Fundado en 1910

23 de abril de 2024

El rey Melchor recoge las cartas de los niños que esperan la llegada de los Reyes Magos en Barcelona

El rey Melchor recoge las cartas de los niños que esperan la llegada de los Reyes Magos en BarcelonaEfe

«Mamá, ¿existen los Reyes Magos?»: qué hacer si tu hijo tiene dudas en Navidad

Hay investigadores que afirman que mentirles puede resultar negativo para su desarrollo, pero también quienes dicen que puede fomentar su razonamiento

en los últimos días de colegio antes de las vacaciones de Navidad, un rumor se extiende por los patios de los centros educativos: «Los Reyes Magos son los padres». Al acabar la jornada lectiva esos mismos que pueden haber soltado alguna lágrima al enterarse de que una de los días más señalados de estas fiestas, después de la noche del 24, es en realidad un cuento, acuden a sus padres en busca de una confirmación.
«Mamá, papá, ¿existen los Reyes Magos?». Esta pregunta llega cuando uno menos se lo espera y enseguida puede brotar la duda: ¿decir la verdad o mantener la ilusión para los niños?
Este momento llega, según un estudio internacional de la Universidad de Exeter, a los ocho años. Esta es la edad promedio a la que los niños dejan de creer en Papá Noel, según mostraron los datos, que también revelaron, por un lado, que muchos niños continúan fingiendo que creen en los reyes y, por otro, que muchos otros desearían no haberse enterado y continuar con su ilusión (un 34 %).

Adiós a Papá Noel

Un tercio de los encuestados dijo que se había sentido molesto cuando descubrió que Papá Noel no era real, mientras que el 15 por ciento se sintió traicionado por sus padres y el diez por ciento estaba enfadado. Es en este punto donde quizá se encuentre el punto más delicado de no decirle a un niño que los reyes son los padres. Los autores de un segundo estudio, este publicado en Lancet Psychiatry, afirmaron que el mito de Papá Noel destruye el apego seguro de los niños a sus padres.
Y concluyen así argumentando que avivar la fantasía de que hay alguien, sea uno o sean tres, que les trae regalos mientras duermen es, en realidad, mentir; y que las mentiras son perniciosas para ellos, pudiendo afectar así al desarrollo del apego.
Otro partidario en contra de continuar con la ilusión de la llegada del hombre de rojo o de sus majestades es el doctor David K. Johnson. Su razón: mejor decir siempre la verdad. «Degrada la confianza de tus padres, fomenta la credulidad, no fomenta la imaginación y es equivalente a sobornar a tus hijos para que se comporten bien».

A favor de los reyes

En el otro lado de la balanza, también hay quienes defienden la ilusión y la fantasía como algo positivo. Uno de ellos es el neuropsicólogo español Álvaro Bilbao, quien opina que el hecho de que los niños crean en los Reyes Magos les ayuda también a desarrollar la paciencia. Esperar toda una noche – para ellos, la más larga del año– para ver sus regalos es complicado para los niños y conseguir conciliar el sueño en semejante fecha les puede enseñar a gestionar emociones fuertes, como los nervios y la excitación por lo que está por venir.
Que un niño descubra que durante su corta vida en realidad eran sus padres quienes se comían las galletas y bebían la leche que dejaban a sus majestades y el cubo de agua para los camellos, no tiene porque romper su vínculo de apego, sino que puede incluso resultar positivo para el desarrollo de su escepticismo. Así concluye la investigación de J. D. Woolley y M. Ghossainy, de la Universidad de Texas, quienes afirman que mantener la fantasía puede fomentar su razonamiento contrafáctico –contrario a los hechos– y resultar positivo para ellos.
Comentarios
tracking