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04 de mayo de 2024

Carmen de Carlos
Carlos Alonso AusinCoronel (r) y ex funcionario de ONU en Nueva York

El 11-S de Israel, las claves de un ataque que refleja un fallo monumental del servicio de inteligencia

En cierta manera, aunque con ataques muy distintos por efectivos, medios y amplitud, se puede considerar como el 11 de septiembre israelí por el éxito del factor sorpresa

Actualizada 18:24

Un miembro soldado israelí, cerca de un coche alcanzado por un cohete disparado desde Gaza

Un miembro soldado israelí, cerca de un coche alcanzado por un cohete disparado desde GazaAFP

El ataque sin precedentes de Hamás del 7 de octubre, combinando infiltración de grupos armados a centenares con el disparo de más de 3.000 cohetes y la toma de rehenes, afectando especialmente al sur de Israel y a las ciudades cercanas a la franja de Gaza, supone una nueva dimensión en el conflicto palestino-israelí.
En cierta manera, aunque con ataques muy distintos por efectivos, medios y amplitud, se puede considerar como el 11 de septiembre israelí por el éxito del factor sorpresa, el fallo monumental de los servicios de inteligencia y la percepción israelí de su vulnerabilidad ante nuevos ataques, en un país que se consideraba a sí mismo como seguro ante las amenazas de Hamás y/o Hezbollah.
Uno puede preguntarse el por qué de este ataque ahora. Hay dos claves que pueden dar alguna luz. La primera es el estado muy avanzado de las conversaciones y negociaciones de Arabia Saudí e Israel para el reconocimiento mutuo y futuro establecimiento de relaciones. En el pasado mes de septiembre se produjo un avance significativo en las reuniones de delegaciones de ambos países en el marco de la asistencia de Jefes de Estado y de Gobierno a las jornadas de la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York.
La República Islámica de Irán, país que apoya a Hamás y Hezbollah, no deseaba para nada este acercamiento de Israel con el país árabe y un posible acuerdo de relaciones, que pudiera desembocar con un acuerdo de paz de Israel con parte del mundo árabe, aislando a Hamás e Irán. Este ataque, la respuesta israelí y la posible evolución del conflicto alejan ciertamente y por el momento esta posibilidad.
La segunda podría tener que ver con la liberación por parte de Estados Unidos de fondos retenidos a Irán por un valor de 6.000 millones de dólares, ocurrida en agosto pasado, dentro de un acuerdo de liberación de cinco prisioneros por ambas partes. Si bien esta suma no debía utilizarse para gastos militares, sino para ayuda humanitaria y gastos de sanidad, son fondos que han ido al país chiíta que pueden haber incrementado la capacidad militar de Irán y el suministro de armas y municiones a Hamás.
La administración Biden ha estado negociando la vuelta de EE.UU. al grupo de acuerdo nuclear con Irán, formado por los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania y la UE. La administración Trump se salió del grupo y congeló cualquier ayuda y donación de fondos a Irán.
Este conflicto puede ir para largo por los aproximadamente 100 rehenes que Hamás ha tomado y dispersado en la franja de Gaza. Los combates del ejercito israelí con los miembros de Hamás infiltrados prosiguen en la actualidad al sur de Israel.
Por otro lado, Hezbollah, al sur del Líbano, ha disparado cohetes sobre el norte de Israel al día siguiente del ataque de Hamas, provocando la respuesta de la artillería israelí. El Presidente de Irán, Seyed Ebrahim, además de apoyar el ataque ha alentado al mundo árabe a que haga lo propio.
Estados Unidos tiene un acuerdo bilateral de defensa con el Estado de Israel, aunque parece que su prioridad actual es la no escalada del conflicto, sin descartar un aumento de ayuda militar.
La respuesta de Israel, la intervención directa o indirecta de Irán, junto con la posición de países árabes como Egipto y Arabia Saudí y la ya citada de Estados Unidos se estiman importantes para evaluar la evolución de este conflicto.
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