8 de abril de 1922: la familia del último Emperador de Austrohungría se traslada su exilio a España

El 31 de octubre de 1921 Carlos I y su esposa Zita, últimos titulares del Imperio Austrohúngaro, embarcaron en una nave británica camino a su exilio definitivo en Madeira. El Debate del 31 de marzo de 1922 recogía las preocupaciones el estado de salud del Emperador que sufría «de una neumonía doble». Sería al día siguiente, el 1 de abril de 1922, cuando el Emperador fallecía en el lugar de su exilio.

Después de la muerte de Carlos I, se estableció que la antigua Familia Imperial abandonase Madeira para trasladarse a una nueva residencia en cualquier país de Europa, a excepción de Hungría. «Entre las residencias que fueron mencionadas, figuraban principalmente España y la isla de Wight», informaba El Debate. Será a través de un acuerdo entre el Rey Alfonso XIII con el Ministerio de Asuntos Exteriores británico lo que permite que Zita y sus siete hijos se muden finalmente a España. El Rey de España envío el buque de guerra Infanta Isabel a Funchal (Portugal) para llevar a la Familia Imperial a Cádiz. Una vez allí, serían escoltados al palacio del Prado cerca de Madrid donde nacería su hija menor, la Archiduquesa Isabel.

Por otro lado, el periódico también destacaba la labor del Papa Pío XI en las gestiones para conseguir que tanto la viuda e hijos del Emperador tuviesen «un tratamiento conveniente en lo que se refiere a la parte material y económica, y además libertad completa en lo que atañe al punto de residencia».

Una vez en España, Alfonso XIII ofreció a la familia del Emperador el uso del palacio Uribarren en Lequeitio, Vizcaya. Aquí pasarían los siguientes siete años hasta que en 1929, año en el que los hijos mayores se acercaban a la edad universitaria y la familia buscaba un ambiente educativo diferente al de España, se mudan la localidad belga de Steenokkerzeel, cerca de Bruselas para que el Archiduque Otto, primogénito y heredero del Emperador, comenzara sus estudios en la Universidad de Lovaina.