Joana Biarnés, la moda al natural de los sesenta, a pie de calle

Es considerada la primera mujer fotoperiodista española, una profesión acotada a los hombres en ese momento

Una joven Massiel probándose en Courrèges el vestido que luciría en Eurovisión; Carmen Thyssen -Cervera, entonces- vestida de novia para su enlace con Lex Baxter o Pilar Bardem en sus inicios como modelo, son algunas de las fotografías con las que Joana Biarnés imprimió un estilo en la moda.

Joana Biarnés (Terrassa, 1935-2018) es considerada la primera mujer fotoperiodista española, una profesión acotada a los hombres en ese momento, además de fotofija en el cine y maestra en un área, la fotografía de moda, a la que supo imprimir un estilo propio, sacando la moda a la calle.

«Supo cómo aplicar el fotoperiodismo a la fotografía de moda, captando el momento, lo que le da una frescura y una naturalidad que es su mejor característica, poniendo como fondo las calles de Madrid», explica este martes, Josep Casamartina i Parassols, comisario de la exposición «Joana Biarnés Madrid / Moda a pie de calle», que hoy se inaugura en la Sala Canal de Isabel II donde permanecerá hasta el 23 de julio de 2023.

Diez años de trabajo, entre 1962 y 1972, son los que ilustran la exposición, cuenta Casamartina, que ha visualizado más de 25.000 negativos para concentrar, en algo más de un centenar de fotografías, la evolución de la moda y de la sociedad de una época y de una ciudad, Madrid, sus habitantes y sus barrios.

Calles, esquinas, quioscos de prensa e incluso una rotativa fueron el escenario perfecto para mostrar una moda «sin sofisticación, apostando por la naturalidad», con la que sigue la corriente de su tiempo, como lo hacía el norteamericano William Klein.

Sus trabajos en el diario «Pueblo» o «Boletín de moda» fueron los destinatarios de algunas de las imágenes en blanco y negro que se exponen.

Modelos como Paloma Cela, Adelita de Grado o Pilar de Avia lucían en plena Gran Vía, diseños de Carmen Mir, Antonio Nieto, Lino Martínez, la firma Vargas Ochagavía, Pedro Rodríguez o Asunción Bastida.

Además de fotografías, se exhiben diseños de modistos con los que Biarnés colaboró a lo largo de su carrera. La cantante Karina ha prestado el vestido azul celeste con el que participó en el Festival de Eurovisión (1971) de Antonio Nieto y el marido de Biarnés ha cedido el vestido de novia de la fotógrafa confeccionado por el diseñador canario.

El Museo del Traje ha cedido dos creaciones, una de Mary Quant, de la que Biarnés era una abanderada de su moda, y otra de Paco Rabanne, restaurado para la ocasión.

Mientras que la Fundación Antoni de Montpalau, que dirige el comisario, ha cedido cinco de sus diseños, entre ellos uno de Elio Berhanyer, otro de Carmen Mir y un traje de Renoma, que tuvo una sucursal en Tuset Street, en Barcelona, de la que Joana y su marido, el periodista Jean Michel Bamberger, llegaron a ser socios.

Fotografías que terminan con la irrupción de la moda Adlib, en Baleares, que marca el final de una época no solo en la moda, también para la fotógrafa, que dejó su profesión para dedicarse a la restauración en Ibiza.

Biarnés supo como ganarse la confianza de actores y cantantes de la época, suyas son algunas de las mejores imágenes de Marisol, Lucía Bosé, Rocío Dúrcal o Raphael, además de la célebre fotografía de los Beatles en la habitación de su hotel en Madrid, en la que se coló sin permiso.

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