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05 de mayo de 2024

El mercenario francés Bob Denard (Gilbert Bourgeaud) junto al futuro dictador de la República Democrática del Congo

El mercenario francés Bob Denard (Gilbert Bourgeaud) junto al futuro dictador de la República Democrática del CongoTwitter Archivos de la Historia

Bob Denard, el más famoso jefe de los mercenarios del siglo XX

De ideología fuertemente anticomunista, tras retirarse del servicio empezó a trabajar como mercenario gracias a su experiencia en combate, siempre relacionado con los intereses exteriores y más oscuros de Francia

Como consecuencia del final de la Segunda Guerra Mundial, y las guerras de la descolonización que seguidamente azotaron el mundo, muchos exsoldados pusieron su experiencia bélica al servicio del mejor postor. Las décadas centrales del siglo XX fue el tiempo de los mercenarios.
Novelistas como Frederick Forsyth (Los Perros de la Guerra) o Jean Lartéguy (Las Quimeras Negras y su trilogía Los Mercenarios, Los Pretorianos y Los Centuriones) hicieron soñar a generaciones de europeos con exóticas aventuras protagonizadas por soldados de fortuna, por mercenarios, que por una soldada se jugaban la vida en tres continentes defendiendo los intereses de sus patronos y los del mundo occidental.
De todos estos soldados de fortuna, el más popular y equiparable al recién asesinado Yevgeny Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, fue el capitán de mercenarios Bob Denard. Nacido en Francia, en Burdeos, en 1929, su verdadero nombre era Gilbert Bourgeaud. A los 16 años participó en la resistencia contra la ocupación nazi de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, antes de enrolarse en la Armada, en la que permaneció hasta 1952. Sirvió bajo la bandera de Francia en Indochina y luego en Argelia, en los comandos de la Marina con la graduación de cabo, para luego ser miembro de la policía colonial en Marruecos.
En 1954, siendo parte de los servicios secretos galos (la Lucoter), participó en Rabat en el atentado fallido contra el antiguo presidente de la república Pierre Mendès-France, lo que le costó año y medio de cárcel. Durante la Guerra de Independencia de Argelia formó parte de los soldados y colonos que, liderados por el general Raoul Salan, se opusieron a los gobiernos de París por dar la independencia los argelinos en 1962. De ideología fuertemente anticomunista, tras retirarse del servicio empezó a trabajar como mercenario gracias a su experiencia en combate, siempre relacionado con los intereses exteriores y más oscuros de Francia.
El 13 de enero de 1959, el Rey Balduino de Bélgica anunció la próxima independencia de su colonia del Congo, hecho que se produjo el 30 de junio de 1960. Nacía la República Democrática del Congo, con Joseph Kasa-Vubu como presidente y Patrice Lumumba como primer ministro. En la ceremonia de independencia Lumumba pronunció un duro discurso en el que condenaba la colonización de los belgas. La actitud del nuevo gobierno produjo una enorme preocupación en los círculos financieros de Bruselas y de París, así como en los colonos belgas que vivían en la ahora excolonia.
En la provincia de Katanga se concentraban los principales intereses mineros de los europeos en el ex-Congo Belga. El político katangueño Moise Tshombe, enemigo acérrimo de Patrice Lumumba y con muy buenas relaciones con las compañías mineras que explotaban en Katanga las minas de cobre, oro y uranio, proclamó el 11 de julio de 1960 la independencia de Katanga y se autoproclamó presidente del nuevo Estado, con apoyo de las empresas mineras con intereses en Katanga, anunciando que «nos secesionamos del caos» (refiriéndose a los disturbios producidos en el país tras la proclamación de la independencia). Tshombe era cristiano, anticomunista y prooccidental. Pronto estallaron graves disturbios étnicos en el país. Los katangueños procedieron a expulsar del país a los kasais, de la etnia luba, a los que la administración colonial había llevado para que trabajasen en las minas. Hubo muchos muertos.
Bob Denard

Bob Denard en el centro

Tshombe quería seguir manteniendo relaciones privilegiadas con Bélgica y en especial con la Unión Minera del Alto Katanga, por lo que solicitó al Gobierno belga ayuda para constituir y adiestrar un ejército katangueño. Desde Francia llegó un grupo de mercenarios galos y de otros a países europeos liderados por Bob Denard. Comenzaba una guerra civil en la que los soldados de fortuna europeos iban a desempeñar un papel muy destacado y en la que Denard alcanzó enorme fama. El primer ministro congoleño Patrice Lumumba y su sucesor Cyrille Adoula pidieron la intervención de las Naciones Unidas para terminar con la secesión katangueña.

