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Un destacamento filipino reside en el Sierra Madre, encallado en 1999, como símbolo de la soberanía filipina sobre las SpratlyAFP

La disputa por un barco encallado en un arrecife amenaza con llevar a China y Filipinas a un conflicto

Ambas potencias se disputan el control y soberanía de un conjunto de islas en el mar de China Meridional

El encontronazo el lunes pasado entre barcos de vigilancia filipinos y buques guardacostas chinos en una zona de soberanía disputada en el mar de China Meridional fue más serio de lo que trascendió en un inicio.

Lo que se supo en un primer momento fue que los guardacostas chinos bloquearon a los barcos de la guardia costera filipina y que dispararon con cañones de agua.

El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., respaldado por Estados Unidos en sus disputas con China sobre soberanía marítima, llamó a consultas al embajador chino en Manila para entregarle una nota de protesta.

Asimismo, se reservó el derecho a una posible respuesta al incidente, aunque abogó por no interrumpir las comunicaciones con China.

En el centro del incidente se encuentra la disputa por el archipiélago Spratly, situada dentro de la zona económica exclusiva, pero que China reclama como parte de su territorio.

No es el primer incidente de esta naturaleza en la zona. Otro encontronazo de especial gravedad se produjo el pasado mes de febrero, cuando un barco chino disparó un láser cegador de uso militar contra la tripulación de un guardacostas filipino.

El incidente del pasado lunes ha echado más leña al fuego. Las crecientes tensiones con Filipinas se producen en medio de un proceso de fuerte rearme chino, que pretende obtener una hegemonía en las aguas del mar de China Meridional por medio de su supremacía naval.

Según un análisis de The Guardian, la alianza militar con Rusia ha hecho que China se vuelva más audaz en sus provocaciones. Prueba de ello es el envío de una flota conjunta ruso-china al mar de Bering que atravesó las aguas de la zona económica exclusiva de Estados Unidos en Alaska.

Las reclamaciones de soberanía sobre las Spratly fueron rechazadas por la Corte Internacional de La Haya en 2016.

Pese a ello, China sigue reclamando cerca del 90 % del área del mar de China Meridional. Para ello, ha aumentado su presencia naval en la zona.

Por el contrario, Pekín acusó a Filipinas de emprender «acciones provocativas en el mar de China Meridional» y advirtió que la marina de guerra china «está preparada para proteger su soberanía».

En el comunicado del ministerio de Defensa chino, recogido por Efe, se acusa a Filipinas de «ocupar permanentemente» los arrecifes que con forman el archipiélago de Spratly, que el gobierno chino denomina de Nansha y que se atribuye su soberanía.

«China tomará las medidas necesarias para salvaguardar firmemente la soberanía nacional», advirtió el ministro chino de Defensa Wu Qian.

El barco se ha convertido en el principal elemento de disputa, pues, según Pekín, con su presencia en el barco, un amasijo de hierros oxidados, Filipinas consagra su ocupación del atolón.

El incidente del lunes pasado entre los guardacostas chinos y el barco filipino trataba de impedir, precisamente, que Filipinas entregara suministros al destacamento situado en el barco.

Mientras tanto, la tensión entre China y Filipinas aumenta, y el riesgo de que estalle un nuevo conflicto entre potencias regionales es cada vez mayor.