Antonio Pérez Molero, cineasta y director del documental 'Bahía 1625'
Entrevista a Antonio Pérez Molero, cineasta
Antonio Pérez: «La recuperación de Salvador de Bahía es seguramente la mayor hazaña militar de España en 1625»
El documental 'Bahía 1625, historia sobre lienzo' se estrena en cines este jueves 4 de diciembre
El documental Bahía 1625, historia sobre lienzo se estrena en cines este jueves 4 de diciembre. El filme, dirigido por Antonio Pérez Molero, reconstruye la historia de la toma y la recuperación de Salvador de Bahía a través de este cuadro misterioso. Un lienzo monumental repleto de detalles que cobran vida a lo largo del documental. «Es un documento histórico en sí mismo, más que una obra de arte». Conversamos el director del documental para descubrir cómo fue grabar en ciudades como Bahía, Madrid o Ámsterdam, qué ha descubierto en esta historia y en que nuevos proyectos históricos está trabajando.
–¿Qué le motivó o interesó de este proyecto que habla de una batalla y un marino español tan poco conocido para el público en general?
–Me pareció una historia muy rica desde el principio y me interesó tanto el hecho histórico que se describe, seguramente la mayor hazaña militar de nuestro Annus Mirabilis, en su tiempo la recuperación de Salvador de Bahía fue la victoria más ensalzada por su dificultad y por la rapidez con la que se monta una operación de este calibre. Es además una de las pocas intervenciones de nuestros Tercios en América, que mostramos en el documental gracias a unas espectaculares animaciones, dirigidos en este caso por Don Fadrique de Toledo, un enorme militar y marino, sin duda a la altura de los grandes militares de la monarquía hispánica, como Ambrosio Spínola, pero prácticamente desconocido en nuestros días.
–Don Fadrique Álvarez de Toledo es el gran protagonista de Bahía ¿qué destacaría usted de este marino tan desconocido para el público general?
–Sin duda su conocimiento y pericia como militar, su arrojo en la batalla. En Bahía ocupó uno de los cuarteles más castigados por el enemigo, el del Carmen, y hay numerosos testimonios que nos cuentan, como incluso varios oficiales españoles le pedían que no se expusiera tanto. Su enorme lealtad hacia la corona. Su gran capacidad de trabajo, el éxito de la operación, se debió en gran parte al enorme esfuerzo que realizó Don Fadrique, ya en la preparación, en la que supervisó hasta el mínimo detalle. Un militar, además que practicó las más novedosas técnicas militares de la época. Era una persona también muy vehemente y enérgica, cualidades que seguramente influyeran en la confrontación final que tuvo con el Conde-Duque de Olivares, además de por el éxito y reconocimiento que tuvo tras Bahía.
Don Fadrique de Toledo estaba a la altura de los grandes militares de la monarquía hispánica, pero hoy es desconocido
–La recreación animada del lienzo es uno de los elementos más innovadores del documental. ¿Cómo fue el proceso técnico y narrativo de darle vida a una pintura del siglo XVII?
–Pues fue vital, primero que Daniel Herrera, un animador español que reside en Tokio y con el que había trabajado ya en anteriores proyectos, se sumara al proyecto. Desde el principio le pareció un reto lo que pretendíamos, contar la historia de la batalla a partir de la animación de un cuadro del siglo XVII. Daniel tiene, además de una gran técnica, una enorme sensibilidad a la hora de animar, algo que yo valoro mucho y que otorga a las secuencias animadas una nota orgánica, humana. Son animaciones que, a pesar de lo que la gente pueda pensar ahora con la gran revolución que estamos viviendo de la Inteligencia Artificial, están hechas a mano, cuadro a cuadro, durante seis meses.
Fue también fundamental para darle veracidad histórica a esas animaciones, la ayuda de David García Hernán, Catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid y asesor histórico principal de la película. David ha sido mis ojos durante el proceso de documentación de la película, que me ha llevado a leer muchas de las crónicas de la época sobre la batalla, que se han convertido finalmente en el guion de las secuencias de animación.
–Madrid, Cádiz, Lisboa, Ámsterdam, Salvador de Bahía, ¿cómo fue la experiencia de rodar en tantos escenarios distintos y qué aportó cada localización al relato?
