El día de san Valentín de 1797 tuvo lugar un combate naval entre España y Gran Bretaña frente al Cabo de San Vicente, en el extremo occidental de la costa portuguesa del Algarve. Un año atrás se había firmado el humillante tratado de San Ildefonso, en el que España se comprometía a combatir junto a la Francia revolucionaria en caso de que esta entrara en guerra con Inglaterra.
Tras la jornada del 14 de febrero, la escuadra española dirigida por el general José de Córdova fue derrotada por la del comandante inglés John Jervis. Aquella derrota reveló algunas carencias de la Armada Española que urgía remediar. Según explica Agustín R. Rodríguez González, experto en Historia Naval, aquel día la Marina española se tuvo que enfrentar «a un enemigo aleccionado por su derrota en la Guerra de Independencia de los Estos Unidos, que motivó una serie de mejoras, tanto técnicas como tácticas, que los españoles, en grave situación hacendística y enfrascados entonces en la guerra contra los revolucionarios franceses, no valoraron debidamente hasta que fue tarde».