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21 de mayo de 2024

Cadáver tapado con una manta, ayer, en Irpin, tras un ataque ruso

Cadáver tapado con una manta, ayer, en Irpin, tras un ataque rusoGTRES

Guerra en Ucrania

Putin cerca las ciudades y se encarniza con los civiles

Rusia preparó ayer una encerrona a los habitantes de varias ciudades ucranianas que trataban de huir a través de corredores humanitarios o que, simplemente, buscaban cómo salir por su propia cuenta.
La peor parte se la llevaron los habitantes de Mariúpol, donde por segunda vez volvió a fracasar el intento de utilizar un paso seguro para la población civil, e Irpin, a las afueras de Kiev, cuyos habitantes se encontraron con los ataques aéreos de la aviación rusa, así como con el fuego de artillería de las fuerzas terrestres enviadas por el Kremlin, en el único camino para escapar que había.
Las tropas rusas apenas han avanzado en las últimas jornadas, aunque los bombardeos podrían augurar nuevas ofensivas terrestres para tratar de hacerse con el control de Kiev y de otros enclaves estratégicos, como Odesa y la propia Mariúpol, relevantes puertos con salidas al mar Negro y al mar de Azov, respectivamente.
«La columna para evacuar a la población civil no salió de Mariúpol porque los rusos reagruparon sus fuerzas y comenzaron a bombardear la ciudad», afirmó en Facebook el gobernador de la región, Pavlo Kirilenko.
Un hombre lleva cargada a una mujer a su espalda, ayer, tratando de huir de Irvin

Un hombre lleva cargada a una mujer a su espalda, ayer, tratando de huir de IrvinGTRES

«Fue interrumpido entre devastadoras escenas de sufrimiento humano», anunció por su parte la Cruz Roja, que ha confesado sentirse incapaz de garantizar la seguridad de los corredores humanitarios, que iban a servir para evacuar a unas 200.000 personas, que llevan días bajo las bombas y sin electricidad.
En Irpin, situada a tan solo 25 kilómetros de Kiev, al menos ocho civiles murieron en medio de la evacuación fruto de los bombardeos de las aeronaves mandadas a Ucrania por el presidente ruso, Vladimir Putin, según las cifras recogidas por el alcalde de la localidad, Oleksandr Markushyn.

Decenas de muertos en Chernígov

Mariúpol e Irpin no fueron las únicas ciudades que se tuvieron que enfrentar ayer a las tropas rusas. En Chernígov, una localidad cercana a la frontera con Bielorrusia y Rusia, a 154 kilómetros de Kiev, decenas de civiles murieron. «Había cuerpos por todas partes. Esperaban para entrar en la farmacia aquí, y están todos muertos», relató a la agencia AFP uno de sus habitantes.
Pese a que desde Moscú se insiste en que no se está atacando a civiles, el Ejército ruso ya ha causado la muerte de más de 2.000 de ellos, según los servicios de emergencias ucranianos. La ONU ha constatado 364 civiles muertos y 759 heridos, aunque reconoce que la cifra real sería mucho más alta.
En estos once días de conflicto han huido, aproximadamente, un millón y medio de personas –un millón de ellas solo en Polonia–. Naciones Unidas considera este éxodo como la mayor crisis de refugiados en la historia moderna de Europa. Su Consejo de Seguridad se reunirá este lunes para abordar el problema.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió el envío de aviones y siguió insistiendo en que la OTAN cierre el espacio aéreo de Ucrania, algo que la Alianza Atlántica descarta por el enfrentamiento directo con las fuerzas militares rusas que ellos supondría.
Además, el mandatario aseguró ayer que Rusia se preparaba para bombardear el puerto de Odesa, donde vive un millón de personas, así como las empresas de la industria armamentística que hay repartidas por el país.
Según señaló a la cadena de televisión estadounidense CNN un alto funcionario de Defensa estadounidense, desde que comenzó la invasión, el pasado 24 de febrero, las fuerzas de Putin en Ucrania ya habrían lanzado un total de 600 misiles y habrían utilizado el 95 % de su poder de combate.
Pese a los esfuerzos rusos por avanzar, todavía no han conseguido que caiga la capital, aunque el cerco se estreche cada vez más. Tanto que, ayer, las tropas ucranianas colocaron explosivos en el último puente que queda en pie en Bilohorodka, a las afueras de Kiev, con la esperanza de poder frenar la ofensiva de Putin.
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