Fundado en 1910
Año 1922. Soldados en el Monte Arruit

Año 1922. Soldados en el Monte Arruit

Hace 100 años en El Debate

4 de febrero de 1922: un monumento a los héroes del Monte Arruit

El 9 de agosto de 1921 se produjo la rendición pactada de la posición española en el Monte Arruit; sin embargo, los grupos rifeños no respetó el acuerdo y los soldados españoles fueron asesinados a excepción de algunos oficiales, entre ellos Navarro, que fueron llevados a Axdir y tomados prisioneros para pedir, posteriormente, una gran suma de dinero para su rescate.

El Debate de febrero de 1922 hace memoria de la retención de estos oficiales: «una vez prisioneros en casa de Ben-Chelal, quien les desposeyó de todas las alhajas y dinero que llevaban, comenzaron las negociaciones de rescate, y que estas llegaron a quedar ultimadas, hasta el extremo que el general Berenguer envió una importante cantidad, de varios miles de pesetas, como adelanto».

Por otro lado, comunicaba que comenzaba una iniciativa para «erigir sobre el cementerio de los héroes de Monte Arruit un monumento que perpetúe su memoria». Esta iniciativa, además se encontraba amparada por la reina Victoria. Este monumento que se realizaría en San Rafael de Monte Arruit donde se situaba el cementerio donde se enterraron a los más de 3.000 soldados. El cementerio recibiría el nombre de Cruz de Monte Arruit y la obra conmemorativa sería encomendada al escultor Mateo Inurria que tendría como principal motivo una gigantesca cruz. La Cruz de Monte Arruit albergó todos esos restos hasta el año 1948, cuando los cementerios de la región oriental rifeña comenzaron a ser trasladados hasta Melilla.

Tras el Desastre de Annual, el escritor Goy de Silva realizó unos sonetos honrando a los fallecidos de la Guerra del Rif que fueron esculpidos en un monolito colocado en la Cruz de Arruit, pero que fue trasladado al Museo de Melilla en 1946.

Por los héroes de la patria la Cruz de Monte Arruit

Después de aquella cruz divina del calvario
ninguna cruz más santa que esta cruz dolorosa
trazada con la tierra bendita de esta fosa
donde el alma española tiene su relicario.
No hay en la tierra un templo funerario
de mayor emoción que esta tumba gloriosa.
Conmueve más el alma su sencillez hermosa
que las regias pirámides del mundo milenario.
¿Qué ofrenda digna hay de esta cruz consagrada?
que no sea ni el lauro la palma ni la espada
la oración ni la lágrima la rosa ni la estrella?
Busquemos entre todas la corona más bella
aquella que ciñó las sienes más divinas
la del mártir del gólgota: ¡la corona de espinas!
comentarios
tracking