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La acción de Tarifati

La acción de Tifariti

El hostigamiento del Polisario al puesto español de Tifariti por la independencia del Sáhara Occidental

Al caer la noche del 17 de diciembre de 1974, un grupo armado del Frente Polisario compuesto por unos 19 hombres tiroteó el puesto con el fin de atacar la sede del Gobierno y secuestrar al intérprete de la oficina gubernativa Hamudi uld Kureina

El 20 de agosto de 1974 el Gobierno de España anunciaba la celebración de un referéndum de autodeterminación. Dentro de los seis primeros meses de 1975, el pueblo saharaui podría decidir libremente su futuro. Ese mismo verano, en agosto de 1974, el Frente Polisario había resuelto, en su II Congreso, boicotear cualquier forma de diálogo con el Gobierno de España y acceder a la independencia, exclusivamente, a través de la revolución armada.

Es en este contexto en el que se produce el asalto al puesto de Tifariti. De nada sirvió que el censo elaborado por las autoridades estuviera prácticamente finalizado ese mismo diciembre y que el olor a independencia comenzara a perfumar las calles. Al caer la noche del 17 de diciembre de 1974, un grupo armado del Frente Polisario compuesto por unos 19 hombres tiroteó el puesto con el fin de atacar la sede del Gobierno y secuestrar al intérprete de la oficina gubernativa Hamudi uld Kureina.

De nada sirvió que el censo elaborado por las autoridades estuviera prácticamente finalizado ese mismo diciembre y que el olor a independencia comenzara a perfumar las calles

Primeros disparos

Desdoblados en cuatro partidas, los polisarios envolvieron el puesto desde diferentes flancos e introdujeron a dos de los suyos en el poblado con la intención de llevar a cabo el secuestro. Ambos, estando cerca de una casa donde creían que se encontraba el intérprete, fueron descubiertos. Se extendió la voz de alarma y sobre las 22.00 horas los asaltantes iniciaron el tiroteo con armas automáticas contra la posición cesando el fuego sobre las 22.45 horas.

En una primera fase, los rebeldes se replegaron, sin haber conseguido su objetivo, sobre un pequeño montículo situado a unos cinco kilómetros al sur de Tifariti y una vez reagrupados emprendieron su huida hacia Mauritania. Sobre las cuatro de la madrugada traspasaron el hito fronterizo número 37 y a unos diez kilómetros se detuvieron en la zona de Akyeyemat, escondiéndose en las montañas de Gor Le Freinina donde, previamente, habían depositado mantas, víveres, agua y munición.

El día 18 a las 2 de la madrugada salió de Smara, por orden del comandante militar, una patrulla de la Policía Territorial (PT) compuesta por siete coches y reforzada con tres más a su paso por Tifariti, quedó integrada por dos tenientes, un brigada ATS, dos sargentos y 42 agentes, incorporándose un cabo operador de radio y una emisora de la Agrupación de Tropas Nómadas (ATN) por avería en las radios de los coches de la PT. Sobre las 7 de la mañana comenzaron la persecución, adentrándose en Mauritania siguiendo las huellas de un grupo compuesto por unos 15 hombres. Una vanguardia con dos automóviles encabezaba la columna, seguida, a cierta distancia, por el grueso la patrulla.

Fuego a vanguardia con el vehículo en movimiento

Fuego a vanguardia con el vehículo en movimiento

Al no obtener resultados en las labores de rastrilleo, decidieron retroceder hacia territorio español, en dirección norte, pasando cerca de Gor Le Freinina. Esta zona comprendía una serie de elevaciones del terreno, a modo de montículos, constituidos por enormes piedras que se disponían aleatoriamente e improvisaban la formación de cuevas idóneas para una perfecta ocultación. La altura, la capacidad de cobertura y la forma de «Y» de estos montículos, formando barrancos, hacían de esta zona un lugar más que propicio para emboscar a cualquier unidad que se acercara a sus lindes.

El teniente de la columna que iba en vanguardia creyó ver en uno de los mogotes el movimiento de un pájaro y decidió acercarse a la vaguada para comprobarlo. La emboscada estaba servida. Sobre las 13.00 horas el fuego de armas automáticas de los polisarios, fuertemente parapetados entre las rocas de tres de los cerros que envolvían el barranco, cayó de manera fulminante sobre los dos primeros vehículos inutilizándolos y provocando las primeras bajas: la muerte del conductor del primer vehículo y heridas muy graves al operador de radio cabo Maceiras Prieto, que consiguió refugiarse tras unas piedras. Los demás lograron salvarse saltando del vehículo y escondiéndose como pudieron.

