
Óleo que representa la batalla naval de Gravelinas de la Armada Invencible y la flota inglesa
¿Gran Armada, Felicísima o Invencible? Este fue el auténtico nombre de la flota de Felipe II
La palabra «invencible» aparece en una bula papal en la que se habla de «Armada invencible, como así la llaman», a finales de 1588
Una de las grandes polémicas de la historia de España es el nombre con el que se suele recordar a la expedición naval que envió Felipe II a invadir Inglaterra en 1588. Libros de texto, novelas, artículos y documentales sobre aquella gesta se han titulado de diferentes formas: «Gran Armada», «La Grande y Felicísima Armada» y «Armada Invencible». ¿Cuál de todos ellos es el correcto a nivel histórico? La mayoría cree que «Grande y Felicísima Armada» fue como se llamó, pero esto es falso: nunca se denominó así. Del mismo modo, la historia de que el nombre «Armada Invencible» forma parte de la Leyenda Negra española, inventada por la propaganda inglesa, tampoco es del todo cierta. Entonces, ¿cómo se llamó aquella Armada que intentó invadir Inglaterra?
Los cronistas de la época no emplearon nunca en sus crónicas el término «la Grande y Felicísima Armada». No hay ni un solo documento de la época que recoja esta fórmula; lo que sí aparece es el adjetivo «felicísima» hasta en dos ocasiones. La primera fue en un documento redactado en Lisboa el 9 de mayo de 1588, donde se detallan los nombres de los marinos que embarcaron en aquella ciudad, y en un segundo texto del 5 de septiembre de ese mismo año se dice que la «felice Armada en que va por general el Duque de Medina…», según ha podido descubrir el investigador Pedro Luis Chinchilla, uno de los expertos más destacados sobre aquella gesta, que es el único que ha conseguido recuperar la memoria de los prisioneros de la «Armada Invencible» que naufragaron en las costas de Inglaterra e Irlanda. Además, el uso de «felicísima» no fue exclusivo: también aparece para referirse a otras flotas, como la de Álvaro de Bazán, entre otras.
Tanto Felipe II como el duque de Medina Sidonia y el resto de marinos y militares españoles que participaron en el operativo hacían referencia en sus documentos y correspondencia a «el armada». Sí, en masculino, aunque también aparece en femenino. Incluso Felipe II la define en ocasiones como «una gran armada», por el tamaño que llegó a tener en cuanto a número de naves y personal, una referencia que también utilizaron los ingleses en varias ocasiones.
El verdadero origen del término «Armada Invencible»
En cuanto a la «Armada Invencible», no nació como una burla inglesa hacia la armada que envió Felipe II. Eso es un bulo que todos nos hemos creído, también varios historiadores e investigadores, entre los que están Geoffrey Parker, Colin Martin o Pedro Luis Chinchilla, quien, tras su investigación, ha descubierto el verdadero origen del término.Históricamente, siempre se ha pensado que William Cecil, barón de Burghley y consejero de Isabel I de Inglaterra, fue quien describió a la Gran Armada de 1588 como «invencible», en un tratado propagandístico contra los españoles llamado La copia de una carta, donde se utiliza el término pero sin ninguna intención sarcástica ni de ridiculizar a la Armada española con frases como «La gran Armada de España estaba preparada para salir de Lisboa, y su fama en la Cristiandad era la de ser invencible y así se publicó en los libros».
Pero la creencia de que La copia de una carta es origen de la burla viene del fragmento final que dice «Así termina el relato de las desventuras de la Armada española que solían calificar de INVENCIBLE» (en mayúsculas para enfatizar el término).
Sin embargo, tras la extensa investigación de Chinchilla, publicada en su sitio web y en su libro, ha demostrado que esta frase es «completamente falsa, ya que el original no termina, de ninguna forma, así».

William Cecil
Fue en la traducción italiana donde el toscano Petruccio Ubaldini incorporó frases de su propia cosecha que no aparecían en el original inglés, como esa frase final que los historiadores ingleses Colin y Parker atribuyeron, en 1988, al original, aunque «desconocemos por qué», recalca Chinchilla. Por lo tanto, el culpable de darle esa carga mordaz y sarcástica es Petruccio Ubaldini, al añadir la frase «así termina el relato de las desventuras de la Armada que solían llamar Invencible». Una ironía italiana que, con el paso de los años y los siglos, fue amplificándose en España, convirtiéndose en el nombre titular de este episodio.
Es más, la palabra «invencible» aparece también en la traducción neerlandesa del texto inglés y en una bula papal en la que se habla de «Armada invencible, como así la llaman», a finales de 1588. Por otro lado, el éxito de este término no vino por la Leyenda Negra, sino por el uso que le dieron varios autores españoles 400 años después.
Uno de los primeros fue Cesáreo Fernández Duro, que popularizó el término de «Armada Invencible» para referirse a esta Armada en 1884. Desde entonces, se extendió su uso por toda España, e incluso historiadores e investigadores como Carlos Gómez Centurión, Antonio Luis Gómez Beltrán o Enrique Herrera Oria lo utilizaron para referirse a la armada que envió Felipe II a Inglaterra. El resto de los términos como «Grande y Felicísima Armada» o «Felicísima Armada» lo empleaban sus «defensores con poco rigor», afirma Pedro Luis Chinchilla en su libro Los prisioneros de la Armada Invencible.
En todo caso, el nombre de «Armada Invencible» aunque empezó a utilizarse de forma gloriosa por la cristiandad, despectivamente por un italiano y popularizada –con mayor o menor acierto– por multitud de historiadores españoles, ha demostrado que más allá de la Leyenda Negra, no hay mayor enemigo para la historia de España que los propios españoles, que han mirado de forma negativa un pasado –que con luces y sombras– está lleno de grandes gestas que se cuentan por sí solas, sin necesidad de edulcorarlas o engrandecerlas.