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07 de mayo de 2024

Rubí del Príncipe Negro o Espinela roja

Rubí del Príncipe Negro o Espinela roja@monarquiascom

Picotazos de historia

El rubí falso que fue codiciado por diferentes monarcas

Una de las piedras preciosas más famosas es conocida como «Rubí del Príncipe Negro» y adorna la corona Imperial de Estado de Gran Bretaña, sin embargo, no es un rubí, sino una espinela

En la Edad Media se denominaban carbunclos a aquellas piedras preciosas que, se suponía, brillaban en la oscuridad como si fueran carbones encendidos. Eran tres: los rubíes, las espinelas y los granates. Las espinelas tienen la misma composición química que los rubíes variando los elementos que los componen, aunque suelen confundirse con los rubíes. Uno de los más famoso es el llamado «Rubí del Príncipe Negro» que adorna la corona Imperial de Estado de Gran Bretaña.
El rubí –en realidad espinela como dijimos– tenía un peso de 170 quilates, forma de octaedro irregular, más de cinco centímetros de largo y esta pulida. En su día se perforó para llevarlo como colgante. Hoy se ha tapado el agujero con un rubí engarzado. Su origen, probablemente, provenga de Birmania o Tailandia y debió de llegar a través de la Ruta de la Seda, siendo adquirido para formar parte del tesoro del reino nazarí de Granada.
En 1360, el sultán de Granada, Muhamad VI «el Bermejo», se presentó en la corte castellana de Sevilla portando las joyas de la corona, además de dinero y otras riquezas, con idea de convencer al rey Pedro I de que retirase su apoyo al anterior sultán, Muhamad V, que le hacía guerra. Pedro I expolió a Muhamad VI de todo cuanto llevaba y, después, lo hizo matar. De esta manera la espinela pasó a la propiedad del rey de Castilla. Se ha dicho que luego la donaría a una imagen de la Virgen del monasterio de Santa María la Real de Nájera, si tal es así debió tratarse de un deposito y no de una donación.
Cuando estalla la guerra civil entre Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara, Pedro viajó a Angulema para recabar ayuda militar del Príncipe de Gales, conocido como el Príncipe Negro por el color de la armadura de guerra que llevaba. Eduardo de Inglaterra accedió, y derrotó a Enrique de Trastámara en la batalla de Nájera, pero asqueado por los incumplimientos de sus acuerdos con Pedro I y la actuación de este, decide abandonar su servicio llevándose con él la piedra a Inglaterra. Desde entonces la espinela ha estado vinculada a la monarquía inglesa. Se sabe que Enrique V la llevaba engarzada en su casco durante la batalla de Agincourt y que estuvo a punto de perderse debido a un guantazo tremendo que le arreó a Enrique, Jean I, duque de Alençon, con su hacha de batalla y que dejó a Enrique grogui durante un buen rato y el casco muy maltrecho.
Oliver Cromwell, después de hacer ejecutar al rey Carlos I, ordenó que todas las piezas que formaban la Regalía Real (las joyas de la corona) fueran vendidas en pública subasta. Afortunadamente la piedra apareció con la reinstauración de la monarquía.
En 1838 se comisionó a los joyeros Rundell y Bridge la creación de una magnifica corona para la reina Victoria, con motivo de su coronación. Esta corona, denominada Imperial del Estado, sufrió algunas modificaciones pero siempre ha llevado el rubí (espinela) como adorno principal en su frente.
Si quieren ustedes verla tendrán que irse a Londres y hacer cola en la Torre, como hacen cientos de turistas todos los días, para poder entrar.
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