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23 de abril de 2024

Soldado Mali

Soldado maliense, durante una operación antiterrorista en el norte del paísGTRES

Los yihadistas ponen en su punto de mira al grupo Wagner en Mali

Grupos vinculados a Estado Islámico y Al Qaeda se expanden por Mali frente a una junta militar que depende por completo de Rusia para sobrevivir

Los grupos yihadistas extienden su presencia y sus acciones terroristas en Mali días después de que las últimas tropas francesas abandonaran el país.
El gobierno de la junta militar de Mali, presidida por el general Assimi Goita tras un golpe de Estado en agosto de 2020, se entregó en brazos de la Rusia de Vladimir Putin tras el desencuentro con Francia.
Francia garantizaba la seguridad en Mali y encabezaba la lucha antiterrorista tras el repliegue de la coalición de yihadistas de Al Qaeda y rebeldes Tuaregs que habían logrado constituir un emirato islámico en el norte del país en 2012.
Tras la ruptura con Francia, el Kremlin envió a Rusia un destacamento de mercenarios del grupo Wagner con el objetivo de ayudar a la junta militar maliense a contener la amenaza yihadista que suponen grupos como Al Qaeda y Estado Islámico. Por el momento, sin mucho éxito.
Horas después de la retirada de los soldados franceses, informó The Times, yihadistas asesinaron a cuatro mercenarios rusos de Wagner en una emboscada en la región de Mopti.
Mali es el centro del polvorín yihadista que se ha formado en los últimos años en el Sahel y que afecta, además de a Mali, a otros países como Níger, Chad, Burkina Faso, Camerún y Nigeria, y que amenaza con estallar en cualquier momento.
Actualmente, la intensa actividad yihadista en Mali hace prever una ofensiva de los grupos islamistas en los próximos meses contra la junta militar.
Al igual que en otros países donde están desplegados, los mercenarios Wagner han sido acusados en Mali de cometer graves abusos contra la población civil y crímenes de guerra.
Uno de los casos más difundidos fue el asesinato de 200 civiles malienses en el mes de marzo en la ciudad de Moura, señala The Times.
Los mercenarios rusos y soldados malienses sacaron a rastras a los civiles de sus hogares, los ejecutaron públicamente y arrojaron sus cuerpos a fosas comunes.
Los desmanes de los mercenarios Wagner, y de las tropas malienses instruidas por ellos, ha hecho que resurja el apoyo en Mali a los grupos yihadistas, cuya popularidad se había desplomado tras sus crímenes cometidos durante el tiempo en que controlaron Tombuctú y el norte del país.
Según el coronel francés Laurent Michon, comandante de las tropas francesas en el Sahel, Rusia ha enviado a Wagner a Mali con el objetivo de controlar las minas de oro que la junta militar ha ofrecido al Kremlin a cambio de ayudar al general Goita a perpetuarse en el poder, señala The Times.
Mientras tanto, los yihadistas aumentan sus ataques al Ejército maliense y a sus asesores Wagner. A finales de la semana pasada, el viernes 11 de agosto, 42 soldados del Ejército maliense murieron en un atentado en un campo militar en el lugar de Tessit.
La junta militar acusó al Estado Islámico en el Gran Sahara de ser responsable del ataque y aseguró que habían logrado eliminar a 37 terroristas.
El gobierno militar aseguró que los yihadistas de Estado Islámico en Mali cuentan con sofisticado armamento que incluyen drones y artillería, además de realizar atentados con coches bomba.
La junta militar cuenta con el compromiso de Putin para mantener a raya a los yihadistas y conservar el poder.
A principios de mes, en una conversación con el inquilino del Kremlin, el general Goita logró cerrar un envío de ayuda rusa que incluye alimentos, abono y combustible.
Además, Mali recibió de Rusia seis aviones de combate y helicópteros para reforzar al Ejército en su lucha contra los yihadistas.
El lote militar incluye cazas L 39 y SU 25, helicópteros MI 24-P y MI 8, y el avión logístico Caza-295.
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