Noa Rouco
Quién es Noa Rouco, la concejala de Orense que se puso en bañador con el alcalde Jácome
La joven de 31 años es miembro de Democracia Ourensana, partido fundado por Gonzalo Pérez Jácome, en 2001
Nacida en 1994, licenciada en Turismo por la Universidad de Vigo y desde 2023 concejala de Artes, Festejos, Turismo y Termalismo en el Concello de Ourense, Noa Rouco se ha convertido —a pulso o por cálculo— en una de las figuras más visibles, comentadas y, a ratos, polémicas del equipo del siempre mediático Gonzalo Pérez Jácome. Su nombre volvió a explotar en redes no por una rueda de prensa ni por una ordenanza municipal, sino por un baño. Literalmente.
Un vídeo grabado en las Termas do Muíño, donde aparece junto al alcalde. Él, en bañador negro, pecho en pelo. Ella, rubia, atractiva, en bañador negro y —según algunos comentarios— con cara de «tierra, trágame». La escena, entre absurda y teatral, pretendía «demostrar» que el agua era apta para el baño, pese a las advertencias de la Xunta de Galicia, que desaconseja su uso por una normativa tan ambigua que las termas no clasifican ni como río, ni como piscina, ni como fuente termal.
Y así, como quien no quiere la cosa, acabó protagonizando uno de los momentos más surrealistas del verano gallego. Un déjà vu que recuerda al baño de Fraga en Palomares, pero sin radiación, aunque con un micrófono enredado en el vello del alcalde y una tensión simbólica tan innecesaria como inevitable.
Noa Rouco Ferreira
Las redes, como era de esperar, hicieron el resto. Comentarios sobre el «postureo termal», bromas sobre «la misma rubia de siempre», teorías sobre si su papel institucional es de gestión o de reclamo visual.
Miembro de Democracia Ourensana, partido fundado por Gonzalo Pérez Jácome en 2001 y en el poder municipal desde 2019, Rouco fue designada concejala en junio de 2023, tras la renuncia de otros ediles, alineándose así con el gobierno en minoría que ha caracterizado esta etapa.
Ha organizado actos multitudinarios como el Carnaval de Ourense, el magosto, Halloween, la programación navideña o talleres culturales que han llenado plazas y calles. Fiestas, sí, pero también logística, programación, permisos, contrataciones, coordinación.
Todo con una presencia constante, incluso excesiva, en redes y medios municipales. Y su labor no se limita a los festejos. También ha encabezado acciones en áreas más delicadas como Igualdad, Política Social y Termalismo. Ha leído manifiestos institucionales, participado en campañas contra la violencia de género (como el 25N) o contra la drogadicción (como el acto de «Paños Blancos»), y ha colaborado con entidades como la ONCE para promover una ciudad más accesible.
El contraste, sin embargo, sigue ahí. Por un lado, una concejala joven, profesional, que habla de inclusión y políticas sociales. Por otro, una figura muy visible en Instagram, entre dunas, bikinis y selfies de viaje. Su perfil digital tiene más aire de influencer que de gestora pública, y eso levanta cejas —a veces por prejuicio, otras por pura curiosidad—.
La imagen pública femenina sigue siendo un campo de minas: demasiado seria, aburrida; demasiado relajada, frívola. Rouco camina esa cuerda floja con aparente naturalidad. En el Concello, cumple; en redes, brilla. ¿Estrategia? ¿Espontaneidad? ¿O simplemente aprovechar el altavoz que ahora ofrece la política municipal?
Sea como sea, esta joven ya no es solo «la del magosto» ni «la del baño viral». Es una pieza clave en la maquinaria comunicativa de Jácome.