Messi y su mujer Antonella
Messi y Antonella, también pillados por la 'kiss cam' en un concierto de Coldplay
La pareja se convirtió, inesperadamente, en protagonista de uno de los momentos más comentados de la noche al ser sorprendida por la enigmática cámara que tantos titulares lleva generando en la gira de la banda británica
La gira de Coldplay por Estados Unidos está arrasando, y no solo por los fuegos artificiales, los visuales deslumbrantes o las canciones coreadas por estadios enteros. Lo que realmente tiene a medio planeta hablando es algo mucho más terrenal: una simple, pero ya icónica, kiss cam. Lo que antes era un momento simpático para que las parejas se besaran y arrancaran aplausos, ahora se ha transformado en una especie de trampa viral capaz de poner en jaque matrimonios, reputaciones y carreras profesionales.
Leo Messi y Antonella Roccuzzo
Y si no, que le pregunten a Andy Byron, el ex CEO de Astronomer, empresa tecnológica de alto perfil. El ejecutivo acudió a uno de los conciertos con una mujer que, casualmente, también trabajaba con él… y que, casualmente también, no era su esposa. Cuando la cámara los enfocó, no hubo marcha atrás: se besaron, sonrieron y todo quedó registrado. Bastó que alguien lo subiera a redes —con buena conexión y peores intenciones— para que el vídeo diera la vuelta al mundo. Resultado: memes, titulares virales y un despido fulminante. La kiss cam pasó de ser un guiño romántico a convertirse en un detector de escándalos.
Con esa tensión en el ambiente, Coldplay llegó a Miami para ofrecer un concierto multitudinario en el Hard Rock Stadium. Entre los asistentes de lujo estaban Leo Messi y Antonella Roccuzzo, acompañados por sus hijos. Tranquilos, disfrutando desde un palco VIP, probablemente creyeron que podrían pasar desapercibidos. Spoiler: no ocurrió.
En medio del espectáculo, Chris Martin anunció el ya esperado momento de la cámara cazaparejas. El estadio contuvo la respiración, preguntándose quién caería esta vez. Y ahí estaban: Messi y Antonella en pantalla gigante. Nada turbio, todo impecable, pero igualmente viral. El público estalló en ovaciones y coreó un «¡Messi, Messi!» que bien podría haber sido parte de una final.
Acostumbrados a la fama pero no tanto a estas muestras públicas de afecto televisado, se limitaron a mirarse, sonreír con cierta timidez y agradecer. Ni beso, ni incomodidad forzada. Solo una pareja sólida, discreta, dejando claro que no necesitan gestos para demostrar lo que tienen.
El cantante aprovechó el momento y soltó la frase de la noche: «Hoy ha venido a vernos el mejor deportista de todos los tiempos». El estadio se vino abajo, probablemente más por Messi que por Fix You.
Después, Antonella subió a sus redes una imagen familiar que parecía sacada de una postal: ella, Leo y los niños, abrazados, con el estadio iluminado de fondo. Nada de drama, nada de exageración, solo una estampa natural y feliz que, en esta era de sobreexposición, se agradece.
La historia del capitán del Inter de Miami y su esposa viene de lejos. Se conocen desde niños en Rosario, cuando él ya soñaba con meter goles y ella, tal vez, con no dejarse impresionar. Empezaron su relación en 2007 y la hicieron pública en 2009. Diez años después, el 30 de junio de 2017, se casaron en una ceremonia multitudinaria que Argentina bautizó como la boda del año. Hoy, con casi 18 años de relación y ocho de matrimonio, siguen siendo ese raro ejemplo de pareja sólida en el escaparate mediático. No necesitan demostrar nada, y eso, precisamente, lo demuestra todo.