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19 de marzo de 2024

Alberto Fernández presidente de Argentina

Alberto Fernández presidente de ArgentinaAFP

El kirchnerismo riza el rizo: Argentina reinaugura una línea de tren de 1885 y lo hace 10 horas más lento

El presidente Alberto Fernández reinauguró la línea de tren Buenos Aires-Mendoza con trenes de mediados del siglo XX que tardan 27 horas en realizar el trayecto, en vez de las 18 que tardaba hace 30 años

Treinta años después de que dejara de funcionar, la línea de ferrocarril entre Buenos Aires y Mendoza vuelve a conectar las dos ciudades argentinas tras un acto de inauguración encabezado por el presidente Alberto Fernández donde no se ahorró en boato peronista.
«Muchos no nos creyeron y acá está», exclamó pletórico el presidente de Argentina. Sin embargo, no todos están contento con el modo en que se ha vuelto a poner en marcha este tren.
El problema: el trayecto entre Buenos Aires y Mendoza durará 27 horas en convoyes de mediados del siglo XX restaurados, cuando el mismo viaje hace 30 años duraba 18 horas.
Viajar en ferrocarril entre ambas ciudades será ahora 10 horas más largo que en 1885, cuando el entonces presidente Julio Argentino Roca inauguró la línea.
Otras críticas que se han hecho al nuevo servicio, presentado por el oficialismo kirchnerista como un importante «beneficio para los ciudadanos», es el alto valor del billete, de entre 3.000 y 12.000 dólares, precios definidos como «accesibles» por el gobierno.
Por si ello fuera poco, el tren, que realiza decenas de paradas en el trayecto, no llega exactamente a la ciudad de Mendoza, sino que finaliza el viaje en un apeadero de la localidad de Palmira, sin conexión con la ciudad.
«Siempre todo lo dejan a mitad de camino. El pasajero queda varado en un sitio alejado del centro, lo que hace engorroso su destino final», denunció al diario argentino La Nación un miembro del gobierno de Mendoza que no ha querido revelar su nombre.
Esa misma fuente criticó las palabras del gobierno argentino, que justificó lo vetusto del servicio ferroviario con el argumento de que se ha recuperado la «magia» de los viajes tradicionales en ferrocarril, con vagones clásicos en camarotes.
«Que el viejo tren exista como un servicio más, hasta simbólico, es aceptable, pero no podemos detenernos en el tiempo. Hacen falta sistemas rápidos como se proyectan en Chile o Estados Unidos, además de reactivar a fondo el mercado aéreo. Es una vergüenza que en este siglo estemos aplaudiendo tanto atraso», denunció el funcionario mendocino a La Nación.
Por su parte, el presidente en Mendoza de Diputados de Pro, partido opositor fundado por el expresidente liberal Mauricio Macri, Gustavo Cairo, criticó en un mensaje en Twitter que el oficialismo kirchnerista de Mendoza «festeja la decadencia».
«Hoy viene el presidente (Alberto Fernández) a ‘inaugurar’ un tren que Julio A. Roca inauguró de verdad en 1885, hace 138 años. En 903 llegaría a San Rafael y en 1910 a Chile. En lugar de poner un tren moderno, lo empeoraron, tardaba 18 horas y ahora 27», denunció.
La crítica de Gustavo Cairo hacía referencia a las diferencias de visiones entre el gobierno argentino y el chileno que, a pesar de la cercanía ideológica, han puesto en práctica modelos radicalmente opuestos en materia ferroviaria.
Frente al modelo desfasado presentado por el gobierno argentino con fuertes doses de romanticismo historicista, Chile ha apostado por eficientes líneas de alta velocidad con modernos trenes para sus líneas de larga distancia.
«Todo esto parece una parodia», aumentó sus críticas Cairo en una entrevista a La Nación. «Chile ya está trabajando en trenes que andan a 180 kilómetros por hora, que son razonables. Sin dudas, hemos retrocedido».
Por su parte, la senadora provincial por la Unión Cívica Radical (UCR) de Mendoza, Fernanda Sabadin, tampoco ahorró en críticas: «El regreso del tren a Mendoza es el reflejo exacto del Gobierno nacional: nos sale caro y es lento. Pero Alberto Fernández prefiere pan y circo en vez de regresar con un servicio mejor que hace 30 años».
El oficialismo kirchnerista de Mendoza, por su parte, ha hecho oídos sordos a todas estas críticas y han continuado con su entusiasmo por la llegada del tren a Mendoza desde Buenos Aires.
«Mucha emoción: después de 30 años volvió el tren de pasajeros a Palmira. Un gran anhelo de las y los mendocinos», añadió por su parte la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti. «Tenemos que estar muy felices porque lo hicimos juntos. El tren es alegría y esperanza. El tren nos une».
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