
El acorazado español Jaime I, en marcha, fotografiado en 1931
Hace 100 años en El Debate
18 de abril de 1922: el acorazado Jaime I realiza pruebas de cañón
Se realizaron tres disparos y, si el resultado de las pruebas eran «satisfactorias», el buque se uniría a la Escuadra tan pronto como lo comunicase el Ministerio
El acorazado Jaime I era el tercero de una serie de tres construidos para la Armada española a principios del siglo XX. Fruto de la Ley de Escuadra del 7 de enero de 1908, estos buques recibieron el nombre genérico de cabeza de serie, por lo que se les llamó acorazados clase España. Su construcción tuvo lugar en los astilleros de la Sociedad Española de Construcción Naval en Ferrol.
Constituyó el último de la serie en ser entregado a la Armada, aunque ello no le impidió participar en la Guerra del Rif. Se comenzó la construcción del primero en 1909 y fue botado en 1912, siendo los padrinos Alfonso XIII y Victoria Eugenia y entró en servicio en 1913. El segundo fue puesto en astillero en 1910 y botado en 1913 con la Infanta Isabel como madrina, entrando en servicio en 1915.
El Jaime I fue botado en 1914 y tendría como padrinos a los infantes Carlos y Luisa, pero no entraría en servicio hasta 1921 por diferentes problemas: la Primera Guerra Mundial y un intento de modificar sus especificaciones, aumentando su velocidad a 21 nudos y su desplazamiento hasta 17.000 toneladas, pero los problemas económicos del país imposibilitaron estas modificaciones. El Debate informaba de las pruebas de cañón realizándose tres disparos: «uno por elevación, otro horizontal y otro por depresión». Además, explicaba que si el resultado de las pruebas eran «satisfactorias», el buque se uniría a la Escuadra tan pronto como lo comunicase el Ministerio.
Los acorazados clase España fueron criticados por su escasa velocidad comparada con la clase Queen Elizabeth británica, que llegó a alcanzar los 25 nudos, y por tener bordas muy bajas, lo que dificultaba el tiro con mar agitada, especialmente de la batería secundaria.Al comienzo de la Guerra Civil Española, en 1936, permaneció leal a la República Española y participó en algunas operaciones de la contienda pero el 17 de junio de 1937 resultó destruido por una explosión interna durante unos trabajos de reparación y mantenimiento que se estaban realizando.