Comenzaba una guerra civil en la que los soldados de fortuna europeos iban a desempeñar un papel muy destacado y en la que Denard alcanzó enorme fama

La ONU respondió favorablemente a su petición. La intervención de las tropas de la ONU logró derrotar a las tropas katangueñas y a los mercenarios que les ayudaban, terminando con la secesión de la provincia rebelde. Bod Denard, más tarde, se empleó al servicio del general congoleño Mobutu contra su antiguo amigo Tshombe. El general Mobutu, que se había hecho con el poder en el Congo, era abiertamente prooccidental a diferencia de Lumumba.
Patrice Lumumba, primer ministro de la República Democrática del Congo

Patrice Lumumba, primer ministro de la República Democrática del CongoPicasa / Wikimedia Commons

Durante la primera guerra del Congo Lumumba intentó dar un golpe contra su presidente Joseph Kasa-Vubu. Fracasó y en venganza Kasa-Vubu lo entregó a Tshombe que lo ejecutó.

Entre los mercenarios del Congo había un pequeño contingente de españoles

En 1963, la toma de Katanga por parte de las fuerzas de las Naciones Unidas obligó a Moise Tshombe a exiliarse primero a Rodesia del Norte y más adelante a España. Bod Denard y sus hombres abandonaron el Congo. Entre los mercenarios del Congo había un pequeño contingente de españoles. Está guerra ha sido radiografiada por el corresponsal español Vicente Talón en sus crónicas periodísticas y en su libro Diario de la Guerra del Congo.
Denard emigró al Yemen para combatir a los republicanos a los que apoyaba el régimen egipcio de Nasser. Volvió al Congo en 1963 para luego seguir guerreando en Benín y en Biafra.
En 1968 se estableció en Gabón, operando de nuevo como mercenario contra movimientos independentistas, en tareas de contrainsurgencia, y en apoyo de políticos africanos partidarios de la influencia francesa sobre sus excolonias. En la década de 1970 combatió a favor de los afrikáner (colonos blancos) de Rhodesia. Fue asesor militar en Angola en 1975 del grupo rebelde UNITA de Jonas Savimbi que contaba con el beneplácito occidental.

Francia fue una madrastra para Denard. Bon Denard fue el último de los grandes mercenarios del siglo XX

Desde 1975 Denard participó en cuatro golpes de estado en las islas Comores, siendo su mayor éxito en mayo de 1978 cuando lideró una tropa de mercenarios que derrocó violentamente el presidente comorano Ali Soilih para instalar en el poder a Ahmed Abdallah Abderamane, aliado político de Francia. Este éxito permitió a Denard alcanzar gran influencia en la política de las Comores, siendo el principal asesor militar de Ahmed Abdallah, pudiendo acumular un importante capital como empresario en las islas.
Desde las Comores apoyó el régimen el apartheid de Sudáfrica al permitir embarques clandestinos de armamento destinados al gobierno de Pretoria desde el puerto de Moroni. Denard fue siempre un decidido anticomunista y abiertamente defensor, con las armas en la mano, de los blancos y de los intereses de Occidente, especialmente de Francia, en África Subsahariana. Al comienzo de los años 80 Denard se convirtió al Islam y llegó a derrotar dos intentos de golpe de Estado contra el régimen de Abdallah, en 1982 y 1985, en las Comores, respaldado por los gobiernos franceses de Giscard d'Estaing, primero, y de Mitterrand después.
Como consecuencia del asesinato de Abdallah, en noviembre de 1989, en presencia de Denard, fue arrestado y llevado a Francia por tropas galas llegadas a las Comores, mientras subía al poder Mohamed Tako Abdulkarim, otro jefe de estado favorable a Francia.
Bob Denard se rindió a los paracaidistas franceses enviados para detener su intento de golpe de Estado

Bob Denard se rindió a los paracaidistas franceses enviados para detener su intento de golpe de EstadoBenoît Gysembergh

En 1995 Denard reunió una fuerza de mercenarios para recuperar el poder en Comores, logrando detener en septiembre al entonces presidente Said Mohammed Djohar. Pero eran otros tiempos. El Gobierno francés envió paracaidistas para detener a los mercenarios y restablecer al gobierno nativo, quedando Denard detenido por el GIGN francés. Llevado a Francia, fue juzgado por sus acciones de guerra, sin poder demostrar en su defensa haber contado con apoyo y órdenes del gobierno francés en muchas de sus actuaciones. Denard fue absuelto por un tribunal de París del asesinato en 1989 del presidente de Comores Ahmed Abdallah, pero fue condenado en 1993 a cinco años de cárcel, exento de cumplimiento, por un intento de golpe de estado en Benin en 1977. Fue de nuevo procesado en 2006.
Enfermo de Alzheimer falleció sin poder escribir sus memorias. Murió de un ataque cardíaco en octubre de 2007. Anticomunista visceral, Bob Denard se casó siete veces y tuvo ocho hijos. «Fui herido de gravedad cinco veces, he pagado por todo con mi vida, no tengo de qué quejarme y, como siempre, –declaró al diario Le Monde– cierro el pico». Francia, al igual Rusia con el líder del grupo Wagner, lo utilizó sin ningún tipo de reconocimiento y gratitud. Francia fue una madrastra para Denard. Bon Denard fue el último de los grandes mercenarios del siglo XX.
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