El tenista Rafa Nadal
Así ha celebrado Rafa Nadal su cumpleaños más atípico
El campeón llega a los 39 años por primera vez lejos del tenis, en plena transición hacia una vida familiar marcada por la espera de su segundo hijo
El 3 de junio ya no es simplemente una fecha señalada en el calendario deportivo español. Durante casi dos décadas, ha funcionado como una efeméride no oficial para miles de aficionados al tenis, especialmente para quienes han seguido la trayectoria de Rafael Nadal con una mezcla de admiración, vértigo y lealtad. Sin embargo, en este 2025, ese día adquiere un nuevo matiz: el campeón cumple 39 años, y lo hace alejado del circuito profesional, en su primer aniversario como extenista desde que irrumpió en la élite con apenas 18.
El manacorí no solo ha colgado la raqueta: ha comenzado una etapa marcada por la calma, la introspección y, sobre todo, la familia. Junto a su esposa, Mery Perelló, espera su segundo hijo, cuyo nacimiento está previsto para este verano. El sexo aún se desconoce oficialmente, aunque su tío, el también entrenador Toni Nadal, sufrió un pequeño lapsus con la prensa y, sin querer, dejó entrever que el bebé será un niño. Sea como sea, el nuevo integrante será el hermano —o hermana— de Rafa Jr., nacido en octubre de 2022. Una familia discreta, sólida, siempre al margen del foco mediático. No en vano, en su despedida parisina, el tenista definió a su mujer como su ancla: «Eres mi mejor compañera de vida», le dijo desde el centro de la Philippe Chatrier, en uno de los momentos más íntimos y emocionantes de su carrera.
Este año, como hemos podido observar, no habrá celebraciones públicas ni mensajes efusivos. Silencio en redes sociales por parte de su entorno más cercano: ni su mujer, ni su hermana Maribel, ni él mismo han compartido nada. Solo la cuenta oficial de su academia ha roto el mutismo con un sobrio mensaje: «Que tengas un gran día». Nada más. Probablemente lo haya celebrado en Mallorca, su refugio de siempre, o en su villa en Playa Nueva Romana, República Dominicana, un enclave entre cocoteros donde disfruta del anonimato y del mar. Un cumpleaños sin protocolos, sin cámaras, sin tensión de partidos a la vista.
La familia de Nadal, muy emocionada
Y sin embargo, el eco emocional que envuelve esta fecha va más allá del número. Hace apenas unos días, París le rindió homenaje. En la Philippe Chatrier, la pista que fue su casa durante veinte años, recibió una despedida a la altura de los grandes mitos. Catorce títulos, imágenes de sus gestas, y una ovación que parecía no tener final. Pero el gesto más poderoso fue el más sencillo: bajó a su hijo a la pista, lo tomó de la mano, y con ello cerró un capítulo. Aquella escena selló definitivamente el final de una era. Y ahora, el calendario —ese que durante tanto tiempo le dictó la vida— parece haberle concedido algo inédito: el privilegio de vivir sin cronómetro.
Conviene recordarlo: Nadal ha celebrado la mayoría de sus cumpleaños en Roland Garros, entre derechas cruzadas y batallas épicas. Solo en 2009 (tras caer ante Soderling), en 2016 (por lesión) y en 2020 (por la pandemia) no estuvo en París en esa fecha. El año pasado, sin competir, celebró en su academia y recibió una tarta de chocolate de manos de Victoria Okon y Lucas Sempert, dos jóvenes jugadores que lo sorprendieron en representación del resto de alumnos. Este 2025 marca una diferencia definitiva: no hay vestuario, ni marcador, ni raquetas en tensión. Pero hay lo esencial: el sosiego, el amor, la espera de una nueva vida. Y, probablemente, una celebración tan simple como significativa.
