El Rey Felipe VI durante el acto del recibimiento de las cartas credenciales, en el Palacio Real
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El apodo con el que la prensa británica se refiere a Felipe VI
El Rey triunfa más allá de nuestras fronteras por una de sus habilidades
No es ningún secreto la predilección de Felipe VI por el deporte, una afición que comparte con su mujer y sus hijas. Es especialmente la Princesa Leonor quien sigue sus pasos no solo dinásticos, sino también atléticos, practicando cuantos deportes puede. Atletismo, esgrima, voleibol, hípica o esquí.
Tuvimos que esperar hasta este año para ver a la futura Reina enfundada en un mono de esquí en la estación de Candanchú junto a sus compañeros de la Academia General Militar de Zaragoza. Previamente solo se la había visto en 2017, rompiendo así la tradición de tres décadas de empezar el año en Baqueira.
Felipe VI a su llegada a la estación de esquí de Baqueira Beret el pasado domingo
Hay quien pensaba que la Princesa había seguido la estela de su madre, que no es tan fan del esquí como Felipe VI. Es por eso que el Rey siempre organiza viajes o en solitario o con sus grupo de amigos para disfrutar de su afición unos días al año. Es lo que le ha llevado al Valle de Arán este fin de semana tras su última vista a las pistas aranesas de Baqueira el año pasado.
El Monarca llegó el viernes por la tarde acompañado de su círculo íntimo, aprovechando que no tenía en el calendario actos oficiales en su agenda. Aunque no han trascendido las identidades de sus compañeros, en otras ocasiones, han figurado nombres como Pedro López de Quesada o Beltrán Gómez-Acebo.
Felipe VI sube a un telecabina en Baqueira Beret, este domingo, durante una jornada de esquí
Sea como fuere el grupo con el monarca a la cabeza visitó el restaurante El fogón del Valle, situado en Vielha, donde cenaron discretamente y sin llamar demasiado la atención. «Teníamos una reserva, pero no sabíamos que era del Rey», confesó Tatiana Wandurrunga, gerente del establecimiento, al medio local Segre. Tal y como explicó, pidieron «a la carta y todo para compartir»: ensalada de queso de cabra, chuletones, longaniza típica del Valle, morcilla de Burgos, vino tinto, tarta de pistachos y helados varios.
La noche dio paso al día y la visita real en las pistas tampoco pasó desapercibida por los amantes del esquí que estaban en la zona. Algunos esquiadores apuntaron que el Rey había elegido el mejor fin de semana por el tiempo que hacía, ya que las últimas nevadas registradas en Aran han dejado hasta 20 centímetros de nieve nueva en pistas y dejando un perfecto día para la práctica con más de 100 kilómetros esquiables.
La capacidad del Rey con los deportes ha sido incluso alabada por medios de comunicación extranjeros. Varios periódicos ingleses, que siempre guardan palabras de cariño para la Familia Real española en general, se desquitaron en esta ocasión con Felipe VI para alabar su habilidad con este deporte y apodarle como ´El Rey de las pistas´.
«Parecía un experto en las pistas mientras esquiaba y parecía relajado en su descanso de los deberes reales». Además, verle en el telesilla subiendo hasta las pistas rojas parece la demostración de que ya está mejor de la lesión que sufrió el pasado octubre, cuando se rompió el escafoides en una caída mientras jugaba al pádel.
Lo cierto es que el monarca es tan aficionado a la vela como al esquí. Si en la época estival, es innegable su participación en la Copa del Rey de Vela; en invierno es imposible imaginárselo alejado de Sierra Nevada, Candanchú, Formigal, Astún o Baqueira. Aunque es mucho más probable que elija este segundo destino, ya que la Familia Real posee una casa en la Pleta de Beret, en Naut Aran, cedida desde 1984 por los empresarios de la estación y en la que estuvo alejado el monarca el fin de semana.
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