Iñaki Urdangarin junto a su hijo Pablo y su madre Claire Liebaert
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Iñaki Urdangarin pierde su último privilegio
La firma definitiva del divorcio con la Infanta Cristina da un giro de 180º a la vida del exduque de Palma
Poco más de dos años después de que Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina anunciasen el cese total de la convivencia, la vida del exduque de Palma no había cambiado tanto como ahora. Afincado en Vitoria nunca había perdido los privilegios de miembro de la Familia Real pese a no ejercer su papel de forma activa desde su implicación en el caso Nóos.
Ahora, en cambio, la situación es bien distinta y tan pronto como se dio a conocer el divorcio definitivo de la pareja, el Ministerio del Interior le comunicó que procedían a retirarle el dispositivo de seguridad del que ha gozado durante años. Urdangarin vivía con la protección cuatro escoltas, aunque el organismo oficial nunca ha dado datos exactos. Otros medios apuntan que la cifra podría ser de hasta ocho personas a su cargo, aunque no siempre a la vez dado que debían tener turnos, vacaciones y jornadas que librar.
Fruto de esa férrea protección se explica el motivo por el que apenas hemos podido ver imágenes del exduque de Palma tras su separación de la Infanta Cristina. Solo de forma ocasional, se le ha captado en compañía de su madre, Claire Liebaert, con la que vivía hasta ahora, y Ainhoa Armentia, con la que se ha mudado.
El cambio es significativo no solo por ser la pérdida del último privilegio que mantenía de la Familia Real, sino porque pierde a parte de sus personas más allegadas. El hecho de pasar días completos junto a ellos hizo que Urdangarin estrechase vínculos con sus escoltas –en su mayoría, mujeres–.
Algunos, incluso, le acompañaban desde su etapa de técnico de Telefónica en Washington, a donde la entonces pareja se mudó para evitar las habladurías de su conexión con el famoso caso de corrupción que después le llevó a la cárcel. Tal era la confianza entre ellos que era habitual poder verle a él y a Ainhoa tomar algo con ellos en los locales de moda de Vitoria. sentados a la misma mesa y compartiendo confidencias y risas.
Iñaki Urdangarin y su madre Claire Liebart
Si bien la decisión está tomada, no todos están de acuerdo con ella. Fuentes cercanas a Casa Real han explicado a Monarquía Confidencial que «Debería tener un equipo de al menos dos escoltas para velar por su seguridad. Hay que recordar que se ha divorciado de Cristina, pero es el padre de cuatros hijos que se encuentran en la línea sucesoria al torno», aseguran las fuentes.
Sea como fuere, Urdangarin no teme tanto la falta de seguridad, sino la exposición mediática de la que ahora sí tendrá que huir de la forma más rápida posible. En marzo de 2023, ya se negó a que le quitasen los agentes de la Policía Nacional que velaban por su protección. Una queja que llegó a Casa Real y que, según el programa Y ahora, Sonsoles, contaba con el respaldo de los propios escoltas.
Nada pudo decir que convenciese del cambio y ahora su privacidad con Ainhoa Armentia queda totalmente expuesta. Con ella se ha mudado hace unas semanas dejando su habitación de soltero en la casa de su madre de 88 años. La vivienda está situada, no obstante, a par de bloques de casa de ella, en la urbanización Ciudad Jardín, donde los alquileres rondan los 1.800.
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