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18 de mayo de 2024

Retrato de tamaño natural de Vlad III de Valaquia

Retrato de tamaño natural de Vlad III de Valaquia

La enfermedad que padecía Vlad, el príncipe rumano que lloraba sangre

Vlad podría haber padecido una enfermedad llamada hemolacria, que provoca lágrimas sanguinolentas. Los relatos históricos describen a Vlad con unos ojos aterradores que parecían «llorar lágrimas de sangre»

El sangriento príncipe rumano del siglo XV Vlad III, conocido como Vlad el Empalador o Vlad Drácula, dejó tras de sí un legado de brutalidad. Las crónicas de la época le describían como ser cruel, aficionado a la tortura y entusiasta de la muerte lenta. La leyenda dice que solía cenar bebiendo la sangre de sus víctimas. Durante los siete años que duró su gobierno, Vlad ejecutó a unas 100.000 personas, en la mayoría de las ocasiones mediante la técnica del empalamiento, de ahí su sobrenombre.
Famoso por su temible reputación, siglos más tarde, el escritor Bram Stoker asoció el nombre de su icónico vampiro con la sangrienta leyenda del príncipe. Para entender mejor al personaje histórico, un equipo de investigadores ha estudiado tres documentos originales de su puño y letra que aportan nuevos aspectos sobre su vida y su extraña relación con la sangre.
Utilizando el novedoso método de muestreo llamado EVA, han detectado material biológico conservado en tres cartas escritas y firmadas por Vlad. Esta técnica crea una película polimérica no invasiva que extrae suavemente proteínas y otras biomoléculas de las superficies sin dañar los valiosos artefactos. Cuando se combina con el análisis por espectrometría de masas, el EVA ofrece información sobre materiales orgánicos antiguos.
Una de las cartas de Vlad analizadas

Una de las cartas de Vlad analizadasMaria Gaetana Giovanna Pittalà et al. / Anal. Chem

Los expertos aplicaron películas de EVA a tres misivas de Vlad (una de 1457 y las otras dos de 1475) y la espectrometría de masas identificó unos 100 péptidos humanos antiguos, presumiblemente procedentes de Vlad, dado que es él el autor de las cartas. Tras los análisis también se detectaron otros 2.000 péptidos no humanos procedentes de microbios, que sugieren el entorno y las condiciones de la Valaquia del siglo XV.
Además, otros hallazgos revelaron datos sobre la salud y las aflicciones del príncipe rumano durante su vida como por ejemplo, se descubrieron algunas proteínas humanas que apuntan a una posible inflamación crónica de las vías respiratorias y la piel. Y lo que es más sorprendente, los péptidos indicaban que Vlad podría haber padecido una enfermedad llamada hemolacria, que provoca lágrimas sanguinolentas. Los relatos históricos describen a Vlad con unos ojos aterradores que parecían «llorar lágrimas de sangre».
Aunque todavía queda mucho por estudia, estos hallazgos proteómicos ofrecen una visión sin precedentes de un célebre gobernante medieval. También demuestran el potencial de aplicar la EVA y la espectrometría de masas para desvelar secretos conservados en documentos antiguos sin dañar estos frágiles artefactos históricos. Los investigadores esperan que este enfoque pionero pueda arrojar luz sobre otros escritos y artefactos importantes de nuestro pasado colectivo.
A pesar de haber sido conocido por su violencia, el Vlad histórico luchó ferozmente para defender Valaquia de las potencias extranjeras. Mientras que el Drácula de Stoker hizo inmortal a Vlad en la literatura, este análisis proteómico ayuda a suavizar en cierto modo la imagen de Vlad el Empalador y comprenderlo un complejo gobernante medieval. «La información extraída de las cartas de Vlad nos acerca a la comprensión del hombre que se esconde tras el horrible mito», indican los investigadores.
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