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18 de abril de 2024

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Paola Roig acaba de publicar La crianza imperfectaPexels

Cómo superar la culpa de no ser la madre perfecta

El pretender alcanzar una maternidad y una crianza perfectas no es una novedad, si bien, con las redes sociales el peso de esa exigencia ha aumentado

Corría el año 1953 cuando una mujer entró en la consulta del doctor Donald Winnicott y le dijo que quería convertirse en la madre perfecta. Así surge el término que este médico acuñó, el de «madre suficientemente buena». No era la primera vez que lo escuchaba, ni que una mujer lo deseaba, y tampoco sería la última.
El pretender alcanzar una maternidad y una crianza perfectas no es una novedad, si bien, con las redes sociales el peso de esa exigencia ha aumentado. «Es muy fácil caer en comparaciones, en pensar que con una solución de 60 segundos te vas a convertir en la madre perfecta», comenta Paola Roig, psicóloga perinatal y autora de La crianza imperfecta.
¿Y cuándo no se logra? «Te frustras», explica la experta, a la que siguen más de 87.000 personas en Instagram en busca de su consejo siempre a favor del sentido común y de recordar los momentos felices de la infancia de unos padres y aplicarlos a sus hijos.
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Para ella, las redes sociales son un arma de doble filo: acompañan y exigen a partes iguales. «Criamos muy solos. Tener a otras mujeres que comparten vivencias con las que te sientes reflejado, da sensación de comunidad», argumenta. El problema surge cuando se cae en la comparación: «Nos olvidamos de que cuando vemos a alguien en redes, es como cuando tú enseñarías la casa cuando vienen invitados», añade.
El peso de la exigencia es tal que suele acabar en sobrecarga, «en una sensación de nunca llegar, de nunca ser suficiente y sentir que el vaso está lleno y cualquier cosa lo colma», aclara la psicóloga. En otras palabras: querer ser la madre perfecta lleva al burnout parental, el síndrome del padre agotado, que conlleva sentimientos de frustración y culpa por no ser capaz de alcanzar un imposible.
En la era de la sobreinformación, todos lo saben todo sobre la paternidad y la crianza. Hay métodos para todo y sobre todo: cómo evitar los cólicos, la mejor manera de sujetarlos para fomentar su desarrollo, de que aprendan a comer, a dormir, a pensar o a sentir... Todos dicen conocer mejor a los niños que sus propios padres.
Baby led weaning, colecho, porteo... «A veces la teoría nos tapa la intuición», afirma la psicóloga, que opina que estas fórmulas están para guiar, no imponer, y para que los padres puedan probar qué les funciona a ellos y a sus hijos.
¿Existe la madre perfecta? «Perfecta ninguna, pero ser buena o mala madre no depende de si das la teta o no, de si colechas o no. Va de otra cosa», sentencia Roig. La crianza imperfecta va de «aprender a ser madre siendo madre», explica. «La que intenta hacer lo mejor para su hijo, pero también se permite fallar y reparar», añade.
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