Fundado en 1910
Estatua ecuestre de Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán

Estatua ecuestre de Juan Maldonado y Ordóñez de Villaquirán

La historia de rivalidad y envidias detrás de la fundación de San Cristóbal (Venezuela)

Maldonado no quería permitir que Rodríguez culminase lo que él dejó a medias y el segundo soñaba con arrebatar al primero la gloria y la riqueza

En 1966 una delegación oficial del Estado de Táchira (Venezuela) visitó oficialmente Salamanca, patria familiar de Juan de Maldonado Ordóñez de Villaquirán, nacido en Barco de Ávila y fundador de la ciudad de San Cristóbal capital de aquel Estado. Los venezolanos ofrecían, además, esculpir un medallón con su efigie en uno de los que todavía se hallaban sin labrar en la Plaza Mayor.

Se haría un año después. Ante estas noticias, el periodista Alfonso Hortal publicó un artículo en La Gaceta Regional expresando razonables dudas acerca de si el fundador de la ciudad fue Maldonado o Juan Rodríguez Suárez. El asunto se pasó al cronista y archivero de la ciudad, Salvador Llopis, que concluyó a favor de Maldonado en el libro: Don Juan Maldonado fundó San Cristóbal de Venezuela (Salamanca 1967).

Medallón con la efigie de Juan Maldonado, conquistador español, Pabellón Consistorial, Plaza Mayor de Salamanca (España)

Medallón con la efigie de Juan Maldonado, conquistador español, Pabellón Consistorial, Plaza Mayor de Salamanca (España)

En realidad, la confusión respondía al solapamiento de actuaciones y el incumplimiento de instrucciones, muy propio de los tiempos de la conquista. Ambos españoles salieron de la provincia de Pamplona en Nueva Granada con dirección al interior andino de Venezuela, región poco conocida entonces. Juan Rodríguez Suárez era un veterano en la exploración. Teniente gobernador de Caracas, guerrero ante todo, nos cuenta Oviedo y Baños su desgracia personal en la Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela (Madrid 1723).

El cacique Guaicaipuro había asesinado a sus hijos que dejó en las minas de los Teques después de pactar la paz con él. Enterado Rodríguez cuando iba camino de poblar la ciudad de San Francisco, desarrolló un furioso ánimo de venganza contra los indios que lo llevó a tener una conducta contraria a las instrucciones y usos vigentes.

Monumento a Juan Rodríguez Suárez, el fundador de Mérida (Venezuela)

Monumento a Juan Rodríguez Suárez, el fundador de Mérida (Venezuela)Samuel Hurtado C

Cuando andaba explorando los Andes, llegaron a Santa Fe noticias de que no cumplía las instrucciones recibidas de la Real Audiencia, procurando un trato duro a sus soldados y a los indios, por lo que se envió a Maldonado a apresarlo. Lo encontró en Mérida, fundada por Rodríguez Juárez nombrada en recuerdo de su ciudad natal en Extremadura, y lo envió custodiado a aquella la Audiencia, agregó los hombres de Suárez a su propia expedición y continuó viaje. La historia de la rivalidad y enfrentamiento entre los dos españoles la cuenta, como casi todo lo referente a la Venezuela hispana, fray Pedro de Aguado en su extensa Recopilación historial, escrita en 1574 y publicada por partes a partir de 1906. El franciscano, llegado a América acompañando al obispo de Perú fray Luis Zapata de Cárdenas, es prolijo en detalles.

Maldonado había explorado las tierras andinas hasta el valle de Cúcuta buscando minas de oro sin resultado. Aquí comenzó una pésima relación llena de celos y de envidias. Maldonado no quería permitir que Rodríguez culminase lo que él dejó a medias y el segundo soñaba con arrebatar al primero la gloria y la riqueza. Maldonado procedía de un linaje más que acomodado y Rodríguez era de nacimiento humilde, motivos para añadir a la rivalidad.

Quiso el emeritense aprovechar su ocasión y, como escribe Aguado: «hubo personas que por conocer la soberbia, presunción y ambición de Juárez, le pronosticaron que había de ser para su perdición y destrucción». Y continúa: «Juan Rodríguez, deseando que entre estos bárbaros fuese su nombre temido por sus crueldades, antes que amado por misericordia, envió diversas veces a Juan Esteban con gente de noche a buscar las rancherías de los indios, donde los pobres, como gente que por todas vías los perseguían procuraban defenderse con sus flechas y otras armas, donde algunas veces, por el desorden y la codicia de los soldados, los hubieran de matar».

La cacería del espacio

Rodríguez siguió por la Sierra Nevada hasta Lagunilla, y en un valle mandó poblar la ciudad de Mérida en 1558. Veía que carecía de fuerzas para mantener sus posiciones y mandó pedir refuerzos. Los indios se habían juntado para atacar la población y matar a los españoles. Fueron puestos en huida. En sus correrías, fue el primer español en llegar al lago Maracaibo. Carecía de licencia para fundar poblaciones y hacer repartimientos de indios. Las noticias sobre estos hechos llegaron a la Real Audiencia. Aquí entra en juego Juan de Maldonado, su viejo enemigo. Lo encontró, con pocos soldados, descansando en la orilla del lago y no le fue difícil prenderlo. Rodríguez se entregó y quiso cumplir lo ordenado por la Audiencia.

Quedose Maldonado vagando por aquella región en los que se ha llamado la cacería del espacio, buscando dilatar las fronteras y hallar nuevos lugares donde extraer riqueza, asentar población y, en definitiva, gobernar y disfrutar del mando con tranquilidad. Eran valles apacibles, pero rodeados de altas montañas de difícil paso. Las comunicaciones eran esenciales para la seguridad y no encontraba sitio idóneo.

Había mucho padecimiento y poco brillo, los hombres se quejaban y, a punto de la rebelión, Maldonado volvió a Mérida para preparar otra salida posterior. Llegado de nuevo al valle de Santo Domingo y el lago Maracaibo, se encontró con el capitán Ruiz y lo ayudó a reedificar Trujillo, antigua fundación de García de Paredes. Maldonado, que en palabras de Aguado era «hombre ansiado», no quiso permanecer en inactividad y volvió a las correrías.

En aquellas excursiones, Maldonado no encontraba la fama. Su inquietud era grande. Su regreso a Pamplona no le satisfizo y logró armar un nuevo viaje. Esta vez, metido de lleno en el valle de Santiago, logró fundar una ciudad que defendiera su retaguardia y sirviera de base a sus exploraciones. En el mes de mayo de 1560 o 1561, quedó fundada la ciudad de San Cristóbal. El padre fray Pedro Simón escribió en su Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales (cuya primera parte se publicó en Cuenca en 1627 y el resto en Bogotá entre 1882 y 1892): «las condiciones con que la pobló fue hacerla libre y exenta de la jurisdicción de Pamplona, y que en ella no tuviesen entrada ni salida los alcaldes ni otras justicias de Pamplona». Es decir, creando un nuevo conflicto de jurisdicciones.

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