–Recorrer todas estas ciudades me ha servido primero para constatar el grado de expansión que tuvo la Monarquía Hispánica. Como nos recuerda David García Hernán en el documental, el mundo entero estaba bajo los ojos del Rey de España. Ha sido también muy bonito recoger testimonios de lo sucedido desde los distintos países implicados, contando una historia global. Pero de todas las localizaciones, sin duda la que más me impactó fue Salvador de Bahía. Yo no conocía Brasil, pero había leído infinidad de textos históricos sobre Bahía en el siglo XVII; españoles, portugueses, holandeses… Y cuando finamente la visité para rodar, en febrero de este año, fue como hacer un viaje acelerado en el tiempo y encontrarme con lo que la ciudad se había convertido 400 años más tarde. Y obviamente muchas cosas habían cambiado, pero no podías dejar de ver la huella del pasado en la ciudad y la sociedad bahiana, y ese es precisamente el valor de la historia para mí, ayudarte a saber cuál es tu contexto.
–Como apasionado de la historia ¿Conocía usted los hechos sucedidos 1625? ¿Con qué aprendizaje histórico se queda tras realizar el documental?
–Pues la verdad es que Bahía 1625 me ha enseñado un montón de cosas que desconocía y que espero poder trasmitir al espectador con la película. Me ha dado por ejemplo algunas claves para entender un poco mejor esa difícil relación que aún hoy mantenemos con un pueblo hermano como es Portugal. Me ha enseñado como el capitalismo financiero comienza seguramente en la Holanda rebelde del XVII, con la creación de la bolsa y las compañías por acciones, como era la WIC, la Compañía de las Indias Occidentales que conquistó Bahía. O que Brasil es un país tan negro, por algo tan blanco como el azúcar.
–¿Qué dificultades encuentra para crear cine histórico que llegue al gran público sobre hechos históricos?
Pues seguramente el mayor obstáculo sea conseguir la financiación de los proyectos. Como bien dices tenemos una historia riquísima, llena de episodios fascinantes, que además son muy bien recibidas por el espectador, yo creo que todos queremos saber de donde venimos. Pero desgraciadamente es muy difícil conseguir financiación. Bahía 1625 por ejemplo, se ha presentado a TVE, Telemadrid, Canal Sur… y ninguna televisión pública ha apoyado el proyecto, que se ha podido hacer gracias al apoyo del Museo Naval, la Universidad Carlos Tercero, la Comunidad de Madrid, la Fundación Cultural Hispano-Brasileña y las dos productoras que ha asumido el proyecto, Triple F y El Cuadrilátero Films.
–El documental coincide con el 400 aniversario de la batalla. ¿Cree que la historia de la reconquista de Bahía debería tener un mayor peso en la memoria histórica de España y Portugal?
Sin duda. En concreto, en lo que toca a la relación entre España y Portugal, es una oportunidad magnífica para mirar a nuestra historia común y ayudarnos a mejorar nuestras relaciones, en muchos casos creo que contaminadas por visiones erróneas de los hechos. Podemos creer que la historia duerme en el pasado, pero somos lo que creemos que somos, a partir de lo que nos han contado. Y ese es otro de los temas que abordamos en el documental, cómo se construye el relato, y como se nos vende.
Detalle del cuadro 'Sitio y Empresa de Bahía'
–Después de Bahía 1625, ¿hay algún otro episodio olvidado que le gustaría recuperar en un próximo documental?
Justo estoy terminando de escribir el guion de nuestro próximo proyecto, un documental sobre el Galeón de Manila, la ruta que conectó finalmente los mercados mundiales y dio inicio al proceso de globalización que estamos ahora culminando. Vuelvo al siglo XVI-XVII, pero es una historia que nos va a sorprender por su rabiosa actualidad. Te doy un dato; la China de hoy, que se ha convertido en la fábrica del mundo y con la que occidente tiene un endémico desequilibrio comercial, se parece enormemente a la China que encontraron los españoles en el siglo XVI: pocos años después de comenzar la ruta del Galeón de Manila, la seda china conquista todo el mercado americano… gracias a la baratura de sus telas. ¡En un año nos vemos de nuevo y termino de contarte la historia!