Levantada entre los siglo III y IV d.C., esta muralla que rodea la ciudad de Lugo es la única del mundo que se conserva entera. «Por eso y por su misteriosa belleza es Patrimonio de la Humanidad», indica la Junta de Galicia. Según la leyenda, los romanos la construyeron no para proteger una ciudad, sino un bosque, el Lucus Augusti (Bosque Sagrado de Augusto en latín), de ahí el nombre de Lugo. La estructura de la muralla y los materiales empleados la han convertido en un elemento de defensa perdurable en el tiempo y prácticamente imbatible. Su diseño, basado en una sucesión de cubos semicirculares y cortinas, junto con un ingenioso sistema de escaleras de acceso, «hacían de Lugo una ciudad preparada para resistir ante cualquier ataque», subraya la diputación de Lugo en su página web.