Muere a los 81 años Francisco de Borbón Escasany

Francisco de Borbón Escasany, duque de Sevilla y primo del Rey Juan Carlos, fallecía a última hora del 20 de mayo de 2025 en el hospital de la Princesa de Madrid, a la edad de 81 años. Acudió de urgencias por sentirse indispuesto y le detectaron una mancha en el cerebro. Su muerte se produce apenas diez días después del fallecimiento de su hermano Alfonso, lo que ha supuesto un golpe doble para la familia Borbón. Con una trayectoria marcada por la discreción y el compromiso personal y profesional, su pérdida representa el adiós a una figura silenciosa pero significativa dentro de la nobleza española.

Nacido en Madrid en 1943, Francisco de Borbón pertenecía a una rama histórica de la Casa de Borbón. Ostentaba el título de duque de Sevilla, uno de los títulos nobiliarios con mayor tradición de la monarquía hispánica. A lo largo de su vida, sin embargo, decidió mantenerse al margen del protagonismo mediático y protocolario que suele acompañar a los miembros de la familia real, optando por desarrollar su carrera en el sector privado.

Su experiencia profesional estuvo centrada en el ámbito de los seguros y en el sector inmobiliario, donde se ganó el respeto por su carácter metódico, su espíritu emprendedor y su trato cercano. Además, presidió durante varios años la Royal Collections, una fundación conocida por albergar una de las colecciones privadas de gemas más importantes del mundo, lo que refleja también su vinculación con el patrimonio cultural y artístico.

Su fallecimiento fue anunciado públicamente por su yerno, Julián Porras-Figueroa, marido de Olivia de Borbón, quien aseguró que la familia estuvo a su lado hasta el último momento. Las muestras de afecto no se hicieron esperar, tanto por parte de figuras cercanas a la realeza como de numerosos conocidos del mundo empresarial y cultural. A pesar de haber llevado una vida alejada de los focos, Francisco de Borbón supo ganarse el respeto y la estima de quienes lo rodeaban.

Será recordado como un hombre de principios sólidos, profundamente familiar y comprometido con sus responsabilidades. Su discreción, su cortesía y su carácter reservado marcaron una diferencia en una época en la que la nobleza busca redefinirse en una sociedad cambiante. Sus restos mortales serán velados en el tanatorio de San Isidro y la capilla ardiente se abrirá a las 12 del mediodía. Después será enterrado en la sacramental de San Justo.