Fundado en 1910

20 de abril de 2024

Los complejos adolescentes tienen que ver con el físico, y de ahí saltan al plano psicológico

Los complejos adolescentes tienen que ver con el físico, y de ahí saltan al plano psicológicoPexels

¿Cuáles son los complejos adolescentes que más se repiten?

Desde pequeños, que unos padres fomenten la autoestima, el amor, el respeto y la tolerancia hará que más adelante en su vida no les afecte tanto lo que otras personas puedan decir o pensar sobre ellos

La adolescencia es una etapa de cambios y transformaciones. Casi de la noche a la mañana a los chicos les crece una barba todavía prematura y un tanto rala, y la voz se vuelve grave y profunda; y en ellas se desarrollan los senos. El acné es también algo común durante la pubertad y una de las causas de complejos más frecuentes.
Ser demasiado alto, demasiado bajo, delgado o gordo, una nariz muy grande o unas orejas muy pequeñas... Todo ello es una fuente de frustración para los adolescentes y aunque tiene un origen en el físico, deja también mella en su estado y bienestar emocional y psicológico.
Estos son algunos de los complejos más habituales en adolescentes, que como indica la psicóloga Elena Notario, de la Sociedad Española de Medicina del Adolescencia, suelen ser los mismos en chicos y en chicas, a excepción del pecho. «En la adolescencia lo que más prima es el físico», explica. Mientras atraviesan la pubertad, son frecuentes las comparaciones y el querer integrarse y ser parte del grupo, lo que explica, afirma la psicóloga, que vayan todos iguales vestidos o con el corte de pelo de moda.

Un defecto que quizá no es tal

La adolescencia es también el momento en el que termina de brotar la personalidad de cada uno. Y en esa búsqueda de uno mismo, hay también muchas exigencias sociales. «Buscan todo el rato la aprobación de los demás», explica Notario.
Todos los cambios de esta etapa generan la inseguridad de la que acaban surgiendo los complejos, aunque de nuevo las presiones sociales, además de las comparaciones y las críticas tienen también mucho que ver. «Son algo normal», confirma la psicóloga. «El problema viene cuando se convierten en algo disfuncional», añade.
Un complejo no es más que algo considerado como un defecto, aunque no lo sea, que «acaba distorsionando un poco su imagen», explica Notario. Mientras que en otras generaciones, las revistas y la televisión eran fuentes de insatisfacción para los adolescentes, ahora son las redes sociales el escaparate del cuerpo perfecto y la ropa de moda.
Con una personalidad todavía en formación, y por tanto vulnerable, y este panorama en el entorno digital, se crea un cóctel de frustración. «Nunca va a conseguir lo que ve en los demás. El querer ser siempre otra persona genera infelicidad», aclara la psicóloga.

El papel de los padres

Aquello que hace diferente a cada persona, y quizá lo que más preocupaciones le haya generado durante la adolescencia, es también lo que le hace único. ¿Cómo pueden los padres guiar a sus hijos en una aceptación propia? Desde pequeños, que los padres intenten fomentar su autoestima y un educación basada en el amor, el respeto y la tolerancia hará que de adolescentes, no tengan tanto efecto lo que otras personas puedan pensar o decir sobre ellos.
Algo tan sencillo como dejarle elegir qué zapatos quiere en su armario o que sea él mismo quien elija la ropa que ponerse o su corte de pelo da la autonomía e independencia suficiente para ser críticos con los juicios que terceras personas emitan en el futuro. Evitar las comparaciones, con amigos, entre hermanos, que les puedan llevar a pensar que no son suficiente o que se valora más a otras personas que a él mismo, les dará la confianza en sí mismos para atravesar la adolescencia y hacer frente a todos los cambios con la mejor de las actitudes.
Comentarios
tracking