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El yacimiento visigodo de Guarrazar sigue protagonizando increíibles descubrimientos arqueológicos

El yacimiento visigodo de Guarrazar sigue protagonizando increíibles descubrimientos arqueológicosEFE

Realizan un importante descubrimiento en Toledo donde se hallaron las coronas de los reyes visigodos

Con este nuevo descubrimiento los arqueólogos confirman que Guarrazar era un punto de vital importancia en la España visigoda

El enclave visigodo de Guarrazar, situado en el término municipal de Guadamur (Toledo), continúa desvelando importantes vestigios arqueológicos más de una década después de la reanudación de sus excavaciones.

El equipo que dirige el arqueólogo Juan Manuel Rojas ha anunciado nuevos descubrimientos que refuerzan tanto el valor histórico como el carácter simbólico del lugar.

Entre ellos, destaca el hallazgo de una basílica de aproximadamente quinientos metros cuadrados, lo que consolida la relevancia del yacimiento dentro del contexto de la arqueología visigoda en la península ibérica.

Rojas, responsable del proyecto y al frente del equipo investigador, explicó a la agencia Efe que actualmente las tareas en el yacimiento se centran en labores de limpieza y mantenimiento.

Estas acciones se desarrollan en el marco del programa 'Verano Joven', impulsado por el Gobierno regional de Castilla-La Mancha, y son fundamentales para preservar las estructuras ya excavadas y preparar nuevas zonas de intervención arqueológica.

Uno de los puntos de especial interés en estos momentos se ubica en una parte del terreno que había permanecido inexplorada desde las primeras excavaciones llevadas a cabo en el siglo XIX por el historiador José Amador de los Ríos.

Con el respaldo de la Consejería de Cultura y del Ayuntamiento de Guadamur, el equipo trabaja actualmente en la excavación de un 'balneum', un conjunto termal de carácter privado cuya cronología podría situarse entre los siglos III y IV.

Este descubrimiento amplía de manera significativa el marco temporal del yacimiento, al confirmar que la ocupación del lugar se prolongó durante varios siglos.

Otro hallazgo relevante es el de un manantial sagrado, vinculado probablemente a rituales de purificación o abluciones por parte de los peregrinos en los siglos VI y VII.

Sobre este elemento, Rojas ha subrayado que, pese a su apariencia modesta, se trata de una pieza clave para la comprensión integral del santuario: «Sin este manantial no habría basílica ni peregrinación; es el corazón espiritual del conjunto», señaló el arqueólogo.

En la actualidad, el equipo se encuentra excavando en seis zonas diferenciadas, en las que sobresalen los restos de una iglesia visigoda, un hospital de peregrinos, el mencionado manantial sagrado y unas termas privadas.

Para documentar con precisión el proceso arqueológico, se emplean tecnologías como drones, escáneres y georradares, herramientas que, si bien resultan de gran utilidad, no sustituyen el juicio experto del investigador.

En este sentido, Rojas matiza: «La tecnología ayuda pero el conocimiento arqueológico sigue siendo humano».

La implicación social también forma parte del proyecto, ya que jóvenes voluntarios, vecinos del municipio y colaboradores externos participan activamente en las tareas de conservación.

El director ha expresado su emoción al constatar que «hay una juventud con valores, que entiende que conservar el pasado es construir el futuro».

Guarrazar es considerado uno de los yacimientos visigodos más significativos de la arqueología española.

El equipo espera concluir el año con avances no solo en las excavaciones, sino también en la conservación del entorno y en un incremento de visitas, especialmente procedentes de centros escolares.

El enclave tiene una fecha especialmente señalada: el 25 de agosto de 1858, cuando se produjo el descubrimiento del célebre tesoro visigodo de Guarrazar.

Apenas ocho meses después, en abril de 1859, la reina Isabel II encargó a Amador de los Ríos las primeras excavaciones oficiales. Sin embargo, estas se prolongaron menos de un año y la investigación quedó interrumpida durante casi 150 años.

En el periodo 2002-2005, el arqueólogo alemán Christoph Eger, beneficiario de una beca del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, reanudó las excavaciones.

Posteriormente, en 2013, Juan Manuel Rojas tomó el relevo para tratar de desentrañar algunos de los grandes enigmas del yacimiento, como las razones del emplazamiento del tesoro o las estructuras que aún permanecían enterradas.

El tesoro de Guarrazar, compuesto por coronas de oro y piedras preciosas, se conserva actualmente repartido entre el Museo de Cluny de París y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

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