El Rey Carlos III junto con la Reina Isabel, durante las celebraciones del Jubileo de Platino de Isabel II
Coronación Carlos III
Cinco diferencias clave entre los reinados de Carlos III e Isabel II
Desde sus personalidades, hasta los cambios históricos de Reino Unido, estos serán los mayores contrastes entre los reinados de Carlos III e Isabel II
Carlos III s se ha convertido en rey a los 70 años, en un momento en que la mayoría de las personas se jubilarían. Su madre, la entonces Princesa Isabel, tenía apenas 25 años cuando se convirtió en reina, en el año 1953.
Las diferencias entre ambos monarcas son infinitas. Carlos es el heredero al trono con el mandato más largo en la historia británica: como su aprendizaje duró 70 años, se ha convertido en el monarca más preparado (y de mayor edad) de la historia británica. Estuvo presente durante el largo reinado de su madre, y fue testigo de generaciones de líderes mundiales que vinieron y se fueron, incluyendo a 15 primeros ministros del Reino Unido y a 14 presidentes de los Estados Unidos.
La ceremonia de Coronación de la Reina Isabel II estuvo impregnada de pompa, simbolismo y tradición religiosa. Millones de personas la vieron recitar un juramento, ser ungida con aceite sagrado, y adornada con riquezas, vestiduras y regalías reales al ser coronada Reina del Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán y Sri Lanka (conocido en ese momento como Ceilán).
En contraste, la Coronación de Carlos III fue una ceremonia mucho más corta y sobria, con el objetivo de «modernizar» la monarquía. Con la crisis económica en mente, se redujo la lista de invitados a solo 2000 personas.
Este, y cinco ejemplos más, predicen las diferencias clave entre los reinados de Carlos III y su madre, Isabel II.
Un Rey 'activista'
A diferencia de su madre, conocida por mantener sus opiniones personales en privado, Carlos nunca escondió las causas que realmente le importan. Mientras ejercía su papel como heredero, dedicó su tiempo y su voz a varios de los problemas sociales más importantes de la época.
Ayudó a las juventudes a través del Prince's Trust, construyó relaciones interreligiosas, defendió la causa del cambio climático, y se convirtió en una de las figuras más respetadas del mundo en cuestiones ambientales. Pero el compartir sus opiniones tuvo un lado oscuro: a lo largo de las décadas, fue acusado de difuminar los límites entre el servicio público y la interferencia política.
Un ejemplo de ello fue la polémica por sus memorándums 'Araña Negra', apodados así por su escritura oscura y apretada. Carlos los utilizaba para comunicarse con los ministros del Gobierno, y por ello recibió críticas de hacer lobby con los parlamentarios. Crecieron los temores de que, tarde o temprano, podría convertirse en un 'Rey activista'.
Justificar la monarquía
A diferencia de la Coronación de su madre, Carlos III se ha convertido en rey sobre un trasfondo mucho menos entusiasta. En declaraciones al medio Al Jazeera, el historiador y experto Ed Owens explicó lo que supone este contraste: «En 1953, hubo una ilusión verdadera, optimismo, y esperanza. [La coronación de Isabel II] señalaba un nuevo comienzo para Gran Bretaña tras de la Segunda Guerra Mundial. Se presentó como la fiesta que impulsaría una nueva era».
«Además, la Reina Isabel fue coronada al final del Imperio Británico, y en los días de declive de la influencia global de Gran Bretaña. Pero Rey Carlos será inaugurado en un momento en que el Imperio ha desaparecido, y su pueblo ha sido reemplazado por una comunidad diferente», agregó Owens, autor del libro The Family Firm: Monarchy, Mass Media and the British Public, 1932-53.
En efecto, el país que gobernará el Rey Carlos es mucho más diverso que el que heredó su madre. El nuevo rey aterriza en una Gran Bretaña multicultural y multirreligiosa. Se espera que intente actuar como fuerza unificadora, y hacer esfuerzos más visibles para conectarse con las minorías étnicas y los grupos desfavorecidos.
Pasión por el medio ambiente
Mientras que la Reina Isabel II siempre intentó mantenerse al margen de las causas políticas, el Rey Carlos III no puede haber sido más vocal en cuanto a la amenaza del cambio climático. El año pasado, durante su discurso en la ceremonia de apertura de la cumbre climática COP26, advirtió de que el tiempo para abordar el cambio climático se había «agotado». Para abordar el problema, afirmó que «tenemos que adoptar una postura de guerra».
La pasión de Carlos por el medio ambiente se remonta a décadas atrás. Según recordó en una entrevista de 2020, empezó a sentirse alarmado por el cambio climático cuando todavía era un adolescente. Recordó sentir pánico por «la destrucción de todo... por el calor blanco del progreso y la tecnología, en exclusión de la naturaleza y nuestro entorno, y también nuestra determinación por vencer a la naturaleza y suprimir todo lo relacionado con ella».
Como monarca, es de esperar que Carlos III de prioridad a las causas medioambientales.
Mucho menos popular
Hubo una época en la que el público rechazaba la idea del príncipe de Gales como su futuro rey. Carlos III portaba sobre sus espaldas un matrimonio fracasado, y la muerte de la Princesa Diana minó su reputación de cara a los británicos.
Sin embargo, a medida que han pasado las décadas, las actitudes hacia él parecen haberse suavizado, ayudadas por la creciente aceptación de su esposa Camila, ahora su Reina consorte.
Hoy en día, y según cifras compartidas por la organización de encuestas YouGov, el 46 % de los británicos apoya a Carlos III como rey. Sin embargo, antes de su muerte, la misma agencia informó de un porcentaje del 80 % de apoyo a la Reina Isabel, casi el doble.