Mariló Montero, en una imagen de archivo
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Condenan a un año de cárcel a los dos paparazzi que hicieron las fotos en topless de Mariló Montero
Se tomaron en unas vacaciones en un hotel de Bora Bora en 2015 y nunca se llegaron a publicar
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha elevado de diez meses a un año de cárcel la condena a dos paparazzi por intentar lucrarse con unas fotos de la periodista Mariló Montero en topless, que no se llegaron a publicar, en unas vacaciones en un hotel de Bora Bora en 2015.
En su sentencia, la sala estima parcialmente el recurso presentado por la periodista, que inicialmente pedía seis años de cárcel para los fotógrafos, y pospone a la fase de ejecución de sentencia la indemnización que le corresponde a Mariló Montero, quien reclamaba 265.000 euros.
El TSJC confirma la condena de los paparazzi por revelación de secretos, aunque la eleva ligeramente, hasta un año y un día de cárcel, porque la pena que impuso la Audiencia de Barcelona en su sentencia de 2024 -que aplicaba una atenuante de dilaciones indebidas- se situaba por debajo de la pena mínima prevista para ese delito.
La sala desestima asimismo los recursos que presentaron los paparazzi para pedir que el TSJC los absolviera, a los que se adhirió la Fiscalía, que en su día no acusó a los fotógrafos porque no veía delito en los hechos.
La sentencia de la Audiencia, cuyos hechos probados confirma ahora el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, sostenía que Mariló Montero fue víctima de esas fotografías furtivas pese a que había organizado sus vacaciones de Semana Santa de 2015 con el deseo «casi obsesivo» de buscar un destino donde pudiera disfrutar de unos días de descanso en «verdadera intimidad», tras el «seguimiento y acoso» que había sufrido en un viaje reciente en las islas Maldivas.
Por este motivo, contrató a una agencia de viajes, que le propuso alojarse en Bora Bora, lejos de cualquier acoso periodístico. Para mantener su destino en secreto, no se lo comunicó a su entorno familiar ni a ninguna de sus amistades y solo se le dijo a su acompañante cuando ya estaban en el aeropuerto.
Montero y su amiga se alojaron el 29 de marzo de 2015 en un bungaló de un hotel en Bora Bora, con acceso a una playa privada, y disfrutaron de largos periodos en la terraza frente al mar, con la seguridad de que se encontraban en un ámbito de intimidad propia del lugar que en aquel momento era su domicilio temporal, por lo que iban en pijama, bikini y la periodista también en topless para tomar el sol, mantiene el tribunal.
Alberto Herrera y Mariló Montero
La Audiencia reconocía en su sentencia que no se ha podido concretar cómo se obtuvieron las imágenes, aunque por el ángulo de visión y nitidez supone que se tuvieron que sacar con un teleobjetivo desde una embarcación o desde uno de los bungalós del mismo complejo hotelero, semisumergido en el mar frente a la playa.
Pese a que el tribunal albergaba «fundadas sospechas» de que los acusados pudieron ser quienes encargaron la obtención de las fotografías, no lo pudieron acreditar sin duda, aunque dieron por hecho que sí intentaron venderlas, ya que ellos mismos lo habían reconocido.
En la misma línea, el TSJC sostiene que «de la simple observación de las fotografías se deduce su origen ilícito», ya que «pone de manifiesto que fueron captadas de forma subrepticia» cuando Mariló Montero estaba en un lugar remoto, «desenvolviéndose de forma tranquila y relajada en el contexto de la expectativa de privacidad propia de la estancia en el domicilio».