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Fotograma del 'Drácula' de Luc Besson donde se aprecia el escudo de los Reyes Católicos

Fotograma del 'Drácula' de Luc Besson donde se aprecia el escudo de los Reyes CatólicosVertice360Spain

¿Qué pinta el escudo de los Reyes Católicos en el trono de Drácula en la nueva película de Luc Besson?

En el material promocional difundido de la nueva película de Luc Besson aparece el conde Drácula sentado en un trono con el escudo de los Reyes Católicos

¿Era necesaria una nueva película sobre Drácula? La célebre novela de Bram Stoker es una de las historias de terror clásicas más adaptadas en el cine. Al vampiro de los Cárpatos rumanos lo han interpretado Bela Lugosi, Christopher Lee, Gary Oldman y, ahora, Caleb Landry Jones.

Lo innecesario de la nueva adaptación queda subrayada por el empleo de una estética clavada a la versión de Francis Ford Coppola en 1992, probablemente, la mejor versión hasta ahora rodada.

Pero es que, además, el año pasado ya se había estrenado un nuevo (y estupendo) remake de Nosferatu de la mano de Robert Eggers (la tercera versión de la película tras Murnau de 1922 y la de Werner Herzog de 1979) que, en esencia, es también una adaptación de la novela de Stoker.

El fenómeno de Drácula no es único en el cine. Su primo hermano Frankenstein vive también anclado en las pantallas del cine. La novela de Mary Shelley ha vuelto a los cines ahora de la mano de Guillermo del Toro en una enésima adaptación en la que han tenido que tirar mano de inventiva para ofrecer algo que el público no haya visto ya mil veces.

Pero lo que justifica este artículo no es la crítica cinematográfica, sino una curiosidad que une directamente la nueva película de Drácula con los Reyes Católicos.

El personaje histórico de Drácula, el príncipe Vlad III de Valaquia, conocido por sus enemigos como «Tepes», o «el Empalador», también como «Draculea», fue contemporáneo de los Reyes Católicos, pero ahí terminan los vínculos.

No hay vínculos dinásticos, ni políticos, ni geográficos, ni religiosos entre el príncipe valaco y los Reyes de Castilla y Aragón.

En cuanto a la identificación de Vlad Tepes con el vampirismo, es fruto de la imaginación del escritor irlandés, quien se sirvió de la fama de sanguinario y cruel del príncipe. Vlad murió en el campo de batalla luchando contra los otomanos.

Su cuerpo fue primero decapitado y luego despedazado, pero no hay nada que sustente que hubiera renunciado al cristianismo y que practicara rituales paganos tras pactar con el diablo. Todo eso es literatura.

En las fotografías difundidas por la distribuidora en España del Drácula de Luc Besson se puede ver, sin embargo, a un envejecido Drácula sentado a la mesa en un trono de madera profusamente decorado a la moda europea del siglo XV.

Sin embargo, es inevitable dirigir la mirada hacia el símbolo tallado en el respaldo de la silla: es un águila de San Juan preparada para alzar el vuelo y, entre sus garras, un escudo donde se alternan los escudos de Castilla, León, Aragón, Sicilia y Granada.

Es, en definitiva, el escudo heráldico de los Reyes Católicos. ¿Y qué pinta en el trono del conde Drácula? Imposible decirlo porque no se ha dado ninguna explicación sobre el posible vínculo en el argumento.

Habrá que esperar al estreno de la película para descubrir si se ha establecido algún giro argumental donde el reinado de los Reyes Católicos tenga algún protagonismo, si es un guiño sin más trascendencia o si simplemente el equipo de producción lo introdujeron porque quedaba bien.

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