La Plaza de la Constitución, Ontígola (Toledo)
Gente
El pueblo que ha puesto en el mapa Amancio Ortega tras anunciar la apertura de un centro logístico
Levantará una nave logística de 100.000 metros cuadrados dentro del corredor de la A-4
El nombre de Ontígola empieza a resonar más allá de los límites de Toledo. Este municipio de poco menos de 5.000 habitantes se prepara para recibir una de las inversiones más importantes de los últimos años en Castilla-La Mancha: la construcción de una nave logística de 100.000 metros cuadrados por parte de Inditex, el grupo fundado por Amancio Ortega. Con este proyecto, el gigante textil refuerza su red de distribución y sitúa a esta localidad en un punto clave del corredor de la A-4, el eje que articula el tráfico de mercancías entre la capital y el sur peninsular.
El plan, adelantado por Economía Digital, forma parte de la estrategia de modernización y eficiencia que Inditex está aplicando en sus centros de distribución en todo el país. La futura instalación, de última generación, incorporará tecnología automatizada, infraestructuras eléctricas avanzadas y un diseño sostenible de doce metros de altura. Su objetivo será optimizar los procesos logísticos en un contexto dominado por el auge del comercio electrónico, donde la rapidez y la flexibilidad marcan la diferencia.
La ubicación elegida responde a razones tanto geográficas como económicas. A unos 50 kilómetros de Madrid y a 25 de Toledo, Ontígola ofrece una posición estratégica dentro del eje logístico central de España, con excelentes conexiones por carretera y un acceso directo a las principales rutas de distribución nacional. A ello se suma un factor cada vez más determinante: el coste del suelo industrial, mucho más asequible que en la capital o su área metropolitana.
Esta combinación de cercanía, espacio y eficiencia convierte a la zona en una alternativa muy atractiva para las grandes compañías del sector. El impulso logístico de la comarca no es nuevo. En marzo, la multinacional Logisfashion, especializada en distribución para el sector textil y de belleza, inauguró en el mismo municipio una nave de 80.000 metros cuadrados.
Aunque la compañía gallega no ha facilitado cifras oficiales, la experiencia de otros proyectos permite realizar una estimación razonable del impacto laboral. Su centro Zaragoza II, con 286.000 metros cuadrados, generó cerca de 1.500 empleos directos. Siguiendo esa proporción, la nueva instalación toledana podría situarse en torno a 500 o 600 puestos, entre personal técnico, administrativo y de operaciones logísticas. Sería, en cualquier caso, un impulso notable para la economía local y para el tejido empresarial del entorno.
Casa consistorial de Ontígola
Más allá de su nueva vocación industrial, Ontígola conserva una fuerte identidad histórica. Su origen se remonta a la época romana, con vestigios de la antigua villa de Aurelia, y su paisaje está presidido por los restos del castillo de Oreja, una fortaleza musulmana del siglo X que aún domina los llanos toledanos.
En el centro del municipio, la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción y la plaza de la Constitución siguen siendo el corazón de la vida vecinal, mientras que a las afueras se extiende el Mar de Ontígola, un estanque renacentista ordenado por Felipe II, hoy convertido en reserva natural. Rodeado de cañaverales y aves acuáticas, este espacio es un refugio verde a pocos minutos de Aranjuez.
Castillo de Oreja, una fortaleza musulmana que se alza como punto turístico principal de la zona
El municipio también cuenta con servicios modernos como biblioteca, teatro, consultorio médico y centro cultural, lo que demuestra que no renuncia a los avances pese a su carácter rural. En el plano gastronómico, aunque no hay grandes figuras reconocidas nacionalmente, sobresale el restaurante La Parada. Es famoso entre camioneros y viajeros por su oferta de carnes a la brasa y su ambiente de parada obligada en la ruta.
También el Restaurante La Frontera, dentro del municipio, es conocido por sus platos tradicionales y su apuesta por la cocina de la tierra, ofreciendo al visitante una muestra del sabor local. Además, este rincón de Castilla-La Mancha ha dejado una huella inesperada en la cultura contemporánea: la escritora Ana Iris Simón menciona el pueblo en su novela Feria (2020).