. En el corazón de Ribera de Duero, emerge la bodega Cepa 21, fundada hace más de 20 años, bajo el liderazgo de José Moro, quien tuvo como meta fundacional el liderar la viticultura moderna con nuevas tecnologías y sistemas innovadores.
La historia de José Moro y su pasión por el vino se remonta a tres generaciones: su abuelo Emilio Moro nació en 1891 y su padre Emilio Moro en 1932, ambos en un entorno vitivinícola rodeados de viñedo y forjaron su pasión con esfuerzo añada tras añada. Y son precisamente estas raíces las que unen a José Moro con su tierra y con su pasión. Le gusta rememorar cómo con siete años su padre le puso a limpiar una cuba de vino con un cepillo.
Tras más de tres décadas al frente de la bodega Emilio Moro, el pasado marzo anunciaba su decisión de abandonar su puesto como presidente por diferencias en la «visión estratégica» de la empresa con el resto de su familia. José Moro (Pesquera de Duero, Valladolid, 18 de septiembre de 1959) siempre ha sustentado su andadura como bodeguero en dos pilares; la innovación y la importancia de la promoción comercial. Ha puesto en marcha proyectos pioneros como el desarrollado conjuntamente con IBM para aplicar la IA al mundo del vino o la simulación 3D del viñedo.
«Quiero consolidar unos vinos que tengan carácter, donde la fruta salga con otra personalidad. Que no pase desapercibido y se haga amigo de las papilas gustativas, pero que a la vez te dé nobleza y amabilidad, que esté lleno de matices. Un vino de alma», declara a El Debate.Por otro lado, ha conseguido que el público ponga rostro al autor del vino que bebe, algo muy excepcional en el panorama vitivinícola. José Moro es un excelente relaciones públicas y anfitrión, con una agenda de contactos que incluyen futbolistas, actores e influyentes empresarios. Sus convocatorias siempre se prolongan hasta altas horas de la madrugada, amenizada por su arte con la guitarra. Un vistazo rápido a su Instagram da buena cuenta de su capacidad para comunicar su pasión por el vino a estrellas como Gwyneth Paltrow.
La agenda del bodeguero del silueta espigada y mirada tranquila le deja poco margen para el ocio. Un día amanece en Valladolid, al día siguiente en EE.UU. y el siguiente en América Latina. Confiesa que se cuida, hace ejercicio y sus almuerzos son frugales.
En 2000 publicó el libro Si lo sabes escuchar, el vino te habla, donde detrás de esta frase que solía utilizar su padre cuenta sus experiencias y las dificultades con las que se ha encontrado en su camino al éxito.
«Cada cosecha es un mundo y las condiciones climáticas marcan cómo será el año. Es importante tener un viñedo con raíz profunda, porque la tierra es fundamental para el carácter de los vinos. Para que un vino te saque el alma tiene que salir de la tierra», declara a El Debate. «Todo el estrés que pasan las plantas en verano, lo pasamos nosotros en vendimia. Este año ha sido una cosecha buena y ahora podemos respirar».
Para José Moro, lo único imposible es aquello que no se intenta, un lema de vida que le ha llevado a convertirse en el primer empresario en entrar en la lista de los 100 empresarios líderes en innovación en la prestigiosa revista Forbes.