Operación de rescate

Más al sur y a una cierta distancia, en una zona llana y desprovista de toda protección, el resto de la patrulla recibió simultáneamente una primera descarga ocasionándoles un muerto y seis heridos. Sin capacidad de movilización y fijados al terreno no tenían escapatoria. En esta situación, solicitaron refuerzos y helicópteros para evacuación y apoyo. Conforme pasaba el tiempo las bajas iban en aumento.

El cuartel general de El Aaiún recibió el radio de auxilio procedente del subsector de Smara y el mando ordenaba el envío inmediato de una patrulla de ATN reforzada con un mortero de 60 mm y dos aviones cazas Saetas hacia Gor Le Freinina. A la par se coordinaba la salida de seis helicópteros, dos armados con ametralladoras, tres de transporte y uno con camillas y se alertaba a la 2ª sección de la 3ª Cía de la IX Bandera de Operaciones Especiales (SOE) del IV Tercio, para su posible intervención en el conflicto. Toda la operación quedaba bajo el mando del comandante Muñoz Grandes.

Sobre las 15.00 horas salía por tierra otra patrulla de la ATN mandadas por los tenientes Íñiguez de Nanclares y Regúlez, a las órdenes del capitán Falcó. Media hora más tarde, los helicópteros tomaban tierra en Smara donde, después de repostar y embarcar a la SOE, despegaron rumbo a la zona de conflicto, a unos 50 km, en territorio mauritano, con la misión de rescatar a la patrulla y regresar a la frontera española. La SOE mandada por el teniente Cuesta Núñez estaba formada por tres pelotones dirigidos por el sargento Carazo Orellana y los cabos 1º Medina Aguilera y Tusset Beltrán. El teniente de ATN, García de Dios, actuaba de enlace del comandante Muñoz Grandes.

A las 16.45 horas el jefe de helicópteros establecía enlace de radio con el mando de la patrulla de la PT situada más al sur que mantenía fuego frontal con el enemigo. Se le informó de la existencia en ese punto de un muerto y dos heridos y que los dos vehículos se encontraban inutilizados en la boca del barranco. Sobre las 17.00 horas se realizó el primer reconocimiento aéreo armado sobre la zona recibiendo fuego enemigo que alcanzaron una pala del rotor y los patines. Se sobrevoló la zona y se localizaron los vehículos inutilizados comprobándose la existencia de bajas inmóviles para cuyo rescate se hacía necesario entrar a por ellos.

El comandante Muñoz Grandes decidió tomar tierra cerca del puesto de control de la PT para diseñar la maniobra de rescate iniciada a las 17.45 horas. Se desembarcó a la SOE del teniente Cuesta que sobre las 18.00 horas, apoyada por el fuego aéreo de los helicópteros, logró ocupar las alturas del cerro situado más al oeste para dominar el terreno (cerro A del plano). Los pelotones de la SOE, una vez situados en el mogote de relieve pedregoso y escalonado, fueron moviéndose por las grutas y cuevas teniendo varios encuentros graves con los polisarios a los que respondieron con fuego de fusil y granadas. Así pasaron toda la noche, sin bajas, pero acusando un frío mordaz pues la precipitación de los hechos y la creencia de que sería una intervención breve, hicieron que no llevaran ropa de abrigo.

Croquis de la operación con notas manuscritas del general Muñoz Grandes

Croquis de la operación con notas manuscritas del general Muñoz GrandesGemma Esteban Dorronzoro

El grueso de la PT que se encontraba más retirada y al sur de la vaguada, con el apoyo de la SOE y de los helicópteros, logró recuperar al resto de la patrulla que se hallaba fuera de la boca del barranco, hecho que costó más bajas. Sobre las 19.45 horas, habiendo oscurecido, se logró reunir en el puesto de evacuación previsto a seis de los heridos y al cabo muerto de la PT Mohamed Baya. Fueron evacuados en un helicóptero sanitario que tuvo que tomar tierra encendiendo el faro de aterrizaje sin que fuera alcanzado milagrosamente.

Con el objeto de tomar el cerro más al este (B en el mapa) situado enfrente del que habían tomado los pelotones de la SOE del teniente Cuesta, el mando de la operación solicitó el envío de otra SOE para operar junto a la patrulla de nómadas que estaba en camino. Sobre las 21.30, la llegada y ocupación de posiciones por parte de la unidad de ATN permitió recuperar a otros dos heridos, uno de ellos muy graves, que también fueron evacuados en helicóptero.

