Saqueo de Visby tras la batalla, obra de Carl Gustaf Hellqvist
Picotazos de historia
Las fosas de Visby, una muestra de la violencia y realidad de la guerra en la Edad Media
En 1905 las fosas comunes de la batalla fueron descubiertas y se iniciaría su excavación, dirigida por el arqueólogo Oskar Wilhelm Wennersten, y que duraron hasta el año 1928
La isla de Gotland, al sureste de Suecia, pertenece al archipiélago de Slite y es la isla de mayor tamaño del reino de Suecia. En 1361 es semiindependiente del reino de Suecia, aunque le pagaba tributo al Rey Magnus IV. La población de la isla, genéricamente conocidos como gocios –los godos vienen de aquí– hablaban una variedad del sueco conocido como gutnico y formaban parte de un grupo con diferentes orígenes étnicos, centro económico y comercial donde llegaron individuos de otras etnias. Esta mezcla cultural fue más intensa en el interior de la isla, más aislada y refugio de tradiciones. Como siempre ocurre, esto generaría tensiones entre la costa y el interior que cristalizaron en algunos enfrentamientos.
En 1361 el Rey danés Valdemar IV desembarcó en la isla al mando de una fuerza calculada en unos 2.500 guerreros, muchos de ellos a caballo. La intención de Valdemar IV era saquear la isla ya que, al ser esta parte de la Liga Hanseática (federación comercial y defensiva formada por varias ciudades para el comercio en el Báltico), era rival económico y comercial de Dinamarca.
Toma de la ciudad de Visby por Valdemar Atterdag en 1361
El primer enfrentamiento fue contra una fuerza formada por granjeros que desbarataron en la batalla de Masterby. El 27 de julio, en las afueras de Visby se libró un feroz combate entre las milicias y voluntarios de la ciudad y las tropas danesas. La batalla fue muy mal para los gocios, pues fueron contundentemente derrotados y para evitar el asalto y saqueo de la ciudad tuvieron que pagar un oneroso rescate. Suceso recogido por el arte y la tradición popular.
Ese día, el 27 de julio, y los días siguientes se caracterizaron por las temperaturas inusualmente altas, lo que obligó a enterrar precipitadamente los cadáveres que se acumulaban en el campo de batalla: cerca de dos mil.
En 1905 las fosas comunes de a batalla fueron descubiertas y se iniciaría su excavación, dirigida por el arqueólogo Oskar Wilhelm Wennersten, y que duraron hasta el año 1928. Los restos descubiertos, algunos seguían llevando las cotas de malla o partes de la armadura que llevaron en vida, prueba de la precipitación de su entierro, aportaron una enorme información sobre la guerra en la Edad Media y permitieron el análisis forense de las heridas. Esto último sería el primer paso de una investigación que cambió la visión sobre la guerra y las técnicas de combate de la Edad media.
Fosa común en Korsbetningen durante las excavaciones de 1905
En total se reunieron los restos de unos 1185 individuos que habían sido arrojados a diferentes fosas para su enterramiento, excepto veinte que fueron enterrados uno junto a otro, motivo por el que se piensa que pertenecían al ejército vencedor. De los cadáveres encontrados, un tercio de ellos está formado por individuos demasiado viejos o demasiado jóvenes como para pertenecer a un grupo de guerreros y/o con algún tipo de lesión o minusvalía anterior.
Esto nos indica el grado de desesperación de la ciudad. Un alto número de los cuerpos presenta heridas en la cabeza, independientemente de heridas en otras partes del cuerpo. Esto se debió a que se remataba a los caídos, golpeándoles en la cabeza con un palo o una maza. Esto, en un tiempo en el que la medicina estaba en pañales, se consideraba un acto de misericordia.
En definitiva, el museo de Visby presenta la más asombrosa colección de elementos que nos muestra la violencia y realidad de la guerra en ese tiempo. Un descubrimiento único que inició el estudio de la biodinámica de combate, algo olvidado y cuya principal referencia nos viene del cine donde nos muestran algo muy alejado de la realidad. Atención a la reconstrucción facial del individuo al que dieron un hachazo en la cara y al cráneo atravesado por cuatro puntadas de flecha.
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