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03 de mayo de 2024

La gente ondea banderas rusas, palestinas, Fatah y Hamas, y porta retratos del presidente ruso Vladimir Putin y del líder norcoreano Kim Jong Un, en Cisjordania

La gente ondea banderas rusas, de Fatah y Hamás, Vladimir Putin y del líder norcoreano Kim Jong Un, en CisjordaniaAFP

Putin pone a sus propagandistas al servicio de Hamás

Llegan a acusar a Ucrania de financiar a la banda terrorista palestina

La periodista de The Daily Beast Julia Davis ha realizado una labor de zapa centrada en las reacciones de las televisiones y redes sociales rusas acerca de la guerra declarada por la banda terrorista Hamás a Israel. El resultado es llamativo: entre antiguos asesores de Vladimir Putin, presentadores televisivos, expertos u otros que así se autodenominan llevan dos semanas azuzando la opinión pública en contra de Israel, con mayor o menor sutileza, relacionando el conflicto de Oriente Medio con el de Ucrania o deslizando insidias dirigidas a los judíos rusos que emigraron a Israel.
En esto último cabe destacar el grueso mensaje difundido por el corresponsal militar Dimitri Stechinm en su canal de Telegram, llamado «Russki Tarantas»: «Nos quedamos aquí y seguimos con la sangre hasta en las rodillas. ¡Que los responsables de nuestras lágrimas también la vivan! O que huyan, para refrescar su memoria histórica. Mis saludos a los reubicados». Los «reubicados», término despectivo para sus compatriotas de confesión judía que han optado por el Aliya, es decir, la emigración al Estado hebreo.
No le fue a la zaga Serguei Maidan, uno de los agitadores mediáticos de Rusia, con programa –que lleva el nombre de su apellido– en el canal público Soloviov Live. Además de alegrarse, también en Telegram, por la salida de los del Aliya, –«no querían vivir en un país en guerra», ironizó de forma gruesa– añadió que «este lío es bueno para Rusia, porque el sapo globalista se desentenderá de Ucrania y estará ocupado intentando sofocar el eterno incendio en Oriente Próximo». Según Maidan, «Irán es nuestro verdadero aliado militar. Israel es un aliado de Estados Unidos. Así que es fácil elegir bando». Más claro, el agua.
Ya en su programa, extendió la osadía hasta comparar la situación en Gaza con la de Ucrania, pues en su opinión Rusia, al igual que la Franja, «está ocupada desde 1991 y sólo intenta [con la invasión iniciada en 2022] corregir la situación». No podía faltar en este festival de manipulaciones, a cada cual más chusca, la directora de Russia Today, el brazo propagandístico de Rusia fuera de sus fronteras: «El país que no está en guerra [en alusión burlona a Israel] con sus vecinos vuelve a estarlo. Esperamos el éxodo de los pacifistas rusos. Pero no conseguiremos contener el aliento».
El remate de la onda de tufillo a veces antisemita corrió a cargo de antiguo asesor de Putin, Serguei Markov, para quien los rusos emigrados «traen mala suerte» allá donde van. Dice que «Rusia hace un llamamiento a la paz, pero entiende que la guerra es inevitable». Por culpa de Israel, obviamente. A continuación, Markov, al igual que Maidan, enlaza Gaza con Ucrania y se alegra de la nueva prioridad occidental en una descripción primitiva de las alianzas: «La Unión Soviética ayudó a los palestinos durante muchos años. El principal aliado de Israel es Estados Unidos, que también es hoy el principal enemigo de Rusia. El aliado de Rusia, Irán, es aliado de Hamás. Rusia se beneficiará de la subida de los precios del petróleo como consecuencia de esta guerra. Cualquier conflicto en el que Estados Unidos y la UE tengan que gastar recursos es bueno para Rusia, porque reduce los recursos enviados al régimen rusófobo de Ucrania».
Los hay también, como Alexander Kots, otro analista militar, que, en el diario oficialista Komsolskaïa Pravda, se decantan por la neutralidad cínica: «Si hay un conflicto, seguro que estamos del lado de alguien. No quiero tomar partido. Uno está ayudando a Kiev a armarse y a luchar contra las tropas rusas, mientras que el otro está tomando a civiles como rehenes y maltratando sus cadáveres. Y, a juzgar por las imágenes que estamos viendo desde allí, también están violando a las mujeres soldado del Ejército israelí. Una plaga para ambos».
La guinda se la lleva el presentador Vladimir Soloviov, que acusa a Ucrania de dar armas a Hamás en contra de cualquier evidencia. Uno de sus colaboradores acusó incluso al primer ministro israelí, Benjamin Neanyahu, de «apelar a la Yihad». ¿Por qué molestarse?
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