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28 de abril de 2024

Tropas israelíes sobre el terreno en la Franja de Gaza

Tropas israelíes sobre el terreno en la Franja de GazaAFP

Israel estrecha el círculo sobre el bastión del líder de Hamás en Gaza mientras la población huye desesperada

Los tanques israelíes avanzan hacia el sur del enclave palestino, mientras que los gazatíes ya no saben dónde dirigirse para resguardarse de las bombas

El objetivo de Israel desde el pasado 7 de octubre es claro: acabar con Hamás en la Franja de Gaza. Y desde hace dos meses, el Ejército israelí se ha volcado en la consecución de este mandato. Una vez el país hebreo se recuperó de la conmoción de haber sufrido el peor atentado de sus 75 años de historia, que acabó con la vida de 1.200 israelíes y la toma de más de 240 rehenes, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró la guerra a la organización islamista.
Un día después empezaron los ataques aéreos sobre el enclave palestino, preludio de una invasión terrestre. El 27 de octubre, los tanques israelíes cruzaban la valla de separación y se precipitaban en terreno hostil. Desde esta fecha, los combates entre milicianos de Hamás y soldados israelíes han sido incesantes, a excepción de un breve alto el fuego que duró una semana y supuso un alivio para los gazatíes, que viven desde hace ya dos meses entre bombas y escombros. Israel, que ha perdido a 80 soldados en las ocho semanas que ya dura la guerra, según informa el medio israelí The Jerusalem Post, afirma que ya controla el norte de la Franja.
Los combates se han centrado, sobre todo, en el barrio de Shejaiya, en la ciudad de Gaza, y en Jabalia, ubicada a cuatro kilómetros de la capital del enclave palestino. Dos localizaciones con gran simbología en la guerra. En Shejaiya, las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam –el brazo armado de Hamás– contaría con uno de sus mejores batallones y en Jabalia se produjo el estallido de la Primera Intifada. Controlado el norte, los tanques israelíes han seguido avanzando hacia el sur, donde la mayoría de los 1,8 millones de gazatíes desplazados por la guerra —de un total de 2,3 millones— habían buscado refugio.
El siguiente objetivo es la ciudad de Jan Yunis, gran bastión de Hamás en el enclave, y aún más simbólico por ser el hogar del líder político de la milicia islamista en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, quien se cree, además, que fue el autor intelectual de la masacre del 7 de octubre. «Nuestros combatientes están ampliando las operaciones terrestres contra Hamás en toda la Franja de Gaza, incluido el sur de la Franja. Esta noche operamos allí con tremenda fuerza. La tierra tembló en Jan Yunis, la tierra tembló en Jabalia. Los rodeamos a ambos. No hay lugar al que no estemos llegando», aseguró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El comandante del Mando Sur, Yaron Finkelman, describió el día de ayer como «el más intenso desde el comienzo de la operación terrestre». Asimismo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han afirmado que han descubierto «uno de los mayores almacenes de armas de la Franja de Gaza» cerca de «edificios civiles» en el norte, mientras sus soldados ya operan en el «corazón de Jan Yunis». «Hemos tomado muchos bastiones de Hamás en el norte de la Franja de Gaza y ahora estamos actuando contra sus bastiones en el sur», aseguró el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi.
Israel continúa lanzado octavillas exhortando a las poblaciones cercanas a Jan Yunis a evacuar. Pero, los gazatíes ya no tienen muchas más opciones que seguir hacia el sur hasta Rafah, frontera con Egipto. La coordinadora humanitaria de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos Ocupados, Lynn Hastings, ha advertido de que ningún lugar es seguro en Gaza y que no queda ningún lugar adónde ir. «Lo que vemos hoy son refugios sin capacidad, un sistema de salud de rodillas, falta de agua potable, falta de saneamiento adecuado y nutrición deficiente para personas que ya están mental y físicamente agotadas: una fórmula de libro de texto para epidemias y un desastre de salud pública», ha denunciado Hastings.
Ante este escenario, la situación humanitaria se ha vuelto insostenible. Las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista, han confirmado que ya no queda ningún hospital operativo en el norte de Gaza. El último sanatorio, el Kamal Adwan, ha tenido que dejar de prestar servicios por falta de combustible. Asimismo, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) ha alertado de que toda la Franja «se ha convertido en uno de los sitios más peligrosos del mundo». Por ahora, más de 16.200 personas han muerto y unas 7.000 se encuentran bajo los escombros, según el Ministerio de Sanidad palestino.
Gaza se dibuja ya como un lugar inhóspito y una vez que el Ejército israelí controle todo el enclave, la pregunta es quién pasará a administrar este territorio. La opción más probable era que la Autoridad Nacional Palestina –que gobierna en parte de Cisjordania–tomara el control de la Franja. Sin embargo, Netanyahu ha vuelto a desechar la idea. «Mientras sea primer ministro de Israel, esto no sucederá», ha zanjado. La guerra aún se espera larga. Estados Unidos calcula que las tropas hebreas podría acabar con la ofensiva militar en el sur de Gaza en enero y luego pasar a ataques quirúrgicos contra líderes de Hamás.
Los rehenes de Israel en manos de la milicia islamista es también otro tema candente y que mantiene a la sociedad israelí en constante enfrentamiento con el Ejecutivo de Netanyahu. La reanudación de los combates pone en peligro la vida de las más de 100 personas que aún mantiene cautivas Hamás. El primer ministro israelí tuvo ayer una tensa reunión con los familiares a los que confesó que «en este momento no hay posibilidad de traer a todos a casa».
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