El contraataque

A las 24 horas la situación de bajas era la siguiente: Un agente de la PT muerto; cuatro agentes heridos graves y evacuados sobre El Aaiún; cuatro agentes heridos leves evacuados sobre Smara; un cabo de la PT y el operador de radio no localizados, pudiendo estar heridos o muertos dentro de la vaguada donde se encontraban los dos coches que recibieron los primeros disparos y sin posibilidad de ser evacuados al estar el terreno batido por el fuego. Se desconocía si existían bajas entre los polisarios. Durante la noche se mantuvieron las posiciones.

Se ordenó la salida desde Smara de la segunda SOE, 1ª de la 3º Cía de la IX Bandera del IV Tercio, encomendándose el mando al teniente Alonso Marcili. Para coordinar ambas secciones se designó al capitán Enseñat y Sánchez Cruzat. Como curiosidad y ante la voluntariedad parar formar parte de la expedición de prácticamente todos los legionarios, se empezaron a poner trabas en la elección de los mismos y entre otras se exigió que el operador de radio debía tener conocimientos en el manejo de la PCR77, a lo que todos respondieron que sabían manejarla. Extrañado, el capitán, le dijo a uno, «pero si tú no eres ni operador de radio», a lo que contestó, «no importa mi capitán, esta noche aprendo».

El día 19 salieron sobre las cinco de la madrugada y llegaron al punto de conflicto al amanecer. Subieron por el cerro situado más al norte. Todo vestigio de hallar a polisarios se había esfumado, todo parecía indicar que huyeron aprovechando la noche. Sólo encontraron restos de munición, mantas y otros pertrechos. De ese cerro saltaron al situado más al este (B) donde sí encontraron una cierta resistencia que lograron anular, eliminando a dos polisarios, cogiendo a un prisionero herido que fue atendido por el ATS Belda y realizando la limpieza de la zona.

Sobre las 08.00 horas de la mañana toda la zona parecía estar dominada. Entraron en el barranco donde se encontraban los dos vehículos inutilizados, hallando muerto al chófer del primer coche y herido de suma gravedad al operador de radio que no se desangró por el frío helador de la noche. Dieron novedades por radio al jefe de la operación que decidió desembarcar para dirigir desde tierra el rescate final de las bajas y de los vehículos. Al mismo tiempo y restablecida la calma, los legionarios de la SOE del teniente Cuesta bajaban a toda prisa para embarcar y ser helitransportados de vuelta. Al ir descrestando la montaña el proveedor de municiones, Parrero Ahorta, le dijo al cabo ametrallador Suárez González que había visto algo entre unas piedras que estaban muy bien colocadas. Efectivamente, al dirigirse hacia ese lugar junto al jefe del pelotón, sargento Carazo Orellana, recibieron una ráfaga de disparos. El primero en caer fue el sargento, situado a unos 50 metros del comandante Muñoz Grandes que vio cómo recibía un balazo en la cabeza. El cabo Suárez se tiró al suelo recuperando la ametralladora y logrando disparar el arma, pero al llamar al proveedor, este se levantó y cayó herido con un tiro en la cadera y en el brazo. Suárez recibió a la par el impacto de los disparos en una pierna, en los brazos y en el ojo izquierdo, así como metralla por todo el cuerpo.

Comenzó un intenso tiroteo. El teniente Alonso Marcili acudió con un pelotón al origen del fuego y el teniente García de Dios solicitó un cetme y granadas de fusil lanzándolas a la cueva donde se encontraban los polisarios. Al no surtir el efecto deseado, García de Dios le pidió al capitán Falcó que le cubriera con la ametralladora, se llevó a un soldado con él y cogió una bolsa con granadas de mano, subieron a lo alto del cerro, saltaron hacia la cueva y desde allí lanzaron dos granadas. Al rato dos guerrilleros salieron rindiéndose, uno de ellos levemente herido.

Finalizó la operación el día 19 a las 11.00 horas. La partida de los polisarios quedó destruida. Se procedió a completar el rastrilleo y limpieza de la zona capturando a tres prisioneros y remolcándose los vehículos de la PT. Evacuadas todas las bajas, se emprendió el regreso a Tifariti –Smara– El Aaiún sobre las 12.00 horas.

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