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18 de abril de 2024

Josep Tarradellas en St. Martin le Beau en 1977

Josep Tarradellas en St. Martin le Beau en 1977Arxiu Monsterrat Tarradellas i Macià

El expolio monetario de la Generalidad durante la Guerra Civil

La última semana de agosto de 1936 un avión, fletado por Tarradellas, tenía en sus bodegas sacas con monedad de oro. Ese dinero, una vez en París, sería depositado en una caja fuerte

El escritor, periodista y político Joan Puig i Ferreter (1882-1956), durante la Guerra Civil, fue nombrado comisario delegado de la Generalidad en la montaña de Montserrat, para proteger los bienes culturales y evacuar a los monjes. Evacuar no significaba salvarles la vida, pues 23 de ellos fueron asesinados. Posteriormente, fue nombrado conseller de Asistencia Social, cargo que ocupó del 31 de julio al 26 de septiembre de 1936. En septiembre, Tarradellas lo nombraba delegado y pagador de la Generalidad en Francia.
En agosto de 1936, se produjo una reunión en un piso de la calle Floridablanca de Barcelona. En ella participaron los miembros de ERC Martí Esteve, Josep María Espanya, Joan Casanovas, Josep Tarradellas y Joan Puig Ferreter. ¿Por qué aquella reunión? Aquellos miembros de ERC no las tenían todas consigo. Constantemente veían complots y conspiraciones. En aquella ocasión tenían miedo de que los anarquistas tomaran la Generalidad y proclamaran el comunismo libertario y que Franco avanzara sobre Cataluña y ellos tuvieran que huir.
Fotografía de Joan Puig y Ferrater, autor de La dama enamorada, obra de Pablo Audouard

Fotografía de Joan Puig y Ferrater, autor de La dama enamorada, obra de Pablo Audouard

Para sobrevivir a un posible exilio decidieron, en aquella reunión, llevar al extranjero una gran cantidad de monedas de oro. Tarradellas le encomendó el trabajo a Puig i Ferreter, que por eso lo nombró delegado y pagador, como hemos visto. La última semana de agosto de 1936 un avión, fletado por Tarradellas, tenía en sus bodegas sacas con monedad de oro. Ese dinero, una vez en París, sería depositado en una caja fuerte. Ese fue el primero de muchos vuelos con la misma carga.

Para sobrevivir a un posible exilio , miembros de ERC decidieron llevar al extranjero una gran cantidad de monedas de oro

Mientras se iban realizando los vuelos, el Gobierno francés dictaminó que todas las transacciones se hicieran con el precio establecido por el Banco de Francia. En cambio, en Londres el mercado del cambio era libre. Así pues, decidieron vender el oro en Londres y el beneficio conseguido repartirlo entre los miembros del gobierno catalán. El dinero también fue depositado en esa caja fuerte.
Por si no tenían poco con todo aquello, a alguien se le ocurrió pedir comisiones por la compra del armamento en el extranjero. Hablamos de armamento, de aviones, de municiones… De todo ello se llevaban un porcentaje que también iba a la caja común de París. ¿Eso fue todo? La respuesta es que no.

Persecución a los maristas

El 8 de octubre de 1936, en el cementerio de Montcada y Reixach, fueron fusilados 46 maristas. Con anterioridad esta orden religiosa, desde Francia, había negociado un rescate por los 117 miembros de la congregación que los anarquistas habían descubierto. Se pactó con la Generalidad –en concreto con Tarradellas– la entrega de 200.000 francos a cambio de la inmunidad y su salida de España. Una vez entregado el dinero los hicieron montar en dos autobuses, pero no los llevaron al puerto de Barcelona donde un barco, el Cabo San Agustín, los esperaba para llevarlos a Marsella. Los anarquistas los llevaron a la checa de San Elías.
Una vez ahí, ese grupo de 46 maristas fue conducido a Montcada i Reixach para asesinarlos. El otro grupo se salvó porque uno de los patrulleros reconoció a Pere soler, hermano de un amigo suyo, teniente de los Mossos d’Esquadra. Este, conocedor de lo sucedido, se lo dijo a Companys y aquel otro grupo de maristas si consiguió salvar la vida. Tarradellas ordenó que aquellos 200.000 francos fueran depositados en la cuenta bancaria, abierta en Suiza, a nombre de la Consellería de Finances.
Así tenemos una caja fuerte en París y una cuenta bancaria en Suiza. Mientras tanto, por indicación de Tarradellas, Puig i Ferrater seguía recibiendo dinero que era supervisado por funcionarios de la Generalidad. Este dinero se seguía desviado a la caja fuerte de París. Aquel dinero depositado en Suiza, al terminar la guerra y marchar todos los dirigentes de la Generalidad y ERC al exilio, le sirvió a Josep Tarradellas para reagrupar a ERC y que sus miembros sobrevivieran con una cierta dignidad.
¿Qué pasó con el dinero depositado en París? Ese dinero estaba destinado a los miembros del Gobierno catalán. Lo de Suiza era para reorganizar un partido por si la dictadura duraba poco tiempo y podían volver. Lo de París era para vivir ellos, los responsables políticos de lo que ocurrió en Cataluña de 1936 a 1939. Tarradellas no se olvidó de Puig i Ferrater, que también cobró su parte, al haber sido el intermediario perfecto para que todo saliera bien.

El dinero de la caja fuerte de París

La historia no acabó aquí. Ferran Canyameres en el panfleto El gran sapastre reveló la trama perpetrada por Puig i Ferrater. Todos los encausados callaron y Puig i Ferrater asumió lo ocurrido. Pero poco después publicó el dietario Ressonàncies y en 1981 Memòries polítiques. Este se publicó tan tarde porque muchos de los protagonistas aún estaban vivos. ¿Quiénes fueron los beneficiarios de la caja fuerte de París? En carta a Domènec Guansé, de 1949, nos nombra a consellers exconsellers y personas de confianza del presidente Lluís Companys. ¿Quiénes eran?
Billetes de curso legal emitidos por la Generalitat de Cataluña durante la guerra civil española

Los billetes de curso legal emitidos por la Generalitat de Cataluña durante la guerra civil española©GTRESONLINE

El reparto se hizo en el Family Hotel de la rue de Cambon de París y ahí estaban Josep Tarradellas (secretario general de Esquerra Republicana de Catalunya), Ventura Gassol (conseller de Cultura), Josep Maria Espanya (conseller de Gobernación), Joan Casanovas (presidente del Parlamento de Cataluña), Joan Lluhí (conseller de Justicia), Martí Esteve (conseller de Finanzas), Luís Prunés (conseller de Economía y Agricultura y conseller de Trabajo), Pere Mestres (conseller de Obres Públicas y conseller de Sanidad), Jaume Aiguader (exalcalde de Barcelona), Artemi Aiguader (conseller de Seguridad Interior), Carles Martí Feced (conseller de Gobernación, Finanzas y Cultura), Joan Tauler (diputado al Parlamento de Cataluña, cercano a Companys), Carles Pi i Sunyer, Joan Comorera, Martí Barrera, Martí Rouret, entre otros.
Con lo cual podemos concluir que el Gobierno de la Generalidad expolió y evadió dinero durante toda la Guerra Civil para salvaguardarse un exilio dorado, a costa del dinero que robaron a los catalanes y a aquellas personas que represaliaron. Por ello, no nos debe extrañar que la editorial tardara tantos años en publicar Memòries políticas y que nunca haya reeditado el libro.
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